Los críticos al grupo terrorista Estado Islámico están en peligro incluso fuera de Siria. En el sur de Turquía fue asesinado el periodista sirio Naji Jerf, autor de un documental que criticaba al grupo yihadista.
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El periodista y cineasta Naji Jerf de 38 años, fue asesinado a tiros a plena luz de día, mientras caminaba por el centro de Gaziantep, una ciudad fronteriza con Siria situada en el sureste de Turquía. Le sobreviven dos hijas.
Uno de sus últimos trabajos fue un documental titulado Estado Islámico en Alepo, emitido por Al Arabiya y publicado en YouTube hace dos semanas. En sus reportajes el periodista mostraba las atrocidades cometidas por el grupo yihadista. También formaba parte de un grupo de activistas que denuncian los crímenes de los yihadistas en Raqa. A fines de octubre, Estado Islámico reivindicó el asesinato de otros dos miembros de esta misma formación.
El director de teatro Nawar Bulbul reaccionó conmocionado a la muerte de su amigo. “La muerte de Naji es el fin de un gran cineasta sirio“, dijo Balbul en conversación con DW. El dramaturgo sirio está seguro de que miembros de Estado Islámico lo asesinaron, pero considera que el gobierno sirio también tiene responsabilidad en el asesinato de su amigo, pues “sin las crueldades de un régimen tan loco como éste, EI no existiría“.
La noticia sobre el asesinato de Naji Jerf llega en un momento en el que la situación para los periodistas en Turquía ha llegado a niveles intolerables. Según la organización Reporteros Sin Fronteras, Turquía ocupa el lugar 149 en el ranking sobre libertad de prensa en una lista en la que figuran un total de 180 países. Debido a su trascendencia en Turquía se ha hablado poco sobre el asesinato del periodista sirio.
El experto turco Gareth Jenkins considera que el partido en el Gobierno turco es responsable de ello. “El Partido Justicia y Desarrollo (AKP) del presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha boicoteado todo intento de cobertura que pueda presentarlo bajo una luz negativa“, afirma el experto del Institute for Security and Development Policy, con sede en Estambul. “Parte de ello es que los simpatizantes del Estado Islámico puedan cometer asesinatos en Turquía“.
Acoso a periodistas críticos
El asesinato de Naji Jerf se inscribe en una serie de atentados mortales contra críticos de Estado Islámico dentro de Turquía. Además de atentados suicidas contra activistas kurdos o de izquierda turcos, los periodistas sirios se han convertido en blanco de los terroristas.
En octubre pasado fueron asesinados el periodista Ibrahim Abdul Qader y su amigo Fares Hamadi en la localidad de Urfa, a unos 140 kilómetros de distancia de Gaziantep, en donde Naji Jerf fue asesinado. Igual que Jerf, ambos trabajaban para la plataforma “Raqqa is Being Slaughtered Silently“ (Raqa está siendo masacrada silenciosamente). La organización siria, que hace una cobertura sobre las atrocidades del Estado Islámico desde la clandestinidad, fue galardonada con el International Press Freedom Award.
El protavoz de la organización, Abdelaziz Alhamza lamentó la muerte de "un gran amigo". “Pensábamos que en Turquía estaríamos en un lugar seguro, nos sentimos decepcionados pero no renunciaremos a nuestro trabajo“.
El experto Gareth Jenkins afirma por su parte que el mayor problema es el miedo. “Muchos periodistas evitan hacer críticas relacionadas a la política con Siria y precisamente la postura del partido gobernante AKP, sea intencional o no, ayuda a que los simpatizantes de Estado Islámico se sientan fuertes y capaces de asesinar gente“.
Precisamente porque Naji Jerf no se dejaba poner una mordaza en un ambiente tan hostil es que el periodista es un héroe para el dramaturgo Nawar Bulbul. Él mismo tuvo que huír de la guerra en Siria a la vecina Jordania. Y tampoco tiene una situación fácil en Turquía. Pero no se deja intimidar. “No le tengo miedo ni a Estado Islámico ni al régimen de Assad. Precisamente los periodistas, cineastas y artistas estamos obligados a mostrar al mundo lo que sucede en Siria“.
