Pareja presidencial de Honduras la primera con COVID-19
17 de junio de 2020
Juan Orlando Hernández aseguró que seguirá ejerciendo sus funciones vía "teletrabajo".
Publicidad
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, anunció este martes (16.06.2020) que contrajo el COVID-19, lo mismo que su esposa, Ana García, pero que se siente con la suficiente fuerza para superar la enfermedad.
El gobernante dijo, a través de medios locales, que seguirá ejerciendo sus funciones vía "teletrabajo". Hasta ahora, Hernández y García son la primera pareja presidencial que ha contraído la enfermedad en el continente americano.
"Como presidente de la nación, quiero comunicar que durante este fin de semana comencé a sentir algunos malestares y hoy se me ha diagnosticado que he sido contagiado de COVID-19", indicó Hernández. "Creo que es parte del riesgo que se corre en estas responsabilidades, por mi trabajo no he podido quedarme cien por ciento en casa, ahora continuaré realizando toda mi actividad mediante teletrabajo, en aislamiento", añadió.
El mandatario señaló que tiene "síntomas leves", pero que ya comenzó con el tratamiento MAIZ, una fórmula de cuatro medicamentos que promueve Honduras para atajar la enfermedad en los primeros días, y que se siente "mejor".
"Sin embargo, me han recomendado reposo, pero seguiré realizando mi trabajo por medios electrónicos y a través de mis funcionarios y colaboradores. Es decir, vamos a estar en contacto", agregó el presidente.
Por consejo, Hernández explicó que se someterá a una nueva evaluación en las próximas horas, lo que determinará "los pasos a seguir". "También estamos tomando medidas preventivas con todo el personal que labora conmigo y están siendo evaluados por el equipo médico. Les informo además que dos de nuestros colaboradores, y mi esposa Ana, han resultado positivo, pero los tres, ya están con tratamiento", acotó, el presidente.
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |
Honduras: coronavirus y el infierno de las cárceles
En las cárceles de Honduras los reclusos temen contagiarse con el coronavirus. La distancia social es imposible en las celdas abarrotadas. Esto también aumenta la tensión mental de quienes están privados de su libertad.
Imagen: Reuters/A. Latif
Cuando el sol se pone...
Para Yerbin Israel Estrada (centro) la peor parte del día es cuando el sol se pone. Entonces cientos de reclusos de la prisión de La Esperanza, en Honduras, tienen que abandonar el pequeño patio y volver a sus estrechas celdas. "Es entonces cuando comienza realmente el infierno", dice el joven de 26 años, que cumple una condena de seis años por posesión de marihuana.
Imagen: Reuters/A. Latif
Una apremiante estrechez
Como muchos otros reclusos, Estrada está alojado en una celda completamente superpoblada. En algunas celdas viven hasta 130 personas juntas en un espacio muy reducido y comparten camas. Por la noche, dice Estrada, oye los quejidos de sus vecinos y las ratas que corren por la celda.
Imagen: Reuters/A. Latif
La ley de la calle
Las condiciones en esa cárcel son devastadoras. Hay espacio para 70 personas, pero, de hecho, hay más de 450 delincuentes encarcelados allí. Las quejas son inútiles: porque el lema es: 'Mirar, escuchar, callar'. Ese es también el lema de las pandillas en América Central. Estrada dice: "La única forma de salir de aquí es mantener la cabeza agachada".
Imagen: Reuters/A. Latif
Prohibidas las visitas
El único alivio para los reclusos hasta ahora han sido los días en los que sus esposas y familias los visitaban. Con la llegada del coronavirus a Honduras, las autoridades prohibieron las visitas. Y como, de todos modos, las tarifas de las llamadas telefónicas son inasequibles y solo hay tres teléfonos funcionando, los reclusos están ahora prácticamente aislados del mundo exterior.
Imagen: Reuters/A. Latif
Alto riesgo de infección
Según la Universidad Johns Hopkins, actualmente hay unos 3700 contagiados de coronavirus y más de 170 muertos en Honduras. El gobierno informa de cifras más bajas y habla de 2.000 personas infectadas. Pero los expertos creen que el número es mayor, porque no se hacen suficientes test en el país. Muchos reclusos temen infectarse en la cárcel.
Imagen: Reuters/A. Latif
Sin esperanza
Además de los riesgos para la salud que plantea el hacinamiento, la pandemia ha supuesto una carga psicológica para los ocupantes. "Prohibir las visitas es lo peor que puede pasar Es lo que necesitan, porque les da esperanza", dice a DW Jacinto Hernández, psicólogo de la prisión La Esperanza.
Imagen: Reuters/A. Latif
Consecuencias fatales
Hasta ahora ha habido pocas infecciones de coronavirus en las 29 cárceles del país. Pero si la COVID-19 se propagara masivamente dentro de una prisión, las consecuencias podrían ser desastrosas. Las penitenciarías en Honduras no permiten mantener distancia social. 22.000 personas se encuentran encerradas en edificios que, en realidad, solo tienen capacidad para 10.000 reclusos.