Este martes (17.07.2018) se cumplen 20 años de la fundación de la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya. ¿Cuál es el balance de estas dos décadas? Los datos más importantes sobre este “tribunal de la humanidad”.
Publicidad
¿Por qué se creó la Corte Penal Internacional?
Los arquitectos de la CPI, fundada hace 20 años en Roma, querían crear un tribunal permanente que sancionara crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en cualquier parte del mundo. Y es que, en el pasado, primero se tenía que crear un tribunal para cada nueva región en conflicto (Ex Yugoslavia, Ruanda, Sierra Leona y Camboya). Puesto que eso llevaba mucho tiempo, los presuntos delincuentes seguían en libertad e incluso podían cometer más crímenes.
Además, la creación de un nuevo tribunal ofreció la oportunidad de desarrollar el derecho internacional. En comparación con los tribunales específicos y temporales, se amplió la lista de delitos. Y por primera vez también se les concedió a las víctimas el derecho de reparación. Otra novedad fue la posibilidad de enjuiciar a jefes de Estado en funciones.
Para que los tribunales específicos sean cosa del pasado, es necesario que todos los Estados ratifiquen el Estatuto de Roma, la base de la Corte Penal Internacional. Sin embargo, aún se está lejos de alcanzarlo.
¿Qué tipo de delitos son sancionados por la CPI?
Se pueden formular acusaciones en casos de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, genocidios y guerras ofensivas o de agresión.
¿Qué casos ha investigado hasta ahora la CPI?
El acusador jefe cosechó los primeros éxitos con los fallos contra Thomas Lubanga Syilo y Germain Katanga. En 2006, los líderes rebeldes congoleses fueron trasladados a La Haya para ser enjuiciados por crímenes de guerra y el reclutamiento de niños soldados. Lubanga fue sentenciado a 14 años de prisión, Katanga a 12.
En 2008, fue procesado el líder miliciano congolés Jean-Pierre Bemba por crímenes de lesa humanidad en el Congo y la vecina República Centroafricana. Primero fue sentenciado a 18 años de cárcel. Sin embargo, a principios de junio de este año fue absuelto sorpresivamente. Debido a otras acusaciones que pesan sobre él, permanecerá en La Haya.
La CPI también concluyó el proceso contra el islamista maliense Ahmad al-Faqi al-Mahdi, quien fue sentenciado a nueve años de prisión por la destrucción de patrimonio cultural de la humanidad en Tombuctú.
Puesto que también todos los demás procesos que lleva la Corte Penal Internacional están relacionados con África, el tribunal ha sido fuertemente criticado. Los acusadores afirman que esto ha sido casualidad. Otras críticas se centran en el hecho de que la CPI no puede traer a los acusados a La Haya, sino que depende de la ayuda de los Estados.
El proceso más famoso en la actualidad: el expresidente marfileño Laurent Gbagbo ha sido acusado de complicidad en crímenes de lesa humanidad.
¿Cuándo entra en acción la CPI?
La CPI asume un caso cuando los miembros del Estatuto de Roma no pretenden llevar adelante un proceso contra presuntos autores de crímenes de guerra. Esta falta de voluntad muchas veces se debe al temor de que un proceso en el propio país pueda llevar a reacciones violentas. En otros casos, simplemente falta la base jurídica para formular una acusación, puesto que todavía no existen las leyes correspondientes. Asimismo, el Consejo de Seguridad de la ONU puede asignar un caso, como sucedió en Darfur y Libia. También el acusador jefe puede plantear un caso.
¿Cómo pueden impedir los Estados que sus ciudadanos sean procesados en La Haya?
La manera más elegante es enjuiciándolos en el propio país. Sin embargo, desde que entró en vigor el Estatuto de Roma, Estados Unidos, China y Rusia se niegan a ratificarlo y, en caso necesario, impiden con un veto en el Consejo de Seguridad de la ONU que la CPI asuma el caso. Además, Estados Unidos ha firmado varios acuerdos bilaterales de no extradición, que impiden que ciudadanos estadounidenses sean llevados a La Haya.
Klaus Dahmann (VT/ERS)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
Manuscritos de Tombuctú: legado para la eternidad
Cuando los islamistas conquistaron el norte de Malí en 2012, se vieron amenazados miles de escritos históricos. Pero los malienses no desconocen el valor de su patrimonio cultural y organizaron su rescate.