Tiempos duros para los periodistas (mayo 2014)
Un estudio reciente revela que, en la última década, la libertad de prensa nunca se había visto tan coartada como ahora. Más de cuatro quintos de la población mundial viven en países donde no se respeta este derecho.
Imagen: picture-alliance/dpa
Países sin libertad de prensa
Existen países donde la cobertura mediática de los hechos es balanceada, la seguridad de los periodistas está garantizada y el grado de influencia del Estado sobre los medios es pequeño. Pero, en 2013, solo el 14 por ciento de la población mundial –el valor más bajo desde 1996– vivía en esos lugares, según la ONG Freedom House, que describe a Turquía y Ucrania como países sin libertad de prensa.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Agresiones contra periodistas
En Turquía se han registrado numerosas agresiones contra periodistas. Gökhan Biçici (en la imagen), por ejemplo, fue detenido ilegalmente durante las protestas a favor de la conservación del parque Gezi en Estambul. Otra amenaza contra la libertad de prensa en Turquía es la reiterada y sistemática adquisición de medios por parte de empresarios cercanos a funcionarios de alto rango del Gobierno.
Imagen: AFP/Getty Images
Atención indeseada
Los profesionales de la prensa también han sido objeto de agresiones en Ucrania, sobre todo durante las protestas contra el Gobierno de Víktor Yanukóvich. La periodista Tetiana Chornovol, quien informó sobre el lujoso estilo de vida del mandatario, cree que el otrora hombre fuerte de Kiev está detrás de un ataque perpetrado en su contra.
Imagen: Genya Savilov/AFP/Getty Images
Por las buenas o por las malas
La crítica situación de la libertad de prensa es motivo de protestas en China y Rusia (foto). Los Gobiernos de estos países ejercen sutil influencia o agresiva presión sobre los medios, recurriendo a herramientas legales para poner coto a las opiniones que les son desfavorables. En Rusia se cerró la agencia de noticias RIA Novosti para luego reabrirla, convertida en un órgano del Estado.
Imagen: picture-alliance/dpa
Las paredes tienen oídos en EE. UU.
En Estados Unidos, el valor de la libertad de prensa sigue teniendo peso, pero su Gobierno le atribuye un rango menor que a la seguridad nacional. Eso está poniendo en peligro el ejercicio periodístico. Hace poco se supo que los teléfonos de la agencia AP habían sido intervenidos y con cada vez más frecuencia se le pide a los comunicadores que revelen la identidad de sus fuentes de información.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
De regreso a la “era Mubarak”
Tras el derrocamiento del presidente Mursi, que muchos percibían como enemigo de la libertad de prensa, la labor periodística se ha dificultado mucho en Egipto. Numerosos comunicadores fueron detenidos al calor del golpe militar de 2013; cinco murieron a manos de militares, asegura Freedom House. Ahora, los medios se congracian con el Gobierno y las informaciones independientes son raras.
Imagen: AFP/Getty Images
Mali se recupera
Pese a todo, también hay sucesos esperanzadores. En Mali, el orden ha sido parcialmente restablecido tras las elecciones presidenciales y la expulsión de los rebeldes islamistas. Muchas de las rotativas que se detuvieron después del golpe de Estado de 2012 han entrado en marcha de nuevo. Solo el asesinato de dos periodistas franceses en Mali, en noviembre de 2013, empañó este panorama.
Imagen: AFP/Getty Images
Tendencias positivas
La situación de la libertad de prensa también mejora en Kirguistán (foto) y Nepal: en el primero, se redujo el número de agresiones contra periodistas en 2013 y, en el segundo, la influencia del Estado sobre los medios. Y en el informe más reciente de Freedom House Israel vuelve a ser descrito como un Estado con libertad de prensa.
Imagen: AFP/Getty Images
Asia Central causa preocupación
Freedom House analizó la situación de la libertad de prensa en 197 países, diseñando un cuestionario y un sistema de puntuación del 0 al 100 para las respuestas. 0 era la mejor puntuación que un Estado podía sacar cuando los investigadores preguntaban si la libertad de prensa estaba legalmente protegida o si existía censura. Turkmenistán, Uzbekistán y Bielorrusia obtuvieron la puntuación más alta.