La mayoría de diputados del partido gobernante AKP, islamista conservador, y del ultranacionalista MHP, en la oposición, votaron a favor de la medida.
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El Parlamento turco prolongó por 90 días el estado de excepción, que permite al jefe de Estado gobernar por decreto, informó la agencia de noticias Anadolu. El mayor partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), también en la oposición, votaron en contra.
Pero la votación en el Parlamento, esta noche de martes (11.10.2016) era un mero acto formal, pues el gabinete de Gobierno ya había probado la medida a comienzos de octubre. El gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo del presidente Recep Tayyip Erdogan no dependía si quiera del MHP, pues ya tiene en el parlamento una mayoría suficiente para sacar adelante este tipo de medidas.
Erdogan decretó el estado de excepción el 21 de julio por un lapso de 90 días, tras el frustrado golpe de Estado del 15 de ese mismo mes. La medida vencía el 18 de octubre pero ahora será prolongada, tras su publicación en el boletín oficial, previsiblemente hasta el 15 de enero.
Más arrestos de policías
Entretanto, la Dirección de Seguridad de Ankara lanzó este miércoles otra operación para detener a 215 agentes de policía sospechosos de pertenecer a la red del predicador Fethullah Gülen, al que el Gobierno turco acusa de haber urdido el fallido golpe militar del 15 de julio de 2016, informó la emisora NTV.
La acción policial, ordenada de acuerdo con un informe de los servicios turcos de inteligencia, comenzó en la madrugada en trece provincias del país y en las primeras horas se detuvo ya a treinta agentes, añadió la citada emisora de noticias.
Los policías sospechosos, entre los que hay 147 de alto rango, están acusados de haber dado apoyo financiero a la cofradía de Gülen, que el gobierno califica de organización terrorista, y haber usado la aplicación de mensajería cifrada ByLock, desarrollada supuestamente por los "gülenistas". Estas detenciones se suman a las de otros 125 policías arrestados la víspera en una operación similar ordenada por la Dirección de Seguridad de Estambul.
Desde el golpe de Estado, decenas de miles de militares, policías, funcionarios, jueces, maestros y profesores universitarios han sido suspendidos o arrestados por supuestos vínculos con Gülen, predicador islamista radicado en Estados Unidos desde 1999. Ankara ha pedido a Washington su detención preventiva y posterior extradición a Turquía.
RML (efe, dpa)
La nueva Turquía
El 7 de agosto se organizaron concentraciones multitudinarias en ochenta ciudades turcas para condenar el fallido golpe contra el Gobierno; un punto y aparte en el proceso de exacerbación del culto en torno a Erdogan.
Imagen: DW/D. Cupolo
¡A la calle!
Durante la intentona golpista del 15 de julio, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instó a sus simpatizantes a impedir que los militares derrocaran al partido gobernante, el AKP. El mandatario ha atribuido su permanencia en el poder a quienes salieron a apoyarlo en las calles, y, a lo largo de las últimas tres semanas, ha convocado a vigilias nocturnas para defender la democracia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Un aire de reivindicación
El 7 de agosto se organizaron las últimas concentraciones: dos millones de personas se manifestaron en Estambul y 10.000 en Ankara. En otras 78 ciudades, los seguidores del AKP –el primer partido de tendencia islamista en sobrevivir a un golpe– celebraron lo que a sus ojos es un triunfo sobre los cíclicos proyectos de derrocamiento y sobre una Constitución secular.
Imagen: DW/D. Cupolo
Optimismo de cara al futuro
En el discurso que ofreció en Estambul, el presidente prometió “reconstruir a Turquía desde cero”. Lale Alici (que no aparece en la imagen), una agente de bienes raíces asentada en Ankara, ha asistido a todas las concentraciones pro-Erdogan. A su juicio, “el desarrollo de Turquía se acelerará cuando culmine la purga oficial porque los infiltrados ya no serán una carga para el país”.
Imagen: DW/D. Cupolo
“Seremos una potencia”
Atalay no aparece en la foto y no quiso dar su nombre completo a pesar de que su declaración no lo compromete a los ojos del Estado. Al contrario: “Erdogan le está diciendo al resto del mundo que estamos aquí y que seremos una potencia. Y aunque no le guste, tendrá que aceptarlo. El mundo va más allá del G7”, dijo el diseñador de interiores.
Imagen: DW/D. Cupolo
La exclusión del HDP
Aunque la concentración de Estambul fue descrita como un acto en defensa de la democracia, la participación del pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) fue prohibida. “Como kurdo, yo no puedo asistir a esas manifestaciones porque no me siento seguro”, señaló Havva Ozcan (quien no aparece en la foto), codirector de Tuhad-Fed, una organización que defiende los derechos de los presos.
Imagen: DW/D. Cupolo
“Socialismo temporal”
Según Ozcan, las concentraciones pro-Erdogan recibieron respaldo integral del Gobierno, mientras que otras manifestaciones han sido prohibidas. Los seguidores del AKP tuvieron acceso gratuito a agua y alimentos. De hecho, para estimular las movilizaciones, también el sistema de transporte público ha sido gratuito en Ankara y Estambul. “Esta es una suerte de socialismo temporal”, sostiene Ozcan.
Imagen: DW/D. Cupolo
El auge de las redes sociales
Las redes sociales, bloqueadas durante las emergencias nacionales, han tenido un auge desde el golpe. La alocución de Erdogan via FaceTime fue memorable –y le fue políticamente útil–, pero ahora circulan hasta videos de Periscope que muestran episodios de violencia policial. Para la oposición, el Gobierno apenas tolera la actividad en las redes sociales porque le conviene en este instante.
Imagen: DW/D. Cupolo
Lo que está en juego...
La actividad comercial se ha reducido. Algunos bares en el centro de Ankara han tenido menos clientes desde que empezaron las concentraciones pro-Erdogan. “Los negocios han sufrido, desde luego. Pero lo que está en juego va más allá del dinero”, admite Can, propietario de una taberna en Kizilay. “Estas manifestaciones son un indicio de que pronto vendrán cosas peores”.
Imagen: DW/D. Cupolo
“Un entrenamiento”
Algunos perciben las concentraciones como una manera de consolidar la base de apoyo del AKP. Mohammed, un refugiado sirio que fue testigo del último golpe en Egipto y ahora vive en Turquía, dijo creer que las manifestaciones pro-Erdogan eran “un entrenamiento” para sus seguidores y que el presidente no tardaría en pedirles que se organicen contra grupos que su Gobierno desaprueba.
Imagen: DW/D. Cupolo
Rebautizando espacios públicos
Desde la plaza Kizilay de Ankara (la foto la muestra después del golpe fallido) hasta el puente sobre el Bósforo en Estambul, lugares prominentes a todo lo largo y ancho de Turquía están siendo rebautizados para honrar a quienes perdieron la vida durante la intentona. Ahora, quienes crucen del lado europeo de Estambul hacia el lado asiático lo harán transitado el puente “Mártires del 15 de julio”.