++ El Huracán Patricia toca tierra en México ++
DW23 de octubre de 2015
Huracanes, la violencia de la naturaleza
Las tormentas huracanadas poseen un gran poder destructivo. Esta galería explica cómo se originan.
Tres nombres, un solo fenómeno
Tifón, ciclón y huracán son tres términos para el mismo fenómeno climático extremo: las tormentas tropicales. En el este y sudeste de Asia se lo llama tifón. En la costa de América del Norte, huracán, y en India y Australia, ciclón. Sin embargo, se origina de la misma manera. Se usa una escala de cinco niveles para clasificar a los huracanes de acuerdo a su intensidad.
Así nace un huracán
Las tormentas tropicales surgen sobre la superficie del mar, cuando el agua se evapora a, como mínimo, 26 grados Celsius. El vapor se condensa, el aire se calienta y transporta aire más frío consigo hacia arriba. Se forman tormentas con una velocidad de hasta 350 km por hora.
El ojo de la tormenta
Debido a la rotación de la Tierra, el aire caliente comienza a girar alrededor del ojo del huracán, que puede alcanzar hasta 50 kilómetros de diámetro. En su centro, todo es calma y no hay viento ni nubes.
El ciclón llega a tierra firme
Cuando un ciclón llega a la costa pierde fuerza, ya que no sigue ascendiendo aire caliente. Los peores daños son producidos entonces por las masas de agua que arrastra consigo desde el mar, como aquí, cuando el tifón Nanmadol llegó en agosto de 2011 a China.
Caos anunciado
Sandy fue uno de los huracanes más violentos que alguna vez se midieron en el Océano Atlántico. Con olas de hasta cuatro metros, incendios y cortes de electricidad, diques rotos y otras catástrofes, Sandy surcó Nueva Jersey y Nueva York a más de 145 kilómetros por hora.
Las más veloces entre las tormentas
Debido al aire caliente que asciende rápidamente se crea una tromba, característica del tornado. Allí las velocidades del aire son enormes, de hasta 500 km por hora.
Estela de destrucción
Un tornado puede dejar una estela de destrucción de varios kilómetros a su paso. En el centro y el oeste de EE. UU. se producen cientos de tornados por año. Allí, el aire seco y frío del norte se topa con el aire húmedo y cálido del Golfo de México. En Alemania, los tornados son más comunes en las costas.