La FIFA dice tener pruebas sólo contra Zinedine Zidane. Por eso, será el ídolo francés, de origen argelino, el blanco de una investigación disciplinaria, dirigida a esclarecer por completo el incidente que dejó atónitos a millones de espectadores del mundo entero. Sin embargo, en el proceso de develar los entretelones del episodio, el que podría salir peor parado es el jugador italiano Marco Materazzi, víctima de la embestida de Zizou pero, a la vez, instigador de la misma, con una provocación verbal.

El reglamento de la FIFA

En los más diversos medios de comunicación se especula todavía qué es lo que el italiano dijo para provocar semejante pérdida de estribos en la estrella gala. Lectores de labios ofrecen diversas versiones, que van desde insultos a la madre o a la hermana del jugador francés, hasta alusiones a su origen argelino o incluso mención de vínculos con el terrorismo. Materazzi, por su parte, asegura no haber dicho nada que no se haya dicho antes en el fragor de las batallas futbolísticas, aunque reconoce haber insultado a Zidane.

En los reglamentos de la FIFA no está contemplada la figura de los "fouls sicológicos" o verbales, que bien podrían valerle una tarjeta roja también al italiano. Sin embargo, sí se prevén castigos contra expresiones denigrantes, discriminatorias o injuriosas en relación con la raza, el color de la piel, el idioma, la religión o el origen. En una conferencia celebrada en marzo, la organización internacional del fútbol resolvió nuevas sanciones contra el racismo. Concretamente, el artículo 5 del Reglamento disciplinario de la FIFA, indica que tales comportamientos serán castigados con la sustracción automática de tres puntos al equipo en cuestión. "En partidos sin entrega de puntos, el equipo será descalificado", agrega el documento.

Tensiones entre Italia y Francia

En rigor, esto podría significar que Italia fuera despojada en última instancia del título de campeón mundial 2006, siempre que la FIFA encontrara pruebas contra Materazzi y las interpretara de ese modo. Así lo hace notar Der Spiegel, recordando, sin embargo, que aún no se han iniciado investigaciones contra el defensa italiano. Sea como fuere, semejante situación no tiene precedentes y sería difícil de imaginar.

No obstante, la tensión también escala entre Francia e Italia más allá del caso de Zidane. En la arena política, el foul más burdo lo ha cometido el ex ministro y actual senador italiano Roberto Calderoli, tristemente célebre por sus expresiones anti-musulmanes, que en su día le costaron incluso su cargo de ministro en el gabinete de Berlusconi. La agencia EFE cita sus palabras: "La de Berlín ha sido una victoria de nuestra identidad, donde un equipo que ha alineado lombardos, calabreses, napolitanos y vénetos, ha vencido a una formación que ha perdido, sacrificando por el resultado, su propia identidad, al alinear negros, musulmanes y comunistas". Y esas declaraciones sí que caen dentro de lo que la FIFA define como un comportamiento racista, digno de sanción.