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Perú: la lucha por los recursos naturales

10 de junio de 2009

El conflicto entre los indígenas y el gobierno peruano es la peor crisis desde la guerra contra Sendero Luminoso en los años 90 y es seguido con atención por la prensa y catedráticos europeos y alemanes.

Manifestación en Nicaragua en defensa del líder indígena, Alberto Pizango.Imagen: picture alliance/dpa

Se trata de la mayor protesta indígena contra el gobierno de Alan García por los planes de abrir una buena parte de la Amazonía peruana a perforaciones petroleras, mineras y a la explotación forestal, dentro de un plan de inversión diseñado, como el mismo gobierno reconoce, para adecuar las leyes al Tratado de Libre Comercio que tiene Perú con Estados Unidos.

Los habitantes indígenas de tierras comunales, un medio millón de personas, que viven de la agricultura de subsistencia, llevan varias semanas bloqueando caminos en protesta contra varios decretos que pretenden impulsar las inversiones en la Amazonía.

En Alemania esta crisis es vista con una cierta postura crítica. “Este conflicto lógicamente abre un debate candente sobre la manera cómo deberían los países latinoamericanos aprovechar sus recursos naturales reconociendo a los pueblos indígenas que viven en esas áreas.

En este sentido, este conflicto despierta todo el apoyo hacia los grupos indígenas que intentan defender los derechos sobre sus propios recursos”, explica el catedrático Gunther Maihold, subdirector de la Fundación Ciencia y Política, un reconocido Think Tank alemán, con sede en Berlín.

“Sin embargo existe otro grupo que considera el conflicto como un bloqueo al desarrollo de un país en base a derechos colectivos que no tienen una base jurídica clara”, añade Maihold.

Manifestaciones en Bolivia contra el presidente peruano, Alan García.Imagen: AP

Derechos colectivos vs. individuales

El catedrático argentino, Carlos Malamud, académico del Real Instituto Elcano de Madrid, señala que la crisis ha llegado a un punto complicado y de difícil solución, sobre todo por la evolución que han tenido los asuntos indígenas en los últimos años, donde se mezclan por un lado los derechos colectivos o pretendidos derechos colectivos de los llamados pueblos originarios.

“Este nombre falsea la realidad de una manera muy flagrante porque en realidad ¿originarios cuándo? Originarios cuando llegaron ellos, pero lo hicieron expulsando a otros que ya estaban previamente antes que ellos. Está en juego la contradicción de los derechos colectivos versus los derechos individuales, la capacidad de los Estados de legislar sobre el interés general”, sostiene.

La situación agudizó la semana pasada con enfrentamientos que tuvieron como desenlace la muerte de 33 personas, 24 de ellas policías. Los indígenas tomaron a los policías como rehenes y prendieron fuego a oficinas de gobierno. La comisión de derechos humanos del Parlamento peruano confirmó que hubo abusos y que los policías fueron asesinados brutalmente.

El líder de las protestas, Alberto Pizango quien era buscado con una orden de aprehensión se refugió en la Embajada de Nicaragua, país que al parecer le otorgará asilo político. Pizango, de 43 años de edad, maestro de profesión y padre de familia, es presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), a la que pertenecen 57 distintos grupos indígenas de diversas etnias.

Indígenas peruanos protestan contra el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.Imagen: AP

Atrás ha quedado el capitalismo salvaje

Maihold sostiene que en los últimos años hay un cambio claro de respeto a los derechos indígenas. “No estamos en los tiempos del capitalismo salvaje, pero por otro lado no está claro quien tiene la voz indígena. Son diferentes grupos que tienen sus propios intereses y esto lógicamente abre la posibilidad de que surjan zancadillas políticas, influencias externas que en los gobiernos nacionales automáticamente generan una reacción de animadversión o de rechazo”, subraya.

El catedrático argentino, Carlos Malamud recuerda a Moisés Naím que hablaba de dos Américas Latinas muy diferentes, opuestas, con muchas contradicciones entre sí, una bajo la égida de Hugo Chávez y su proyecto bolivariano y la otra simbolizada por el Brasil de Lula pero encarnando a gobiernos o bien de centro derecha o de centro izquierda pero con programas distintos.

“Prueba de que estos enfrentamientos han llegado a límites totalmente desconocidos en el pasado son las brutales acusaciones lanzadas por la ministra de asuntos indígenas venezolana contra el gobierno de Alan García, al que tildó de fascista por las matanzas cometidas por los indígenas contra policías peruanos”, afirma Malamud.

Indígenas peruanos bloquean una calle en protesta contra el Tratado de Libre Comercio.Imagen: AP

Internacionalización del conflicto

La internacionalización del conflicto también es para Günther Maihold un paso más en la agudización del conflicto. “La situación empieza a volverse bastante difícil cuando se trata de internacionalizar un conflicto interno. Esto es justamente lo que está sucediendo, que Alan García culpa a Bolivia y a otros países de que están instigando el conflicto y con ello amplía lo más posible el número de participantes, incluyendo a la Embajada de Nicaragua. Así se ha abierto un proceso que escapa después de poco tiempo a un arreglo interno”, advierte.

El catedrático alemán hace un llamado a la cordura: “Es un conflicto que hay que resolver internamente, pacíficamente y la manera más oportuna es encontrar procedimientos claros para que no puedan surgir sospechas que involucren a otros”, concluye Maihold.

Autora: Eva Usi

Editor: Enrique López

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