COVID-19 leve induce protección duradera de anticuerpos
27 de mayo de 2021
Una pequeña población de células productoras de anticuerpos, denominadas células plasmáticas de larga vida, migrarían a la médula ósea, donde secretan continuamente niveles bajos de anticuerpos en el torrente sanguíneo.
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Meses después de la recuperación del COVID-19 leve, cuando los niveles de anticuerpos en la sangre han disminuido, las células inmunitarias de la médula ósea siguen estando preparadas para bombear nuevos anticuerpos contra el coronavirus, según un estudio de la Universidad de Washington en San Luis.
La investigación que publica Naturesugiere que los casos leves dejan a los infectados con una protección duradera de anticuerpos y que "es posible que los brotes repetidos de la enfermedad sean poco frecuentes".
Células plasmáticas de larga vida
Al producirse la infección, se generan rápidamente células inmunitarias de corta duración para segregar una primera oleada de anticuerpos protectores. A medida que las células inmunitarias se extinguen, los niveles de anticuerpos disminuyen.
Pero un grupo de estas células inmunitarias, llamadas células plasmáticas de larga vida, se mantiene en reserva tras la infección. La mayoría de ellas migran a la médula ósea, donde secretan continuamente niveles bajos de anticuerpos en el torrente sanguíneo, explicó el coautor Ali Ellebedy, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis.
Para averiguar si las personas que se han recuperado de casos leves de COVID-19 tienen células plasmáticas de larga duración contra el SARS-Cov-2, el equipo usó muestras de sangre, a intervalos de tres meses, comenzando aproximadamente un mes después de la infección inicial.
La mayoría de los participantes había tenido casos leves de COVID-19, solo seis habían sido hospitalizados. El equipo obtuvo, además, muestras de médula ósea de algunos de los participantes en dos momentos diferentes y también se tomaron muestras de once personas que no habían pasado la enfermedad.
Quince tenían células plasmáticas de larga duración que secretaban anticuerpos contra el coronavirus. Cinco de los 15 se sometieron a una segunda biopsia de médula ósea 11 meses después de la aparición de los síntomas y todos seguían teniendo células plasmáticas de larga duración que secretaban anticuerpos contra el SARS-CoV-2.
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"Anticuerpos durante el resto de la vida de las personas"
Ellebedy, en un comunicado, señaló que estas células están "simplemente asentadas en la médula ósea y segregando anticuerpos. Llevan haciéndolo desde que se resolvió la infección y seguirán haciéndolo indefinidamente... Estas células vivirán y producirán anticuerpos durante el resto de la vida de las personas".
Los autores señalan que aún no está claro si se observarán los mismos resultados en los supervivientes de la COVID-19 de moderada a grave.
FEW (EFE, Reuters, Nature)
Coronavirus: vacunación en lugares remotos e insólitos
Los equipos sanitarios realizan viajes largos, a veces duros, para vacunar a personas en todo el mundo contra el coronavirus, escalando montañas, cruzando ríos, y también caminando muchas horas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Escalando hacia los pueblos montañosos
Quien quiera vacunar a la gente en las regiones montañosas del sureste de Turquía debe estar en forma. La vacunación en los pueblos de montaña es particularmente importante, dijo el doctor Zeynep Eralp en una entrevista con DW: "La gente suele convivir muy cerca" y el virus se puede propagar rápidamente. Además, a la gente no le gusta ir a los hospitales, "así que tenemos que acudir a ella".
Imagen: Bulent Kilic/AFP
Vacunación con nieve y frío
La gente muy mayor no van sola al centro de vacunación. En el Valle Maira, en el oeste de los Alpes italianos, muy cerca de la frontera con Francia, los médicos van de casa en casa para vacunar a personas mayores de 80 años contra el coronavirus. Por el camino cuentan con apoyo religioso.
Imagen: Marco Bertorello/AFP
En avioneta al río Yukon
Con su cargamento de vacunas contra el coronavirus, esta enfermera viaja a Eagle en avión. Menos de 100 personas viven en ese lugar al pie del río Yukon, en Alaska, EE. UU. La población indígena tiene preferencia en muchos programas de vacunación, porque vive muy lejos y el próximo centro de salud le queda lejos.
Imagen: Nathan Howard/REUTERS
No solo vacunar sino también convencer
Anselmo Tunubala se lava las manos antes de vacunar a una anciana. Todos los días, este hombre de 49 años anda por las montañas en el suroeste de Colombia para explicarle a la gente en el idioma local lo importante que es la vacunación. Es miembro de los misak, quienes viven allí. Son muy escépticos ante la vacunación, porque confían mucho en la medicina tradicional y sus líderes religiosos.
Imagen: Luis Robayo/AFP
Caminando durante horas para vacunarse
Estos hombres y mujeres caminaron hasta cuatro horas para vacunarse en la remota ciudad de Nueva Colonia, en el centro de México. Pertenecen al pueblo indígena de los wixárika. Internacionalmente son más conocidos con el nombre de huicholes.
Imagen: Ulises Ruiz/AFP/Getty Images
Vacunación en una barca
Olga Pimentel arrimó su bote junto al del equipo de vacunación. Solo se puede llegar a la comunidad de Nossa Senhora Livramento en Río Negro, en Brasil, a través del río. "¡Bien! Apenas dolió", dijo la mujer de 72 años entre risas y gritó: "¡Viva SUS!", el sistema de salud pública de Brasil.
Imagen: Michael Dantas/AFP
Vacunando sin electricidad
Durante mucho tiempo, el presidente populista de derecha Jair Bolsonaro no estuvo a favor de la vacunación contra el coronavirus en Brasil. Los pueblos indígenas y los quilombolas, descendientes de esclavos africanos, fueron de los primeros en ser vacunados. Incluida Raimunda Nonata, de 70 años. Como su comunidad no tiene acceso a la red eléctrica, la vacuna se administró a la luz de las velas.
Imagen: Tarso Sarraf/AFP
Médico en casa en Japón
También en Japón, el médico va a casa a vacunar. Aunque las metrópolis japonesas se encuentran entre las ciudades más grandes del mundo, el país del este asiático también tiene pueblos pequeños y aislados con solo unos pocos cientos de habitantes, como Kitaaiki. Cualquiera que no pueda llegar a la siguiente ciudad más grande, está feliz con la visita de un médico a su hogar.
Imagen: Kazuhiro Nogi/AFP
Vacunas muy valiosas en Indonesia
A principios de enero, en Indonesia también comenzaron a vacunar. En barco, el personal sanitario viajó a islas remotas. Las vacunas en la nevera son tan valiosas que hubo personal de seguridad cuidando las dosis.
Imagen: Chaideer Mahyuddin/AFP
Vacunación como evento de supercotagio
La India es actualmente el país más afectado por la pandemia. A mediados de marzo, trabajadores médicos llegaron a la aldea de Bahakajari, en el río Brahmaputra. Estas mujeres querían registrarse para ser vacunadas. Sin mascarilla, sin distancia de seguridad. Ojalá esta situación no haya provocado más contagios.