Como hijo de padres acomodados, disfrutó de una juventud privilegiada. Su padre, Joseph P. Kennedy, sirvió como embajador de Estados Unidos en Londres. El propio JFK asistió a escuelas privadas y se graduó de la prestigiosa Universidad de Harvard. La imagen es de 1943, donde aparece como oficial de la Marina de Estados Unidos en Panamá.

Tras el servicio militar, Kennedy se embarcó en el Partido Demócrata. Llegó a la Cámara de Representantes y al Senado, hasta presentarse a presidente en 1960. El 20 de enero de 1961 juró el cargo con 43 años, el segundo titular más joven de la historia. En el discurso inaugural dijo: “No te preguntes lo que tu país puede hacer por ti. Pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”.

Para los alemanes, el 26 de junio de 1963 fue el día más importante de la era de John F Kennedy. Ese día pronunció su discurso ante el Ayuntamiento de Schöneberg, en Berlín Occidental, donde dijo la legendaria frase “Ich bin ein Berliner” ("Soy berlinés"), para expresar su solidaridad con pueblo dividido entre este y oeste.

Con su encanto juvenil, J.F. Kennedy se ganó rápidamente el corazón de muchos ciudadanos estadounidenses. Al mismo tiempo, su mandato estuvo marcado por crisis y conflictos, como la fallida invasión de Bahía Cochinos contra el régimen comunista de Castro en Cuba. En 1962, el mundo estuvo a punto de entrar en una guerra nuclear. A él también se le considera responsable de que todo acabase bien.

Con su esposa, Jackie Kennedy, la elegancia y el glamur llegaron a la Casa Blanca. Su época como primera dama solo duró dos años, pero su estilo y su elegancia marcaron a toda una generación. Hasta la fecha, Jacqueline Kennedy sigue siendo considerada en EE.UU. como la “Reina de Corazones”, por la gran influencia que tuvo sobre las posteriores primeras damas.

Kennedy (derecha) era un mujeriego y se le atribuyen un gran número de romances, así como contactos con prostitutas. El más famoso fue su relación extramatrimonial con Marilyn Monroe (centro). También se dice que Monroe, entonces icono y símbolo sexual de Hollywood, tuvo una relación sentimental con el hermano de JFK, Robert. Ella murió en 1962 en extrañas circunstancias.

Esta imagen del presidente jugando con sus hijos Caroline y John, en 1962, se hizo famosa. Pero el clan Kennedy no siempre fue tan feliz. La familia sufrió varios reveses. Su hermano Robert fue asesinado. Otros Kennedys murieron por accidentes, drogas o suicidios. Hasta hoy, la muerte de JFK ha eclipsado al resto de la familia.

Dallas (Texas), 22 de noviembre de 1963. Kennedy y su esposa circulaban en plena campaña electoral con el coche abierto. Se hicieron varios disparos y Kennedy fue herido de muerte. Todo el país cayó en un duelo colectivo. En estos días, para muchos terminó el sueño de un presidente apuesto y joven, que había llegado al poder para mejorar el mundo.

Dos días después del asesinato, el supuesto autor del atentado, un trabajador llamado Lee Harvey Oswald (centro), fue abatido por el propietario de un club nocturno (derecha). Oswald había sido detenido a las pocas horas del atentado. Todavía no se habían aclarado las circunstancias y motivos del ataque, y aún hoy siguen apareciendo rumores y teorías conspirativas sobre supuestos responsables.

Mucho tiempo después del funeral de John F. Kennedy, el 25 de noviembre de 1963, parece que su legado sigue presente. Todos los presidentes posteriores tuvieron que medirse contra JFK. ¿Qué habría sido de su mandato de no haber sido asesinado? ¿Cómo se habría desarrollado el mundo? Es posible que el mito siga vivo porque no existen respuestas a esas preguntas.