Un sacerdote alemán ha levantado la voz en la Iglesia católica chilena exigiendo la salida del obispo Juan Barros, acusado de encubrir abusos sexuales. Peter Kliegel busca reunificar a una institución dividida.
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El sacerdote Peter Kliegel no oculta su molestia y dolor por la crisis que vive la iglesia en Chile. El religioso alemán, nacido en Dillenburg, lleva casi 50 años trabajando en la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, la misma en que el 2015 asumió el cuestionado obispo Juan Barros.
Anteriormente obispo castrense, Barros se formó al alero de Fernado Karadima, un sacerdote que durante décadas gozó de gran poder en un parroquia de un barrio acomodado de Santiago. Allí se rodeó de jóvenes y formó a futuros sacerdotes y obispos. El escándalo estalló cuando antiguos seguidores denunciaron abusos de poder y sexuales de parte de Karadima. Asimismo, aseguran que varios sacerdotes y obispos fueron testigos o incurrieron en conductas impropias.
Uno de ellos sería Barros, acusado de encubrir a su antiguo mentor. A pesar de la fuerte oposición que se ha levantado en Osorno, Barros no sólo se ha negado a dejar su cargo, sino que figuró junto al papa Francisco en su visita a Chile.
Con franqueza y valentía, Kliegel ha manifestado su opinión al nuncio y a la Iglesia. En entrevista con DW, el sacerdote galardonado en Alemania con la Cruz al Mérito en 2017 habla del duro momento que vive la iglesia en Chile y de la necesidad de buscar la verdad.
Deutsche Welle: Usted fue una de las primeras personas que manifestó la inconveniencia de que Juan Barros asumiera como obispo de Osorno. ¿Por qué asumió este rol activo?
Peter Kiegel: Yo vine a Chile hace 52 años y soy parte de esta iglesia, interesado en que tenga un mensaje muy claro en cuanto al encargo que nos hizo nuestro Señor. La situación se originó cuando supimos que el obispo Barros iba a tomar la diócesis de Osorno y que venía desde el ambiente de Fernando Karadima, lo que para nosotros era inaceptable. Por eso empecé a levantar mi voz.
¿Qué respuesta ha tenido?
Pocos días después que se supo que Juan Barros sería nuestro obispo, yo me manifesté ante la nunciatura, primero preguntando, pero como nunca recibimos respuesta, nuestra voz se volvió un poco más insistente.
¿El nuncio nunca ha respondido los requerimientos que ustedes le han hecho?
Jamás, lo que es muy descortés.
¿Por qué cree que usted ni otros sacerdotes y laicos no han sido tomados en cuenta?
Yo creo que tiene que ver con el poder administrativo en la Iglesia, lo que no es justo, porque como bautizados y parte de la iglesia tenemos el derecho a ser escuchados, que es lo que exigimos.
¿Qué ha significado la presencia de Barros en Osorno?
La situación ha sido desgarradora. La unión de la diócesis se destruyó. No sabemos más que lo que cuentan las víctimas, pero sufrimos los daños colaterales de este ambiente de Karadima. El daño que hizo a la iglesia chilena es tan grande, que no es aceptable que alguien no reaccione. Y como Roma no reaccionó y nuestro obispo no nos entiende, seguimos levantando la voz para que nos escuche. Nunca hemos sido escuchados, sólo una vez en la Conferencia Episcopal en que nos dijeron que no podían hacer nada. Y ahora, por primera vez, después de tantos gritos, Roma reacciona mandándonos al arzobispo de Malta, el obispo (Charles) Scicluna.
¿Qué espera de la gestión que él pueda hacer en Chile?
Tenemos mucha esperanza. Vamos a tomar contacto para que nos den la oportunidad de dar a conocer lo que nosotros vivimos. No se trata de ser opositor, sino de buscar la paz, que se puede construir solamente desde la verdad. Necesitamos un interventor que escuche al obispo y a nosotros, para aclarar situaciones que no logramos entender ni aceptar.
¿Por qué cree que el obispo Barros, a pesar de enfrentar tanta oposición, no ha dejado su cargo?
