Poco después de su reunión con Barack Obama este martes (06.01.2015), el presidente de México, Enrique Peña Nieto, dijo en la Casa Blanca que el “claro reto” que tiene su país en la actualidad es “combatir con mayor eficacia y contundencia al crimen organizado”. Esto, mientras fuera de la sede presidencial estadounidense, decenas de manifestantes exigían la dimisión de Peña Nieto y que se enjuicie a los responsables de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa.

El mandatario mexicano agradeció la disposición de Obama, quien “nos ha confirmado para seguir trabajando en materia de seguridad”, y dijo que el apoyo logístico estadounidense será de gran ayuda para poder ser “más contundentes y eficaces” en el combate del crimen. El presidente anfitrión, en tanto, se refirió a la desaparición de los 43 estudiantes como una tragedia y reiteró su compromiso para ayudar a México en la lucha contra el “flagelo” de la violencia.

En la reunión, realizada en el Despacho Oval, Obama dijo que es responsabilidad del gobierno y de las fuerzas de seguridad mexicanas combatir a los carteles del narcotráfico, al tiempo que especificaba que ha seguido las noticias de los estudiantes muertos. Este trágico hecho ha provocado una ola de protestas en México y una grave crisis de credibilidad en el gobierno del PRI, liderado por Enrique Peña Nieto.

“Pedimos justicia”

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, “Fuera Peña Nieto”, “Va a caer, va a caer. Peña Nieto va a caer”, “¿Qué queremos? Justicia. ¿Cuándo? Ahora” y “Ayotzinapa vive y vive, la lucha sigue y sigue”, eran algunas de las consignas que coreaban los manifestantes delante de una Casa Blanca cubierta de nieve. “(Al presidente mexicano) le pedimos justicia, que nos esclarezca el por qué, el cómo y el dónde”, dijo Jacqueline Mendoza, una de las manifestantes presentes en el lugar, a la agencia EFE.

Por otro lado, Peña Nieto alabó el decreto migratorio anunciado en noviembre por Obama, que dará permisos de trabajo temporales a unos cinco millones de inmigrantes indocumentados y la garantía de que no serán deportados durante tres años a su país de origen. “Es un acto de justicia para quienes llegaron de otras partes del mundo a Estados Unidos y hoy son parte ya de la comunidad” estadounidense, apuntó Peña Nieto.

DZC (dpa, EFE, Reuters)