París y Berlín lamentan fin de exenciones de EE.UU. a Irán
30 de mayo de 2020
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Francia, Reino Unido y Alemania, lamentaron la decisión de Estados Unidos de poner fin a las exenciones para proyectos nucleares civiles iraníes que ofrecían "garantías" sobre la naturaleza "pacífica" del programa de Teherán, indicaron este sábado (30.05.2020) sus diplomacias.
"Lamentamos profundamente la decisión de Estados Unidos de poner fin a las tres exenciones relativas a proyectos nucleares del PGAC (Plan Global de Acción Común), incluyendo el proyecto de modernización del reactor Arak", aseguraron los portavoces de los tres ministerios de Exteriores, en una declaración común suscrita asimismo por el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, que ya se expresó en este sentido el jueves.
El miércoles, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, dijo que no podía "justificar una renovación de las exenciones", asegurando que "el régimen iraní proseguía sus amenazas nucleares". Con esta medida, los países que mantienen el acuerdo nuclear con la República Islámica --Francia, el Reino Unido, Alemania, China y Rusia-- y que están implicados en esos proyectos sin finalidad militar, pueden ser sancionados por Washington.
Según París, Londres y Berlín, estos proyectos "sirven los intereses de todos en materia de no proliferación y ofrecen a la comunidad internacional garantías relativas a la naturaleza exclusivamente pacífica y segura de las actividades nucleares de Irán".
Desde mayo de 2019, Irán ha ido reduciendo las obligaciones a las que se había comprometido en el acuerdo nuclear, como respuesta a la retirada unilateral de Estados Unidos un año antes y que supuso el restablecimiento de sanciones económicas contra Teherán.
En Teherán, el portavoz del ministerio de Exteriores, Abas Musavi, condenó este sábado "de forma clara" la decisión de Washington de cancelar esas exenciones. "Si ello perjudica el derecho nuclear" de Irán, "adoptaremos disposiciones en el ámbito jurídico y actuaremos en consecuencia", agregó el portavoz, sin más precisiones. (AFP)
Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
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Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
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El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
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Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
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Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
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Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
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El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
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Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
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Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.