Esto es lo que no entendemos. Él dice que ha sido nombrado, lo que es un argumento válido, pero no podemos conformarnos porque nuestros feligreses no lo aceptan tampoco. En muchas parroquias no aceptan que el señor obispo administre el sacramento de la confirmación. Cuando él hace una misa, mucha gente se levanta y se va. No puede ser que un pastor que debe cuidar a sus ovejas viva en esa situación y nos meta en este embrollo.
Mensajes de la visita del Papa Francisco a Chile
El mensaje pastoral de Franciso en Chile, donde abogó por la dignidad de las mujeres recluidas en la cárcel, por el entendimiento con el pueblo mapuche o los inmigrantres, por la solidaridad y también expresó su dolor y perdón por los abusos cometidos por miembros de la Iglesia, pasó a segundo plano ante el escándalo del obispo Barros. Más aún cuando éste apareció junto al papa en las misas. "Él se hizo presente como refugiándose detrás del papa, lo que fue bastante indigno para nosotros y nos dolió enormemente. Pero el obispo no ha sido capaz de enfrentarse a las víctimas de Karadima. Cuando invitamos a uno de ellos, el obispo se arrancó. En mi última carta quise demostrar con ejemplos de las mismas palabras del papa en Chile, que vivimos una situación inaceptable”, dice liegel.
¿Cree que la visita de Francisco ahondó la crisis que vive la iglesia en Chile?
Personalmente creo que no. Hay que leer los mensajes que dio el papa en Chile, que son muy buenos. Creo que cometió un error en su espontaneidad, pero los mensajes fueron muy claros. Ante todo nos habló de la dignidad y por eso nosotros nos levantamos, porque exigimos dignidad humana y espiritual.
El papa dijo en Chile que no había ninguna prueba contra Barros, aunque luego pidió perdón por el dolor causado a las víctimas. ¿Es posible que Barros no supiera nada de los abusos?
Eso lo saben solamente los testigos. Pero el ambiente de Karadima es tan increíblemente dañino, que por prudencia el obispo Barros no debería seguir. Ese es un error espiritual, pastoral y humano
¿Esperaba que el papa Francisco tomara una posición al respecto en su visita a Chile?
La esperanza estaba, pero creía que no iba a ser posible, por muchas razones. Hay otras diócesis que también tienen obispos que nacieron en el ambiente de Karadima y que no se han pronunciado, pero saben que todos están sentados en el mismo bote.
¿Usted ha tenido contacto con el obispo Barros?
Mucho, y él sabe que yo soy muy franco con él. Nunca he actuado a sus espaldas. Yo me encuentro con él y siempre le digo lo que pensamos en la comunidad. Se lo digo cara a cara.
¿Cómo catalogaría la gestión de Barros como obispo?
Apenas tenemos plan pastoral y eso es lo que nos entristece. Estamos como nadando en aguas tibias, lo que no es bueno para nuestra labor. Además, él no puede mostrarse en público, tiene miedo, se esconde. Es desagradable cuando en una ceremonia hay gente que se levanta con carteles que dicen "renuncia”. Él es nuestra cabeza y esto nos duele mucho. Lo mejor sería que él diera un paso al costado.
A pesar de ser alemán, usted vive esta situación como propia...
Por supuesto, Chile ahora es mi patria, es mi iglesia. Esta es mi fe y también él es administrativamente mi obispo, por eso lucho por una buena causa.
¿Tiene libertad para manifestar su opinión?
Por supuesto, eso siempre lo vamos a tener y exigir, porque no somos una dictadura. Vivimos en la iglesia, aunque con obediencia, pero tenemos voz y voto.
¿Qué recepción ha tenido su intervención en este caso?
Una buena cantidad de obispos me escribió muy conformes con mis palabras. Con dolor, pero conformes. He recibido también respuestas de laicos y sacerdotes de Chile y el mundo. Por supuesto no todos estaban conformes con mis palabras, pero creo que fueron sobrias y claras. Por esto el eco es importante, no para ponerme en exposición sino para exigir verdad y ante todo veracidad. Tenemos que ser escuchados. Ese es el primer paso para buscar la paz que necesitamos. La Iglesia católica en Chile desgraciadamente está muy desacreditada a causa de todo esto, lo que es muy triste, si uno piensa que en el tiempo de la dictadura la Iglesia fue la institución más valorada y hoy es la menos apreciada.
