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Paz en Colombia: “nueva página en la historia”

Mirra Banchón20 de enero de 2016

El Parlamento Europeo aprobó por unanimidad apoyar el proceso de paz en Colombia. DW recogió opiniones sobre cómo se logró, las fortalezas y debilidades de la resolución y el proceso mismo.

Federica Mogherini
Imagen: European Union 2016

El apoyo del Parlamento Europeo al proceso de paz en Colombia, plasmado en una resolución conjunta a favor de fondos para el posconflicto, es unánime. No fue necesario votarla. Un hito de consenso entre los grupos políticos.

“Colombia con su conducta se ha hecho merecedora de este apoyo”, decía en el pleno de la Eurocámara el diputado español Luis de Grandes Pascual, del mayoritario grupo conservador y presidente de la delegación para los países de la Comunidad Andina.

Este inusual clarísimo apoyo se explica “porque, en el fondo, realmente hay casi unanimidad a favor del proceso de paz en Colombia. Para consensuar esa resolución y no perdernos en los matices todos hemos debido dejar algunos pelos en la gatera”, explica a DW Jordi Sebastia, que a nombre del grupo Verde/Ale negoció la resolución.

Matices y compromisos

Al principio del proceso de paz, en el grupo conservador seguía existiendo la visión que llevó a poner a las FARC en la lista europea de grupos terroristas. Y con terroristas no se negocia. Ahora, cuando el apoyo al proceso liderado por el presidente Juan Manuel Santos no se pone en duda, “en la resolución habrían querido focalizar la violencia sólo en las FARC”, sigue Sebastia.

No obstante, para lograr el consenso, han tenido que aceptar que en la resolución se hable de los paramilitares. “Son grupos fuera de control que están causando mucho sufrimiento, están relacionados con el narcotráfico, con la extorsión, con acaparamiento de tierras al servicio de multinacionales. Se mencionan, pero no con la contundencia que hubiésemos querido”, dice Sebastia.

Ningún cheque en blanco

“Estamos con el proceso de paz en Colombia y vamos a seguir allí cuando haya que ayudar a su implementación”, decía la Alta Representante de Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini. Para ello el Fondo Fiduciario –con dineros comunitarios y de los Estados miembros- habrá de estar listo para el momento en que la firma de la paz tenga que convertirse en desarrollo rural, reforma agraria, participación política de los excombatientes, búsqueda de la verdad, reparación de las víctimas.

Luis de Grandes PascualImagen: European Union 2016

“Los acuerdos de La Habana hablan de que no va a haber impunidad y eso es buena parte del mensaje que enviamos con nuestra resolución. ”, dice a DW por su parte Davor Ivor Stier, eurodiputado croata de la bancada conservadora.

“Nuestro apoyo va justamente hacia ese tipo de procesos en donde se busque defender los derechos de las víctimas, hacer justicia. Sencillo, seguramente no va a ser”, dice Stier recordando la complejidad de otros procesos de reconciliación, como el croata.

Si bien la resolución no es perfecta, es una señal fuerte. Tenemos que trabajar mucho en el tema de víctimas, en su reparación, en evitar la impunidad. Pero lo podemos trabajar después. Lo importante ahora es empezar una nueva página en la historia de Colombia”, comenta a DW el eurodiputado italiano Ignazio Corrado, del minoritario Grupo Europa de la Libertad y la Democracia Directa.

Jordi SebastiaImagen: European Union 2016

No solo buenas intenciones

Mucho parece indicar que los europeos tienen clara la tarea que están asumiendo. “No son sólo buenas intenciones, hablamos de un apoyo político constante, de medios concretos para que el acuerdo se pueda aplicar en las décadas futuras”, subrayó Mogherini.

Por otro lado, para el monitoreo de la implementación a nivel de la sociedad existe la idea de crear una delegación en la Asamblea Eurolat. Por otro lado, Eamon Gilmore, enviado especial de Mogherini, estaría muy dispuesto a apoyar los esfuerzos de monitoreo y verificación del abandono de las armas.

“Por el lado colombiano se requieren líneas claras de no repetición, no impunidad, respeto y protección de defensores de derechos humanos, seguridad de que sea la población la beneficiada de la ayuda que pueda llegar de la UE”, apunta Sebastia y concluye: “No se trata de un brindis al sol. Tanto Europa como Colombia tendrán que mojarse”.

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