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Y por ello se han anticipado a la escasez de energía: Arubis ha invertido 1,5 millones de euros en la compra de generadores eléctricos de emergencia. Worlée, más humilde, ha contratado a un ingeniero experto en energías e intenta asegurarse el suminstro con una planta propia de biogas. Ambas empresas están situadas en el área metropolitana de Hamburgo, una región que ve peligrar su suminstro energético desde el cierre de cuatro centrales nucleares. Plantas solares y generadores eólicos cubren gran parte del déficit energético, pero su rendimiento no es constante, especialmente durante el invierno. Es un riesgo que las empresas con elevado consumo energético no pueden correr.