¿Peligra el paisaje orquestal de Alemania?
6 de diciembre de 2013 La amargura tiñe las palabras de quienes se lamentan por la próxima fusión de la Orquesta de Stuttgart y la de Baden-Baden y Friburgo, dependientes de la Radio del Suroeste de Alemania (SWR). “Será necesaria más de una década para que la orquesta que surja de las dos formaciones encuentre una nueva identidad”, señala a Deutsche Welle Gerald Mertens, director gerente de la Unión de Orquestas Alemanas (DOV, por sus siglas en alemán). Sobre todo, por el perfil de la Orquesta de Baden-Baden y Friburgo, que tiene una sólida reputación internacional y una personalidad muy definida en el terreno de la música de nueva creación.
“La función de la radio pública en Alemania es la de producir contenidos culturales que no existen en el mercado, como, por ejemplo, aquellos que tienen que ver con la música contemporánea, continúa Mertens. “Las emisoras reciben dinero público para lograr ese objetivo. Mantener dos orquestas es parte de su misión legal. La Radio Bávara (BR), la Radio del Norte de Alemania (NDR) y la Radio del Oeste de Alemania (WDR) también tienen dos orquestas”, concluye.
Cruce público de cartas
Argumentos no faltan a quienes se echan las manos a la cabeza por esta fusión. El pasado 12 de noviembre aparecía en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung una carta abierta a Peter Boudgoust, director general de la SWR, firmada por 160 directores de orquesta. La misiva califica la fusión de “económicamente cuestionable” y de “rotundo fracaso en política cultural.” Además, alerta sobre la pérdida artística que supone la unión de dos orquestas con tradiciones muy distintas: la de Stuttgart, dedicada al repertorio sinfónico romántico, y la de Baden-Baden y Friburgo, enfocada a la interpretación de música contemporánea. El último párrafo es especialmente demoledor: “En los últimos 20 años se han disuelto 36 orquestas. (…) Si revoca usted la desdichada decisión de fusionar estas dos formaciones, contribuirá a mantener el paisaje orquestal alemán, único en el mundo.”
La propia página web de la SWR publicaba al día siguiente la contestación de su director general, Peter Boudgoust: “Mi misión al frente de la SWR no conlleva conservar el paisaje orquestal alemán en su estado actual. Los contribuyentes esperan de esta emisora una buena programación. (…) La ley nos obliga a fomentar especialmente la cultura, pero eso no implica específicamente mantener orquestas. (…) En 2016 habrá una orquesta menos en Alemania, pero al menos la formación que resulte de esa fusión tendrá el futuro asegurado,” decía Boudgoust.
¿Demasiadas instituciones culturales?
En 2012 veía la luz en Alemania el libro Der Kulturinfarkt. Von allem zu viel und überall das Gleiche. (El infarto cultural. Demasiado de todo y por todas partes lo mismo). Sus cuatro autores, Dieter Haselbach, Armin Klein, Pius Knüsel y Stephan Opitz, procedentes de distintos ámbitos académicos, realizan en él contundentes afirmaciones sobre el entramado cultural del país. Según ellos, sobra un gran número de instituciones culturales en Alemania que promueven productos artísticos “semielaborados y mediocres”. Argumentan además que todo se transforma en la sociedad: hospitales, escuelas, fuentes de energía… Todo, menos la cultura.
Uno de los autores de El infarto cultural habló para Deutsche Welle sobre el caso concreto de las dos orquestas de la SWR: “La Radio del Suroeste de Alemania surgió hace algunos años de la fusión entre emisoras de la región de Baden-Württemberg”, explica Dieter Haselbach. “Redacciones completas quedaron entonces unidas. Hasta ahora, solo se habían salvado las dos orquestas sinfónicas: la de Stuttgart y la de Baden-Baden y Friburgo. El Consejo de la SWR decidió hace un tiempo unirlas porque debía ahorrar de forma masiva. Si finalmente la fusión no se llevara a cabo, habría que asumir las consecuencias: o se consigue más dinero de los contribuyentes o se financian dos orquestas de menor nivel. En general, no hay ninguna ley escrita sobre cómo y cuánto debe ahorrarse en medios públicos destinados a la cultura”, concluye Haselbach.
Los músicos siguen en la lucha
“Crear una orquesta nueva es un proceso muy largo”, dice Franz Xaver Roth, director titular de la Orquesta de Baden-Baden Friburgo, en declaraciones a Deutsche Welle. “Los músicos lo sabemos, pero los políticos y los directores de emisoras, no. Es como si trataran de fusionar la Filarmónica de Berlín y la Filarmónica de Viena. Sería una catástrofe, no pueden unirse instituciones de personalidad y tradición tan arraigadas. La situación que vivimos con las dos orquestas de la SWR es parecida.”
Poco después de publicarse la carta de los directores de orquesta, Die Zeit hizo un hueco en sus páginas a los compositores. El alemán Hans Zender era uno de los 148 firmantes. “Desde la perspectiva de la emisora, se trata sencillamente de una medida de ahorro, aunque, cuando en su día se creó la SWR, se dijo que ambas orquestas seguirían separadas", se lamenta Zender en declaraciones a Deutsche Welle. “La nueva formación será una orquesta con más de 150 músicos, lo que significa que, por razones de repertorio, un tercio de ellos no tendrá en qué ocuparse a lo largo de la temporada. Esto resulta incluso contraproducente, pues no tendrán ocasión de tocar juntos con regularidad", señala el compositor.
Otro asunto es la cuestión de la futura sede, que quedará fijada en Stuttgart. Zender cree que esta decisión implica de facto la desaparición de la tradición específica en música contemporánea de la Orquesta de Baden-Baden y Friburgo. "Una solución artísticamente mejor sería la de transformar una de las orquestas en grupo de cámara con 50 músicos. En Stuttgart ya existe una formación enorme, así que tendría más sentido para la emisora disponer de un conjunto de cámara en esa ciudad", concluye Zender.