Imagen: DW/P. Breu
Tesoros históricos
Los manuscritos de Tombuctú tienen un valor histórico incalculable, ya que contienen el fruto de cientos de años de investigación islámica. En ese momento, Tombuctú fue el Centro Africano de Estudios Islámicos.
Imagen: DW/P. Breu
Contrabando en cajas de latón
Al empezar los islamistas a destruir bienes históricos en el norte de Mali en 2012, los malienses comenzaron a transportar de contrabando cientos de manuscritos desde Tombuctú a la capital, Bamako. Ahora esperan en un edificio de apartamentos, metidos en cajas de metal, a ser catalogados, digitalizados y convenientemente conservados.
Imagen: DW/P. Breu
El salvador de los escritos
Abdel Kader Haidara dirigió la operación de rescate. Es propietario de una biblioteca familiar, pero no se preocupaba de salvar sus propios manuscritos, sino todos los que veía que podían estar amenazados de ser destruidos por los islamistas radicales en Tombuctú.
Imagen: DW/P. Breu
Una biblioteca digital
Ahora los manuscritos están siendo digitalizados en Bamako. Cada página hay que colocarla bajo una cámara, se fotografía, se comprueba y queda catalogada en una base de datos central. Google, el gigante de internet, ya ha expresado su interés por estos manuscritos.
Imagen: DW/P. Breu
Poner el conocimiento al alcance de todos
La digitalización tiene dos objetivos: preservar los textos para la posteridad, en caso de que los originales no sobrevivan al calor y la humedad de Bamako, y ponerlos a disposición del público.Antes del conflicto y de los esfuerzos por guardar todos estos manuscritos, no había plan alguno para digitalizar todos los documentos.
Imagen: DW/P. Breu
Cajas a medida
Tras la digitalización de los manuscritos, se depositan en cajas especiales libres de ácido, en las que se pueden almacenar de forma permanente. Como cada documento tiene su propio formato, las cajas deben ser creadas individualmente y a medida para salvaguardar los manuscritos.
Imagen: DW/P. Breu
Estanterías vacías
No está claro si algún día la biblioteca histórica Mamma-Haidara de Tombuctú volverá a custodiar documentos. Muchos piensan que los manuscritos están más seguros en Bamako. Otros ven en peligro el estatus de Tombuctú como centro cultural si no cuenta con estos manuscritos.
Imagen: DW/P. Breu
Biblioteca abandonada
El Instituto Ahmed Baba fue construido gracias a la aportación de la Fundación Aga Khan y a fondos procedentes de Sudáfrica y Arabia Saudita. No se trataba de una biblioteca cualquiera, ya que contaba con todo el equipo y accesorios necesarios tanto para la digitalización de documentos como para su conservación. Hoy día el instituto está vacío y abandonado.
Imagen: DW/P. Breu
Memorial de ceniza
Cuando llegaron los islamistas radicales, quisieron demostrar su poder a la UNESCO y, por ende, a Occidente. Amontonaron en el patio del Instituto Ahmed Baba los manuscritos que encontraron en Tombuctú y les prendieron fuego. Unos cuatro mil escritos se perdieron. Las cenizas y los restos a medio quemar se pueden ver todavía, como si de un monumento a su memoria se tratara.
Imagen: DW/P. Breu
Tombuctú al borde de la insignificancia
Después de que Tombuctú perdiera durante el siglo XX la importancia económica que había llegado a tener, el turismo seguía siendo una fuente de ingresos. Los turistas no han tardado en volver tras el conflicto de 2012, pero la riqueza cultural de Tombuctú parece perdida por completo, ya que apenas quedan manuscritos en la ciudad. Si alguna vez volverán, nadie lo sabe.
Imagen: DW/P. Breu
Algunos manuscritos sí quedan
Algunas bibliotecas privadas se han conservado. En Tombuctú llaman "biblioteca" incluso a una pequeña colección de un puñado de escritos, aunque quepan en un trozo de piel de cabra extendido a modo de alfombra. Un residente de Tombuctú, que recibió de su abuelo algunas páginas manuscritas, muestra con orgullo su preciada herencia.
Imagen: DW/P. Breu
Un futuro incierto
La situación política sigue siendo tensa en Mali y el Ejército es demasiado débil para garantizar la seguridad permanente. En 2012 muchos residentes huyeron de Tombuctú y todavía no han vuelto porque no se fían de que la paz sea permanente. La ciudad se enfrenta a un futuro incierto.