Peste porcina: duro golpe a la industria alemana de la carne
Henrik Böhme
14 de septiembre de 2020
Aunque en Alemania por ahora hay un solo jabalí contagiado de peste porcina, China, el mayor comprador de carne de cerdo, prohibió importarla de este país. Los productores temen por su futuro.
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Cuando Corea del Sur prohibió la entrada de carne porcina de Alemania, el jueves (10.09.2020), los criadores y exportadores de ganado porcino alemanes empezaron a temer por su suerte, ya que era seguro que China también tomaría esa medida.
Aunque el Ministerio de Economía alemán trató de evitar que China diera ese paso, indicando que se trataba de la muerte de un solo jabalí por la peste porcina africana, la administración de Aduana de China emitió el sábado (12.09.2020) una prohibición de importación de carne de cerdo alemana.
Según ese comunicado, China exige que todos los envíos de carne y productos porcinos o de jabalí que ya se han embarcado para la exportación sean destruidos o retornados a Alemania. Todas las entregas enviadas anteriormente serán investigadas exhaustivamente, según el edicto. Se supone que varias cargas no llegaron a ser embarcadas, dado que, inmediatamente después de conocerse los primeros casos de peste porcina, en Alemania ya no se extendieron certificados de sanidad para carne de cerdo. Sin esos documentos, la carne no puede ser exportada.
Además de Corea del Sur y China, entretanto también Japón, Singapur, Argentina y Brasil prohibieron la importación de carne porcina de Alemania.
El precio de la carne porcina bajó drásticamente
Casi un 70 por ciento de la carne porcina alemana de exportación va a parar, según el sector alemán de alimentos, al mercado interno europeo. Un 17 por ciento va a China, y un 4 por ciento a Corea del Sur. Por eso, el freno impuesto por China a la importación es "un duro golpe” para el rubro, dijo Torsten Staak, director ejecutivo de la Asociación de Criadores de Cerdos de Alemania (ISN) al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ). Solo en la primera mitad de 2020, las entregas a China aumentaron en un 57 por ciento, llegando a las 380.000 toneladas de carne de cerdo. Eso hizo que se incrementara el precio, que ahora, luego de la prohibición de importación, se hundió drásticamente.
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Pero la carne de cerdo alemana se puede seguir exportando a los países de la Unión Europea, ya que en el bloque rigen limitaciones regionales, es decir, que se puede seguir exportando carne de regiones que no estén afectadas por esa enfermedad del ganado porcino. En el futuro, se espera poder cerrar ese tipo de acuerdo regional con países asiáticos.
Reclamos por acuerdo con China
La ISN exige acelerar el cierre de acuerdos regionales. Dado que la peste porcina africana hace tiempo que se propaga por China, por lo cual han muerto o han tenido que sacrificarse más de 100 millones de animales, la demanda de carne porcina ha aumentado. Por eso, "tal vez sea todavía posible” llegar a aun acuerdo de esas características con China, dijo Torsten Staak a la agencia DPA. También la Asociación de la Industria Alemana de la Carne exigió acelerarlos: además de combatir con urgencia la peste porcina, "se deben pactar acuerdos con terceros países para retomar el comercio de la carne de cerdo”, señaló.
En 2019 se faenaron en Alemania unos 60 millones de cerdos, vacas, ovejas, cabras y caballos. Si a eso se añaden las aves, las empresas alemanas producen cerca de 8 millones de toneladas de carne. La carne de cerdo de Alemania es muy apreciada en el extranjero. Alemania es, luego de España y EE. UU., el tercer mayor país exportador de carne porcina.
El comprador más importante es actualmente China, el mayor consumidor de carne porcina en todo el mundo. Anteriormente era Italia. El matadero más grande de Alemania es Tönnies, con un 30 por ciento del mercado. La empresa estuvo en entredicho este verano boreal luego de un brote masivo de coronavirus entre sus trabajadores, y ocupó los titulares debido a las malas condiciones de trabajo de sus empleados. En el matadero central de la compañía, en Rheda-Wiedenbrück, en el oeste alemán, se sacrifican y faenan cerca de 20.000 cerdos por día.
(cp/ers)
¿El fin de la cría intensiva de animales?
El nuevo atlas de la carne promete "recetas para una mejor tenencia de animales". Si repensamos nuestro consumo de carne se benefician animales, consumidores y el medioambiente, afirman los editores.
