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Periplo de Bush por Europa: un acto de equilibrio

Pablo Kummetz6 de mayo de 2005

George W. Bush viaja a Letonia, Países Bajos, Moscú y Georgia: un itinerario bastante enrevesado y un acto de equilibrio histórico y político.

Últimos preparativos en Tiflis, en espera de la llegada de Bush.Imagen: AP


El momento culminante será una participación el lunes en un desfile militar histórico en Moscú, con motivo de los 60 años del fin de la II Guerra Mundial, con la presencia de representantes tanto de las potencias vencedoras como de las vencidas.

"Cada nueva generación debe ver como tarea propia el perfeccionamiento de la paz", dijo Bush, que salió en avión el viernes de Washington y aterriza por la tarde en Riga, la capital de la república báltica de Letonia. #map#

Allí colocará Bush el sábado una ofrenda floral al pie del monumento a la independencia. Un aspecto más que interesante es que Letonia fue ocupada y anexionada por la URSS en 1939, como había sido acordado en el protocolo secreto del Pacto Hitler-Stalin y Moscú reconoció su independencia sólo a regañadientes y en 1990.

Fin de la guerra, comienzo del comunismo

Bush no perderá en Riga la ocasión de recordar que la victoria sobre la Alemania nazi supuso para millones de europeos el comienzo de la ocupación comunista: un aspecto del que Rusia no quiere necesariamente acordarse.

Vaira Vike-FreibergaImagen: AP
Arnold RüütelImagen: dpa - Bildarchiv
Valdas AdamkusImagen: AP







El sábado, Bush se reúne con los tres presidentes de los países bálticos, Vaira Vike-Freiberga, de Letonia; Valdas Adamkus, de Lituania y Arnold Rüütel, de Estonia, que seguramente harán mención de problemas concretos que los acucian hoy, como la política de trámite de visados de EEUU.

Rüütel y Adamkus rechazaron una participación en las celebraciones en Moscú debido a la integración forzada de sus países después de la II Guerra Mundial en la Unión Soviética.

Jan Peter BalkenendeImagen: dpa

El domingo, Bush rendirá tributo en el cementerio militar de Margraten a las víctimas holandesas y estadounidenses de la II Guerra Mundial y, según lo anunciado, "recordará a los pueblos que se debe hacer más aún para hacer libre al mundo", en una clara alusión a la invasión de Irak. También están planeadas sendas reuniones con el jefe de Gobierno, Jan Peter Balkenende, y la reina Beatrix.

En la conclusión de su viaje, Bush pronunciará el martes un discurso en la Plaza de la Libertad de Tiflis, la capital de Georgia, donde la población festejó el colapso de la URSS y más tarde, en 2003, la caída de su presidente Eduard Shevardnadse, anteriormente ministro de RREE de la URSS.

"Se espera que todo suceda de la noche a la mañana"

Mijaíl SaakashviliImagen: dpa

En Georgia, Bush planea honrar la "revolución de seda", alabada como ejemplar en todo el mundo, que llevó al político reformista Mijaíl Saakashvili al poder, alentará a las jóvenes democracias a abrirse aún más y prometerá más ayuda para las reformas.

«Vivimos en una época en que todos esperan que las cosas pasen de la noche a la mañana. El ejemplo de Georgia, sin embargo, muestra que un gobierno puede sentar bases positivas con tiempo y empeño», dijo el presidente norteamericano.

Saakashvili seguramente no perderá por su parte la ocasión de preguntarle a Bush si en Moscú habló con el presidente ruso, Vladimir Putin, acerca de la retirada de las tropas rusas de Georgia y el fin del apoyo de Moscú a los líderes separatistas en la ex república soviética.

Vladimir PutinImagen: AP

En artículos publicados en EEUU se dijo que Putin está enojado por la visita de Bush al Báltico justamente en la víspera de las celebraciones en Rusia. También estaría enfadado por la intención de Bush de seguir viaje de Moscú a la ex república soviética de Georgia, donde se cuenta con la asistencia de 100 000 personas al discurso de Bush.

"No es una provocación"

Antes de la partida de Bush, el asesor de seguridad norteamericano Stephen Hadley dijo que el presidente no ve las visitas a las ex repúblicas soviéticas como una provocación. Agregó, eludiendo el meollo de la cuestión, que con su viaje Bush quiere celebrar tanto la liberación de la opresión nazi como también la expansión de la democracia en Europa del Este y el mundo. Contra ello Rusia puede esgrimir bien pocos argumentos. Hadley concluyó que hay que tener el pasado presente, pero mirar hacia adelante.

Bush mismo recalcó el jueves ante periodistas en Washington que él mismo tiene una relación de "respeto" con Putin y que está convencido que los intereses de Rusia se hallan "hacia occidente" y que quiere convencer de ello a Putin.

La lista de temas que Bush lleva en el bolsillo para conversar con Putin es larga. También incluye el Próximo Oriente y Corea del Norte. Además quiere agradecer a Putin que en el último discurso sobre el estado de la nación haya dado amplio espacio al tema de la democracia.

Pero Washington ha llamado a moderar las esperanzas. Al fin y al cabo, ambos presidentes se reunirán el domingo por la tarde sólo una hora en la casa de fin de semana de Putin, lo que seguramente no dará para mucho.