Autora: Victoria Dannemann (DZC)
Papa Francisco en Chile y Perú
En su sexto viaje a América Latina, el Papa Francisco visitó Chile y Perú. Protestas por escándalos de abuso sexual en el seno de la Iglesia católica acompañaron su gira. Aquí pasamos revista al viaje, en imágenes.
Imagen: picture-alliance/AA/S. Castaneda
Multitudinaria misa en Lima
Una misa con asistencia multitudinaria puso el broche de oro de la visita del Papa Francisco a Perú. Se estima que más de un millón de personas acudió a la cremonia en Lima, en la que puso énfasis en la necesidad de velar por una mayor inclusión social. En su viaje de regreso a Roma, el Papa volvió a abordar, entre otros, el tema de la corrupción, que calificó de "ciénaga".
Imagen: picture-alliance/AP Images/A. Tarantino
Tormentas y tormentas
Brindar consuelo a los damnificados por fenómenos meteorológicos fue uno de los cometidos del Papa en Trujillo. Pero también advirtió que "otras tormentas pueden estar azotando estas costas y tienen efectos devastadores. Tormentas que nos cuestionan como comunidad y ponen en juego el valor de nuestro espíritu. Se llaman violencia
organizada, como el sicariato y la inseguridad que esto genera".
Imagen: picture-alliance/dpa/Agentur Andina/J. C. Guzmán
El virus de la corrupción
"Cuánto mal le hace a nuestros pueblos latinoamericanos y a las democracias de este bendito continente ese virus social, un fenómeno que lo infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados", dijo el Papa, hablando ante el palacio presidencial en Lima. Fue uno de los temas centrales abordados por Francisco, quien pidió más transparencia.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Bianchi
Defensa de la Amazonía
"Los pueblos originarios amazónicos nunca han estado tan amenazados en sus territorios como ahora”, señaló Francisco en un encuentro con representantes indígenas en la localidad de Puerto Maldonado, en la selva peruana. El Papa aludió a los intereses económicos del neoextractivismo y a políticas conservacionistas desviadas, que pierden de vista al ser humano.
Imagen: Reuters/H. Romero
Arribo a Lima
El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, y otras autoridades recibieron en el aeropuerto militar de Lima al Papa, que fue aclamado por miles de personas en su recorrido hacia la Nunciatura Apostólica. El alcalde de la capital peruana entregó luego a Francisco las llaves de la ciudad.
Imagen: Reuters/A. Bianchi
Contra la explotación de inmigrantes
En el norteño puerto chileno de Iquique, el Papa exhortó a acoger a los inmigrantes y evitar su explotación. "Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en regla", pidió Francisco, quien continuó más tarde su viaje, rumbo a Perú.
Imagen: Reuters/A. Bianchi
El caso Barros
Convencido de que las acusaciones contra el obispo de Osorno, Juan Baros, son “calumnias”, el Papa afirmó que no hay pruebas en su contra. La organización Laicos de Osorno, que exige la renuncia del obispo, lamentó el respaldo papal al prelado, al que acusan de encubrir los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.
Imagen: Reuters/A. Bianchi
Casamiento a bordo
Una pareja integrante de la tripulación del vuelo que llevó a Francisco de Santiago a Iquique, protagonizó un hecho sin precedentes. El Papa los casó a bordo, bendijo sus anillos y firmó el acta canónica de la ceremonia. La aerolínea Latam señaló que es la primera vez que el Pontífice celebra un matrimonio en un avión.
Imagen: Getty Images/AFP/V. Pinto
Saludo en mapudungún
En Temuco, el Papa utilizó palabras en el idioma mapuche, y un verso de Violeta Parra: "Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar". Francisco exhortó a la unidad de los pueblos, pero advirtió que "la defensa de la cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y destrucción que termina cobrando vidas humanas".
Imagen: Reuters/A. Bianchi
Las víctimas de la dictadura
La llegada del Papa a la Araucanía no solo llevó a poner la mira en el conflicto mapuche, sino también en el pasado dictatorial de Chile. En el aeródromo de Maquehue, donde celebró una misa, hubo un centro de detención y tortura. "Esta celebración la ofrecemos por todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias", señaló Francisco.
