Paraguay: laguna cambia de color tras contaminación
23 de agosto de 2020
La Laguna Cerro, una de tantas que se forman del río Paraguay, era cristalina hasta hace cuatro meses.
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El Gobierno de Paraguay clausuró este sábado (22.08.2020) una curtiembre tras comprobar que -con sus desechos- tiñó de rojo un pequeño lago en la localidad de Limpio, a 30 km de Asunción, informaron portavoces del Ministerio del Ambiente.
"El color rojo que adquirió el agua es por la invasión de cianobacterias alimentadas por el alto contenido de nitrógeno y fósforo", dijo la directora de laboratorio del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible, Rosa Morel.
La Laguna Cerro, una de tantas que se forman como meandros del río Paraguay en una vertiente donde el curso de agua hace una curva antes de alcanzar Asunción, era cristalina hasta hace cuatro meses. Los elementos químicos encontrados provienen de la descomposición orgánica de carne y residuos sólidos del cuero así como de peces muertos por efecto de la contaminación, explicó Morel.
"Los peces murieron por el excesivo contenido de sal, de cloruro y sulfuro de sodio vertido en el cauce", afirmó la funcionaria y añadió que una salpicadura podría dañar la piel humana.
Por ello, el Ministerio del Ambiente suspendió la licencia de un matadero de ganado instalado en el barrio Piquetecué de Limpio, no muy lejos del curso principal del río Paraguay, que cruza el país unos 1.000 km de norte a sur y desemboca en el Paraná, 400km al sur, en el límite con Argentina. La empresa, de capital brasileño, dedicada a la fabricación de alimentos para perros, curaba el cuero con sal.
"Se limpia con mucha agua en el proceso de descarne del cuero. El vertido se arrojaba a la laguna y la contaminación acababa con el oxígeno necesario para la vida de los peces", agregó la técnica del ministerio.
La intervención oficial se produjo tras insistentes protestas de habitantes que llamaron la atención por el fétido olor despedido por los desechos y el color sinuoso del líquido en contraste con el verde mate natural del curso de agua dulce. "El daño ya está hecho. Es tremendo. Se necesitaría como 10 años para la recuperación del agua, salvo que se haga un trabajo hidráulico para extraer todo el líquido", dijo Luis Argaña, director de Medio Ambiente de la alcaldía de Limpio.
"Las cianobacterias invasivas no permiten que se reproduzca otro componente del sistema acuático. Encontramos cantidades de sodio que no deberían contener el agua dulce", precisó Morel. El trabajo de laboratorio descubrió 2.700 miligramos de sodio por litro. "Es muchísimo frente a los demás pequeños lagos y lagunas de los alrededores. En una laguna vecina no había más de 28", observó la ingeniera.
El tiempo apremia para adoptar la decisión adecuada debido a la proximidad de la temporada de lluvias, en setiembre. "La lluvia cargará los cauces y no tenemos que permitir que la contaminación fluya hacia los otros médanos del río", puntualizó la funcionaria.
ama (afp, Última Hora)
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Ocho maneras sencillas de ayudar al medioambiente en 2020
Desde bajarse del auto para privilegiar el uso de la bicicleta hasta exigir a los políticos que asuman sus responsabilidades. Nunca es tarde para hacer algo por el planeta.
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Viajar con responsabilidad
Caminar o andar en bicicleta para ir de un punto A a uno B es una de las formas más simples de reducir la huella de carbono y, de paso, hacer ejercicio, que tan bien nos viene. Y no usar aviones para ahorrar emisiones no significa quedarse aburrido en casa. Si se da la posibilidad, viajar en tre o usar un automóvil para cubrir los tramos que se puedan hacer por carretera son buenas alternativas.
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Focalizarse en la compra sostenible
Ser más responsables con lo que se compra puede ser de enorme ayuda para el planeta. Por suerte, hoy es más fácil que nunca acceder a productos ecológicos. Use su poder como consumidor para apoyar a tiendas ecoconscientes, compre artículos de segunda mano y trate, en general, de adquirir menos cosas. A veces basta con preguntarse si realmente necesitamos algo antes de echarlo al carro de compras.
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Reducir el desperdicio de comida
¿Sabía que casi un tercio de la comida que se produce anualmente en el planeta se pierde? Usted puede ayudar a reducir estas cifras desperdiciando la menor cantidad de comida posible. Cómase las sobras, sea creativo y súmele nuevos ingredientes a lo que quedó de ayer y comience a compostar si tiene espacio para ello. El compost es un excelente fertilizante que permite prescindir de los químicos.
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Apague y desenchufe
Si bien hoy estamos más conectados que nunca, el simple acto de apagar las luces, los computadores y pantallas cuando no se van a usar más puede ahorrar enormes cantidades de energía a largo plazo. Hágalo y pronto se dará cuenta también del descenso de la cuenta. Gaste menos y, de paso, ayude al planeta.
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¡Hable!
Si aún no lo hace, este año puede sumar su voz al creciente movimiento por la acción climática. Y eso no significa salir a las calles a protestar: presione a sus representantes locales para que tomen medidas ante la crisis ambiental. Manténgase informado y hable con amigos, colegas y vecinos acerca de lo que podemos hacer para ayudar al planeta. No subestime el poder de la conversación.
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Varíe su dieta
Seguramente todos podríamos tomar decisiones más saludables sobre nuestros hábitos alimentarios. Por ejemplo, cambiar a una dieta más basada en vegetales de seguro ayudará a combatir el cambio climático. La cría de animales para producir carne y lácteos es una de las mayores causas de deforestación y una fuente enorme de emisión de CO2. Comer más verduras tiene menor impacto en el medio ambiente.
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Vaya a la naturaleza
Este nuevo año, haga un mayor esfuerzo por salir de casa y explorar los maravillosos paisajes que nuestro planeta tiene para ofrecernos. Esto podría no tener un impacto directo en la lucha contra el cambio climático, pero es una manera de apreciar la belleza que nos rodea y recordarnos que debemos esforzarnos para protegerla.
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Reciclar, reciclar, reciclar
Hay razones para repetirlo una y otra vez: las devastadoras consecuencias que tiene la contaminación con plástico son cada vez más notorias, especialmente en nuestros océanos. Reciclar significa producir menos productos nuevos. Y se puede hacer incluso con ingenio: ¿por qué no convertir una vieja botella en una lámpara o un comedor para aves?