El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, recordó este miércoles (13.02.2019), en el inicio de una visita a Polonia, que la OTAN requiere "inversión" y que cada miembro "respalde con su compromiso la defensa común".
"La OTAN se basa en la solemne promesa de que un ataque a uno de sus miembros es un ataque a todos, pero este juramento requiere preparación, inversión y que cada miembro de la Alianza respalde con su compromiso nuestra defensa común", dijo Pence tras aterrizar en Varsovia, donde fue recibido por el presidente polaco, Andrzej Duda.
Tras una bandera estadounidense de grandes dimensiones y flanqueado por personal militar de su país destinado en Polonia, Pence subrayó la "gran amistad" que une a Polonia y EE.UU., y afirmó que "Estados Unidos y la OTAN estarán siempre al lado del pueblo polaco".
Mike Pence también recordó las palabras del presidente estadounidense, Donald Trump, hace dos años en Varsovia: "Occidente nunca será derrotado, nuestros valores prevalecerán, nuestra gente prosperará y nuestra civilización triunfará". Por su parte, Andrzej Duda aseguró que las tropas polacas "siempre lucharán en defensa de una Polonia libre y de un mundo libre".
La visita de Pence tiene lugar días después de que Varsovia haya anunciado la compra de un sistema de misiles por valor de más de 400 millones de dólares, dentro de su plan para modernizar sus Fuerzas Armadas, sobre todo con la adquisición de nuevo equipamiento militar de fabricación estadounidense.
Polonia espera que su lealtad a EE.UU. sirva para que Trump decida enviar más soldados a suelo polaco y que, en el futuro, acepte instalar una base militar permanente, pese a las reticencias que eso provoca en Rusia.
Según informan medios locales, la Casa Blanca podría decidir próximamente aumentar su presencia militar en Polonia hasta 7.000 efectivos, cuya presencia sería rotatoria (como hasta ahora) y no estable.
Por su parte, el Gobierno polaco estaría dispuesto a pagar hasta 2.000 millones de dólares para contar con la ansiada base, a la que nombraría "Fuerte Trump" en honor al presidente estadounidense.
En Varsovia, Pence, que ha llegado acompañado de su esposa, visitará algunos lugares históricos relacionados con la Segunda Guerra Mundial y participará en la conferencia sobre Oriente Medio. El viernes, Mike Pence visitará junto a Andrzej Duda el antiguo campo de concentración nazi de Auschwitz. (EFE)
La intervención de la OTAN contra Serbia
El bombardeo de Serbia por parte de la OTAN terminó con la violencia de las tropas serbias contra los albano-kosovares. Sin embargo, esa guerra, que se realizó sin el mandato de la ONU, sigue siendo controvertida.
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Huellas de la guerra
El conflicto en Kosovo escaló a fines de 1990. Decenas de miles de personas huyeron y, cuando todas las tentativas de restablecer la paz se vieron frustradas, la OTAN inició un ataque aéreo a las bases y objetivos militares serbios, el 24 de marzo de 1999. Once semanas después, Slobodan Milosevic se rendía.
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El fracaso de la resistencia pacífica
Ya a mediados de los 80 comenzaron en Kosovo las protestas contra los intentos de Belgrado de recortar los derechos de la población albana. En los 90, las represalias aumentaron. Ibrahim Rugova, que lideraba el movimiento político en Kosovo desde 1989, creía en la resistencia pacífica y trató de convencer a Slobodan Milosevic de un cambio de rumbo, pero sin éxito.
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Guerra de guerrillas
En Kosovo comienza a formarse la resistencia armada. La autoproclamada Armada de Liberación UCK empieza una cruel guerra de guerrillas perpetrando violentos ataques contra los serbios, pero también contra los albanos, a quienes considera colaboradores. Serbia responde a los actos terroristas incendiando viviendas y saqueando tiendas. Cientos de miles personas huyen.
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Expulsión sistemática
La guerra se vuelve cada vez más brutal. Para romper la resistencia de la UCK y el apoyo que le brinda la población, las fuerzas serbias atacan cada vez más a civiles. Muchas personas huyen a los bosques. Miles de kosovares son llevados en trenes y camiones a las fronteras del país, sin documentos que probaran que provenían de Kosovo.
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El último intento
En febrero de 1999, EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llaman a las partes en conflicto a una conferencia en Rambouillet para lograr un acuerdo limitado de autonomía para Kosovo. Los representantes kosovares aceptan, pero los serbios no están dispuestos a hacer concesiones, y las negociaciones fracasan.
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"Intervención humanitaria"
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comienza a bombardear objetivos militares y estratégicos en Serbia y Kosovo para frenar la violencia contra los albanos. También Alemania participa en los ataques. La operación “Allied Force” es la primera guerra de la OTAN en 50 años que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia juzga severamente la intervención
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Infraestructura paralizada
Además de los ataques a instalaciones militares, la OTAN también toma como objetivo vías de abastecimiento, líneas de ferrocarril y puentes. En 79 días y noches arriban más de 37.000 misiones de la alianza, y cerca de 20.000 misiles y bombas caen sobre territorio serbio. Muchos civiles pierden la vida. “Daños colaterales”, según el lenguaje que utiliza la OTAN.
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Nubes tóxicas sobre Pancevo
También son atacadas las fábricas, como en Pancevo, cerca de Belgrado. Allí, las bombas de la OTAN destruyen un depósito de químicos y una fábrica de fertilizantes liberando grandes cantidades de sustancias químicas que contaminan suelos, ríos y el aire. Las consecuencias para la población son gravísimas. Serbia acusa a la OTAN de utilizar munición enriquecida con uranio, así como bombas racimo.
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Guerra contra la propaganda de guerra
Para privar a Milosevic de un importante órgano de propaganda, la OTAN ataca la televisión estatal en Belgrado. Aunque se informó con anticipación al Gobierno serbio del ataque, éste no difunde la información. En el edificio de la emisora mueren 16 personas.
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"Daños colaterales"
En Kosovo, las bombas de la OTAN caen por error sobre una caravana de refugiados albanos. Mueren cerca de 80 personas. La OTAN califica, además, de “daño colateral” el bombardeo de la embajada china en Belgrado, en el cual mueren cuatro personas. El incidente provoca una grave crisis diplomática entre Pekín y Washington.
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Balance del horror
A comienzos de junio llegan las primeras señales de Belgrado que indican que Slobodan Milosevic está dispuesto a ceder. El 19 de junio la OTAN detiene los ataques aéreos. El balance de la guerra: miles de muertos y 860.000 refugiados. La economía serbia está por los suelos, y amplios sectores de su infraestructura están destruidos. Kosovo es puesta bajo administración de la ONU.