Imagen: picture alliance/dpa/Agencia Uno/A. Zonez
En el santuario del Padre Hurtado
La visita al santuario del santo chileno Alberto Hurtado, un sacerdote jesuita que dedicó su vida a la ayuda de los pobres, cerró la jornada del martes. Allí se reunió con miembros de la Compañía de Jesús, a la que pertenece también Francisco.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/A. Tarantino
"La dignidad se contagia"
Durante su visita a una cárcel de mujeres, en Santiago, Francisco dijo a las reclusas que "la sociedad tiene la obligación de reinsertarlas a cada una de ustedes". En este sentido, criticó que el encarcelamiento se reduzca a veces a un castigo. El Papa afirmó que perder la libertad no significa perder la dignidad y subrayó: "La dignidad se contagia. Se contagia más que la gripe".
Imagen: picture-alliance/dpa/L'Osservatore Romano
Mensaje de unión
Los fieles chilenos vibraron con la primera misa multitudinaria que Francisco celebró en el país andino en el parque más grande de la capital, que se vistió de gala para recibirlo. La mayoría de los asistentes destacó el espíritu de unión que impregnó las palabras del máximo jerarca de la Iglesia católica. Unas 400.000 personas abarrotaron el recinto desde primera hora de la mañana.
Imagen: Reuters/Osservatore Romano
Un invitado indeseado
La presencia del obispo de la ciudad de Osorno, Juan Barros (foto de archivo), en la misa papal generó amplio repudio. Barros es acusado de encubrir los abusos sexuales contra menores cometidos hace unos años por el influyente cura Fernando Karadima. Barros fue discípulo de Karadima, a quien la Justicia encontró culpable, pero no condenó porque los delitos habían prescrito.
Imagen: Reuters/C. Gutierrez
Misa de “consolación”
El martes (16.01.2018) cientos de argentinos asistieron a la misa multitudinaria del Papa en Santiago de Chile. Desde que asumió el pontificado en 2013, Francisco no ha visitado su país natal. Los fieles argentinos, que vestían camisetas de la "albiceleste" y portaban banderas y pancartas con los colores de su país, hicieron largos recorridos por carretera para poder ver al Papa.
Imagen: Getty Images/AFP/P.P. Brune
Un perdón inesperado
Francisco aprovechó su primer discurso ante las autoridades en la sede del Ejecutivo, el palacio de la Moneda, para manifestar su “dolor y vergüenza” ante el daño “irreparable” causado a niños por parte de ministros de la Iglesia: "Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas (de abuso sexual), al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir".
Imagen: Reuters/I. Alvarado
El Papa intercede por los pueblos indígenas
El martes (16.01.2018), la presidenta chilena, Michelle Bachelet, recibió con honores al sumo pontífice en su primera visita oficial a Chile. En el discurso que Francisco pronunció durante el primer acto de su agenda, hizo alusión a la tensión que existe entre el Estado y el pueblo mapuche. El Papa instó a los gobernantes chilenos a que escuchen a los pueblos originarios y atiendan sus derechos.
Al sobrevolar el espacio aéreo de Argentina, su país natal, el Papa Francisco envió un mensaje a sus compatriotas: "Le traslado mis cálidos saludos y envío mis mejores y francos deseos a todas las personas de mi patria, asegurándoles mi cercanía y bendición… Les pido a todos ustedes que, por favor, no olviden rezar por mí".
Imagen: Getty Images/AFP/A. Bianchi
Protestas en la antesala a la visita papal
El viaje de una semana estuvo precedido por hechos violentos contra iglesias chilenas: ya el domingo (14.01.2018) se había registrado un ataque incendiario en Santiago, el quinto en el país. En los días siguientes se quemarían más iglesias en Chile.
Imagen: picture alliance/Agencia Uno/dpa/R. Sáenz
Chile se prepara para recibir al Papa
El lunes (15.01.2018), el sumo pontífice partió de Roma a su sexto viaje a tierras latinoamericanas, en el que visitará Chile y Perú. Mientras que este último país atraviesa un momento de gran tensión política, las víctimas de abuso sexual por parte de clérigos católicos en Chile anunciaron protestas durante la gira papal.