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Pequeñas empresas desafían al coronavirus con creatividad

Hannah Fuchs
25 de marzo de 2020

¿Aceptar la pausa forzada y hundirse en la autocompasión? ¡En absoluto! Las pequeñas empresas no renuncian ni esperan por la ayuda del Estado: cambian, con ingenio, su modelo de negocio.

Imagen: DW/H. Fuchs

¿Hay que comer helado justo ahora? ¿No tenemos otras preocupaciones? Ciertamente, las tenemos. Cada uno de nosotros. La familia, los amigos, el trabajo. Probablemente todo junto. Pero el negocio de los vendedores de helados, como otros, garantiza la existencia de sus dueños y empleados.

Rainer Winter es el fundador y propietario de la fábrica de helados Keiserlich, en Colonia. Mientras pudo, mantuvo su negocio en marcha, con reglas sobre la distancia mínima a guardar entre clientes, así como con el personal, con medidas de higiene adicionales y normas de conducta. No floreció, pero funcionó. "Los clientes se adhirieron a las pautas", dice Winter, "fue genial."

Rainer Winter, orgulloso de sus clientes Imagen: privat

Sin embargo, también hubo mucho viento en contra en las redes sociales. Fue acusado de avaricia o irresponsabilidad, porque su negocio aún estaba funcionando. "Nadie ve la responsabilidad que tenemos hacia nuestros empleados", lamenta. "Después de todo, hay personas detrás de cada empresa", agrega.

La mayoría de las empresas en Alemania son pymes

Las cifras de la Oficina Federal de Estadística dejan claro de cuántas personas se trata realmente. Porque las pymes, es decir, las pequeñas y medianas empresas, constituyen el 99,3 por ciento de las empresas en Alemania. Más del 60 por ciento de todos los empleados del país trabajan en ellas.

Según una encuesta realizada por la Cámara de Comercio e Industria de Alemania (DIHK), muchas compañías esperan medidas de apoyo rápidas y poco burocráticas o ayudas financieras para superar la crisis, pero también muchas toman su futuro en sus propias manos.

Permanecer visibles

En muchas puertas de tiendas cerradas hay avisos con ofertas especiales o cupones con los que los minoristas, los proveedores de servicios y la gastronomía intentan no desaparecer, sino permanecer visibles y, sobre todo, sobrevivir económicamente.

Numerosos propietarios de pequeñas empresas usan la red social Instagram para promover esta idea, bajo etiquetas como #gutscheinestattklopapier (cupones en vez de papel sanitario), #supportyourlocals (apoya a tus locales), #buchsolidarität (reserva solidaridad) o #stillopen (aún abiertos). Quieren evitar hundirse en el caos del coronavirus.

Plataforma de apoyo

Pero es difícil seguir todas las ofertas y campañas en este tiempo de coronavirus, tanto de empresas como de clientes potenciales. Eso es lo que pensó Vanessa Janneck, propietaria de una pequeña tienda de productos de diseño sostenible en Hamburgo.

"Vi por mí misma lo difícil que es para los trabajadores independientes obtener información sobre la situación actual", cuenta. Junto con Boris Arnold y Florian Brendl, Janneck lanzó el sitio web 2gather.jetzt, una plataforma en línea de los autónomos para los autónomos. Allí pueden informarse y ofrecer ayuda "para la cohesión en tiempos de crisis". A través de su cuenta de Instagram, el equipo ofrece una plantilla de búsqueda y oferta que las pequeñas empresas y los trabajadores independientes pueden usar.

La plataforma 2gather.jetzt ofrece a las personas que trabajan por cuenta propia la oportunidad de permanecer visibles en el caos actualImagen: 2gather.jetzt

Situaciones excepcionales requieren medidas excepcionales. "Una pandemia no era parte de mi plan de negocios", escribe Janneck en un artículo para Xing, una red social profesional popular en Alemania similar a LinkedIn. Y, ciertamente, no está sola.

Pero, especialmente en los últimos días, se puede ver cuán fuerte es la cohesión, dice también en conversación con DW. "El estado de ánimo ha cambiado en la última semana. Ahora hay más y más ideas creativas, las personas se conectan y se apoyan mutuamente".

"Social Distance Shopping": pequeña, ¡pero creativa!

"Todos estamos ahora en el mismo bote", dice Saskia Wichelhaus. Es propietaria de la pequeña tienda Coco, en el barrio de Sülz, en la ciudad de Colonia. "Compras con distanciamiento social", se lee en los paneles de las ventanas. Los escaparates están llenos de todo tipo de artículos pequeños.

"Pensé que tenía que sacar lo mejor de esta situación", expresa, "por eso puse algunas cosas bonitas en el escaparate de la tienda: velas, juguetes, amuletos de la suerte que pueden usarse para hacer feliz a alguien".

El asesoramiento y los pedidos también funcionan a distancia, con amor por el detalleImagen: DW/H. Fuchs

En Alemania no hay toque de queda, así que no hay que renunciar del todo a las "compras de vidriera", siempre a suficiente distancia, por supuesto. El pedido se realiza por mensaje, llamada telefónica o correo electrónico. "Recibimos muy buenos comentarios, cada mensaje nos da aliento", agradece Wichelhaus. "Es bueno sentir el apoyo", manifiesta. Algunas órdenes y consultas cuelgan en las ventanas como motivación a seguir el ejemplo.

Hacer de la necesidad una virtud

El éxito de ventas en Coco se debe indudablemente a la incertidumbre: la mascarilla facial textil, cosida por Crepes Suzette. Susanne Kelber es la propietaria de la etiqueta de producción propia, con sede en Colonia.

Coco vende usualmente moda infantil, pero ahora también mascarillas de protección respiratoria. La necesidad abre modelos comerciales completamente nuevosImagen: DW/H. Fuchs

En realidad, cose con su equipo mochilas escolares y almohadas, pero actualmente solo se ocupan de estas mascarillas porque la demanda es muy alta. La versión de fabricación propia no ofrece una protección del 100 por ciento pero, gracias a la ranura para insertar textil no tejido estéril, es tan efectiva como las mascarillas deschables convencionales, que protegen principalmente a los demás del usuario.

"Un poco de suerte"

Rainer Winter tampoco renunció. Como las tiendas han tenido que permanecer cerradas, ha estado ofreciendo el servicio de recogida de helados en una de sus sucursales.

El servicio regular de Keiserlich está literalmente detenido hasta nuevo aviso, pero aún se puede ordenar helado para llevarImagen: DW/H. Fuchs

"Esto es cualquier cosa menos rentable", dice. Pero el dueño de Keiserlich todavía tiene una buena razón: "Queremos mantener un poco de normalidad en la vida cotidiana para nosotros y nuestros clientes".

Y funciona. Los clientes lo ratifican: la porción de helado es lo más destacado de sus días. "Vendemos un poco de suerte en una taza, un gofre o en cajas grandes", sonríe. Exactamente lo que los clientes necesitan en este momento.

(rml/rrr)

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