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Cría intensiva de animales a nivel global
El consumo de carne crece rápidamente. Los bosques son talados para crear espacios para plantas forrajeras. La cría intensiva de animales lanza al mercado carne cada vez más barata. Pero el precio a pagar es en realidad muy alto: un gran daño para el medioambiente, así como aguas contaminadas con nitratos. Muchos pequeños agricultores pierden la batalla por los precios y terminan rindiéndose.
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Comer menos carne
Si los alemanes reducen a la mitad su consumo de carne, podrían alimentarse sanamente respetando el medioambiente. Se podría empezar por servir porciones más pequeñas en las cantinas o restaurantes. Para hacer repensar a los consumidores se podría crear una etiqueta de CO2 para la carne o un “impuesto de protección animal”, que promueva la tenencia de animales, acorde con la especie.
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Limitar el uso del abono líquido
En 2017 se esparcieron en Alemania 208 millones de metros cúbicos de estiércol, abono líquido y restos de fermentación. Estos fertilizantes provenían de la explotación intensiva de animales, dentro y fuera del país. En consecuencia la concentración de nitrato en las aguas subterráneas excedió ocho veces el límite marcado por la UE. Así los consumidores pagan más para la producción de agua potable.
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Más campo, menos establo
La regla básica debe ser que un negocio mantenga solamente un número de animales acorde a sus áreas de cultivo. Entonces las excreciones de los animales podrán ser empleadas como fertilizantes en el ciclo agrícola, sin dañar el medioambiente. Además los suelos de las praderas almacenan CO2.
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Etiqueta de buena ganadería
Los consumidores deberían saber de dónde proviene su carne. Los autores del atlas exigen que esté señalado el tipo de tenencia animal, así como detalles sobre el pienso y el espacio disponible para los animales. Pero no será fácil llevarlo a la práctica, ya que faltan tanto los estándares correspondientes en la UE, como una reglamentación acorde por parte de la Organización Mundial del Comercio.
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Reutilizar todo
Entre el 40 y 55 por ciento de un animal sacrificado es considerado “despreciable” y nunca llega al mostrador de una carnicería alemana. Una parte es exportada, causando problemas en los mercados locales. En Alemania son cada vez más los cocineros estrella que redescubren las entrañas, sesos o estómagos con la meta de reutilizar todo el animal, sin producir desechos.
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Tenencia combinada
Plantas fotovoltaicas como pasto de ovejas, huertos frutales para la ceba de gansos o gallinas en una plantación frutal, que coman los parásitos, abonen el prado y encima pongan huevos. La tenencia combinada beneficia a todos: el agricultor obtiene mayores ingresos y los animales disfrutan de una vida acorde a las necesidades de su especie.
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El que lo puede todo
Es difícil vender la carne de las vacas lecheras “turbo” o de las gallinas ponedoras industriales y también la descendencia masculina es poco rentable. Sin embargo, hay razas animales que producen tanto carne, como leche o huevos – aunque son más lentas en el proceso de producción. Muchos agricultores ecológicos redescubrieron viejas razas de animales útiles.
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Muchas reglas, poco control
La tenencia de animales útiles está reglamentada por prescripciones de la UE y por el derecho alemán de protección animal. Los animales deben ser mantenidos acorde a su comportamiento biológico y sin dolores ni sufrimiento. Pero un estudio destapó que más de la mitad de los animales están enfermos. Los protectores de animales exigen mayores penas, más control estatal y un derecho de demanda.
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Guerra de precios entre minoristas
En Alemania hay cinco cadenas de supermercados que controlan tres cuartas partes de la oferta alimenticia. Los precios son dictados muchas veces por los minoristas, que ofrecen carne barata todas las semanas. Pero, según el atlas de la carne, los líderes en el mercado podrían utilizar su poder para fomentar la protección animal. Por ejemplo, a través de etiquetas controladas independientemente.
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Reorganizar los subsidios de la UE
La UE subvenciona todos los años con unos cinco mil millones de euros sobre todo a los grandes establecimientos – porque el fomento se paga por hectárea. Los autores del atlas de la carne exigen que se redistribuya la ayuda agrícola de la UE entre pequeños y medianos establecimientos y que aquellos que practiquen una tenencia acorde a las especies y al medioambiente también obtengan más dinero.