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¿Perdedor de la globalización?

PK21 de noviembre de 2006

En Alemania, la economía y las exportaciones crecen, pero no el empleo. ¿Es el país un perdedor de la globalización?

Contenedores en el puerto de Hamburgo.
Una economía, un mundo.Imagen: AP

Las buenas noticias para la economía alemana se multiplican. La tasa de crecimiento es la mayor de los últimos años y también este año será Alemania el país exportador número uno en el mundo, por cuarta vez consecutiva.

Las inversiones y las exportaciones han dado un gran impulso a la coyuntura económica alemana. Por ello llama la atención que las excelentes cifras no se reflejen decididamente en el mercado laboral. ¿Es Alemania, a pesar de su éxito exportador, un perdedor de la globalización?

Huelgas: el alto costo de la globalización.Imagen: dpa

El liderazgo en las exportaciones tiene también su lado oscuro. Las empresas alemanas pudieron competir tan bien en los mercados internacionales porque redujeron costos rabiosamente y echaron personal. Hoy producen con plantillas mucho más pequeñas.

"Durante mucho tiempo, Alemania cargó con un alto handicap de costos", dice el economista Michael Grömling, del Instituto de la Economía Alemana (IW), cercana a las patronales. Y agrega "Pero los muy moderados aumentos de sueldos han aumentado considerablemente la competitividad de Alemania". Consecuentemente, este año se espera un aumento del empleo, quizás de hasta 250.000 puestos de trabajo.

¿Víctima de la globalización?

No obstante, algunos economistas ven a Alemania como víctima de la globalización. "Alemania ha pagado caro sus éxitos en la exportación, con un descenso de los salarios reales", dice Joachim Jahnke, ex vicepresidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. El estancamiento de los ingresos ha frenado el mercado interno y provocado así nueva desocupación, agrega.

Producción de vestimenta en China: ¿aumento del poder adquisitivo en Alemania?Imagen: dpa - Bildfunk

No obstante, también se oyen voces disidentes. Holger Schmieding, economista jefe del Bank of America, opina que, por otra parte, cuando los consumidores comprar por ejemplo productos textiles baratos de China, su poder adquisitivo aumenta.

De lo que no existe duda es que la economía alemana es actualmente muy competitiva y que por ello vende año tras año cada vez más máquinas, automóviles y productos químicos en todo el mundo.

Sólo en 2006 se espera un aumento del diez por ciento en las exportaciones, que alcanzarán probablemente un valor de más de 800 mil millones de euros. Ello asegura a Alemania una creciente porción del mercado mundial.

Partes y componentes extranjeros

De acuerdo con datos de la Oficina Federal de Estadística, esa participación en el mercado mundial alcanza actualmente a 11,5 por ciento y ello, a pesar del rápido crecimiento de India y China como actores globales en el comercio mundial.

La otra cara de la medalla: los bienes alemanes de exportación contienen cada vez más partes y componentes fabricados en el extranjero. En los últimos diez años, su participación pasó de menos del 30 por ciento a más del 40 por ciento.

Más preocupa, sin embargo, la estructura de las exportaciones alemanas. El sector que más rápidamente crece es el de los servicios. Pero su participación en las exportaciones alemanes es de sólo el trece por ciento: relativamente poco en una comparación internacional. En la lista de exportaciones de servicios, Alemania ocupa el tercer lugar, detrás de los EE. UU. y Gran Bretaña.

La gran importancia de las exportaciones queda demostrada en el hecho de que en 2004 y 2005
aportaron un 1,6 y un 0,9 por ciento del crecimiento del PIB respectivamente.

Uno de cada cinco puestos de trabajo depende hoy de las exportaciones, hace diez años era uno de cada seis. Si la coyuntura económica mundial se enfría en 2007, como se prevé, Alemania se puede ver en aprietos. Y en 2008 deberá entregar probablemente su liderazgo exportador al irresistible crecimiento de la potencia del Lejano Oriente: China.

En definitiva, nadie puede decir a ciencia cierta, si Alemania ha ganado o perdido con la globalización. Lo que sí es cierto, es que no tiene alternativa a la integración en los mercados mundiales.

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