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Perú le tiende una mano a los inmigrantes venezolanos

Jurriaan van Eerten
10 de agosto de 2017

Ante la crisis actual, muchos venezolanos huyen a otros países de Sudamérica. En Perú, el gobierno quiere darles la posibilidad de un nuevo comienzo: un permiso de residencia y trabajo.

Festival de comida venezolana en LimaImagen: DW/E. Vannes

Max Coloma (33 años) comparte un apartamento pequeño en el distrito de San Martín de Porres, uno de los suburbios más pobres de Lima, donde la delincuencia pulula cuando cae el sol. Pero para el exabogado venezolano esto no importa. Comparadas con Venezuela, donde el hambre y la violencia han empujado al país hasta el borde del colapso, las calles de Lima son un paraíso.

Cuando vino a Perú hace cerca de dos años, Coloma comenzó a hacer arepas, un tipo de pan de harina de maíz que se vende en todas partes en Venezuela. Esperaba en paradas de autobús y otros lugares concurridos para vender estas exquisiteces tradicionales venezolanas a los transeúntes. Ahora su empresa se ha convertido  en un servicio de entrega a domicilio. Trabaja en la cocina de su apartamento. Los simples emparedados se han convertido en una forma única de comida fusión, mezclando la cocina peruana con recetas de su país natal, Venezuela.

"Al principio, los peruanos se mostraban un poco recelosos de mi comida. Supongo que son un poco quisquillosos con la comida, muy orgullosos de sus platos tradicionales", dice Coloma riendo. "Pero una vez que comenzaron a probarla, en realidad les gustó mucho. Ahora la publicidad de mis entregas se hace principalmente de boca en boca", dijo a DW. 

Max Coloma explica su comida mientras prepara arepas en su cocinaImagen: DW/E. Vannes

La historia de Coloma es solo uno de los muchos ejemplos de las habilidades empresariales que tienen los miles de venezolanos que han llegado recientemente e intentan forjarse una vida en la vibrante capital de Perú. Después de haber huido de la represión y las dificultades en casa, los venezolanos son bienvenidos en este país andino. En febrero de este año, Perú concedió una primera tanda de permisos temporales de trabajo para todos los venezolanos que residían en el país en ese momento, dándoles así la oportunidad de abrir un negocio o comenzar un trabajo. Este Permiso Temporal de Permanencia (PTP) le dio a los venezolanos la posibilidad de trabajar legalmente por un año, después del cual pueden solicitar una extensión.

Los venezolanos que no tienen antecedentes penales e ingresaron al país legalmente pueden pedir el permiso. Inicialmente, 5.000 PTP fueron expedidos, pero de acuerdo a estadísticas del gobierno, 11.000 venezolanos lo han recibido después de que el periodo fue extendido la primera vez.

Las preferencias políticas no cuentan

"Es interesante darse cuenta de que muchos venezolanos que vienen a Perú ahora de hecho tienen familiares peruanos que escaparon de la guerra civil en los 80", dice Oscar Pérez Torres, un expolítico que ha estado viviendo en exilio en Perú desde 2009. Pérez, quien se ha convertido en el vocero de la diáspora venezolana en Perú, ha estado en contacto directo con el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, para responder por sus compañeros venezolanos.

Pérez salió un domingo a visitar un festival de comida venezolana en Lima, donde unos 20 empresarios venezolanos como Coloma comparten con otros su comida, bebidas o artefactos venezolanos. Una pareja joven ofrecía un ponche de frutas llamado tizana, el cual venden normalmente en las calles del barrio peruano de clase baja Los Olivos. Otra pareja comenzó su propia línea de ponche crema, una típica bebida cremosa de ron.

Un tema recurrente es que todos los empresarios venezolanos tienen sus talleres en sus propias salas de estar, comenzando la vida desde cero en este nuevo país. "Las preferencias políticas no cuentan dentro de la diáspora venezolana en Perú", dice Pérez al referirse a la fuerte división en su país natal entre un cada vez más reducido grupo de chavistas que todavía apoyan al gobierno y los manifestantes en las calles. "Al final, todo el mundo está de acuerdo en que es importante hacer una vida como una persona normal y eso ya no es posible en Venezuela".

La capacidad y la voluntad

De acuerdo a Pérez, hay una enorme demanda de permisos extra de trabajo debido al creciente número de venezolanos que han llegado a Perú en las últimas semanas y los muchos más que se esperan debido a la ola de violencia en Venezuela. "Lo bueno es", dice Pérez, "que Perú sí tiene de hecho la capacidad de acogerlos y también tiene la voluntad de hacerlo".

Mientras tanto, Max Coloma dice que se quedará en Perú e intentará abrir un restaurant de comida fusión. Incluso si el gobierno venezolano cayera hoy y esto preparara el camino hacia la estabilidad política, Coloma cree que ya se ha hecho tanto daño a la sociedad que se necesitará al menos 10 años para repararlo.

"Tengo que ser realista", dice. "Estos son los años productivos de mi vida. Ahora estoy construyendo una vida aquí en Lima y sería un problema si yo tuviese que dejar eso atrás para comenzar de nuevo desde cero por segunda vez".

Autor: Jurriaan van Eerten (RR)

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