Más de 400 firmantes de una petición online reclamaron hasta hoy en Internet a los pilotos de combate israelíes que se nieguen a seguir órdenes en el caso de un ataque a Irán. La "orden fatal" podría llegar pronto, afirma la iniciativa online "Tienen la opción de decir no". Un bombardeo de las instalaciones nucleares iraníes pondría en peligro a los israelíes y a los iraníes, y además podría desatar un desplome financiero global. Un ataque sólo podría retrasar el programa nuclear de Irán, no ponerle fin, señalan los firmantes.

Israel ve a un Irán en posesión de armas nucleares como un peligro existencial, alegando las amenazas de los líderes iraníes de que el Estado judío será barrido del mapa. Irán niega que busque fabricar una bomba atómica e insiste en que su programa nuclear sirve a fines meramente civiles.

"Las estimaciones son de una guerra que duraría 30 días y se llevaría a cabo en varios frentes", afirmó este miércoles el ministro israelí saliente de Defensa Civil, Matan Vilnai, en declaraciones al diario "Maariv". Según los cálculos, el conflicto se cobraría 500 víctimas. Aún así, Vilnai considera que no hay motivos para caer en el pánico. "El frente nacional está más preparado que nunca", apuntó. "Con toda modestia puedo decir (...) que he jugado un papel importante en ello", agregó.

El martes, 14 de agosto, el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, opinó que Israel aún no ha tomado una postura con respecto a un eventual ataque de las instalaciones nucleares iraníes. A un día de esas declaraciones, la televisión israelí aseguró este miércoles que el presidente estadounidense, Barack Obama, podría intentar frenar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, formulando de forma más clara que hasta ahora la intervención militar de Estados Unidos. En una reunión entre ambos que podría celebrarse en septiembre u octubre en Estados Unidos, Obama podría comprometerse a actuar militarmente contra el programa nuclear iraní como muy tarde en junio próximo si Teherán no cede ante las sanciones y la presión diplomática. Ninguna de las partes confirmó estas suposiciones.

Fuente: dpa

Editora: Cristina Papaleo