En la provincia andaluza de Málaga y en su capital del mismo nombre muchas calles se inundaron tras las fuertes lluvias. La Agencia Española de Meteorología (Aemet) había declarado temporalmente el nivel más alto de alerta por tormenta para la región de Valencia y las provincias de Málaga, en el sur, y Tarragona, en Cataluña. Miles de residentes fueron evacuados como medida de precaución.

El transporte por ferrocarril, autobús y automóvil en Málaga se vio muy afectado, informó la cadena de televisión estatal RTVE. Numerosas carreteras, incluidas importantes arterias de tráfico, estaban intransitables. La línea ferroviaria de alta velocidad entre Málaga y Madrid tuvo que cerrar temporalmente. Escuelas, edificios gubernamentales y tribunales permanecían cerrados en la ciudad.

Hace apenas dos semanas, la región de Valencia se vio afectada por una devastadora riada y una posterior inundación, sobre todo alrededor de su capital. La destrucción fue enorme y las autoridades reportan al menos 225 muertos. La búsqueda de otras más de 10 personas desaparecidas se complica cada vez más debido a las nuevas lluvias.

En Valencia, donde todavía se notan los efectos de las recientes inundaciones, los servicios de emergencia trabajan para limpiar las alcantarillas y desagües del lodo acumulado, con el fin de facilitar la evacuación de las aguas de lluvia y evitar nuevas inundaciones.

Hace dos semanas, muchos vehículos quedaron destrozados por las graves inundaciones. Esta vez, los habitantes de la provincia de Málaga tomaron medidas inusuales para protegerlos: algunos cubrieron sus automóviles para protegerlos de las lluvias previstas, mientras que otros los ataron a farolas para evitar que fueran arrastrados por las aguas en caso de nuevas inundaciones.

El Ejército español continúa con sus operaciones de limpieza en Valencia, en el suroeste español, la zona más afectada. El rey Felipe VI visitó el martes una base militar en las afueras de Valencia para mostrar su apoyo a los servicios de emergencia. Sin embargo, la ira sigue creciendo entre los afectados por los fallos al lanzar los avisos de emergencia y el lento ritmo de llegada de la ayuda.

La indignación crece tras las inundaciones y el ambiente sigue tenso en el país. "Se podría haber evitado", se puede leer en un cartel que sostiene un manifestante en Barcelona. Según el Ministerio del Interior, decenas de miles de personas se han reunido en ciudades de todo el país para protestar y exigir la dimisión del presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, entre otras cosas.

La Aemet levantó la alerta roja. "Lo peor de esta segunda zona de bajas presiones ya pasó", afirmó el viernes en un comunicado. El nivel de alerta actual es amarillo, pero este domingo vuelve a brillar el sol en casi todo el país y se augura tiempo estable los próximos días. Lo que no ha pasado es la tormenta política. El lunes comparecerá Pedro Sánchez en el Parlamento. (lgc/rr)