Petro atribuye calor que azota Bogotá a la crisis climática
11 de abril de 2024
Los termómetros marcaron unos inusuales 22 grados C en la capital colombiana, lo que coincidió con el anuncio de las autoridades de un racionamiento de agua potable.
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El presidente de ColombiaGustavo Petro aseguró este miércoles (10.04.2024) que las altas temperaturas registradas en Bogotá son debido al cambio climático y que eso implica darle otro ordenamiento a la capital, que este jueves comenzará un racionamiento de agua para hacerle frente a la sequía.
"El calor que hoy sienten los bogotanos se llama cambio o crisis climática. Agota el agua líquida embalsada. No es previsible y en los (próximos) años será cada vez peor", escribió el jefe de Estado en su cuenta de X.
Bogotá registró este miércoles una temperatura máxima de 22 grados celsius, que no es de las más elevadas, pero están por encima del promedio habitual.
Según el gobernante colombiano, el efecto invernadero en toda la atmósfera de la tierra se debe al "uso del petróleo, carbón y gas en las economías del norte".
El lunes pasado el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció que este jueves comenzará un racionamiento de agua por sectores para hacer frente a la sequía que ha reducido a mínimos históricos el nivel de los embalses que abastecen a la capital colombiana.
Embalses en niveles críticos
"Tenemos un nivel de alerta en los embalses", explicó Galán quien recordó que el 70 % del agua que se consume en Bogotá viene del sistema Chingaza, formado por los embalses de Chuza y San Rafael, que en este momento "está en un nivel históricamente bajo, es el más bajo desde que entró en operación a mediados de los años 80".
Petro aseguró hoy que en la sabana de Bogotá hubo "una voraz fiebre de expansión inmobiliaria" y que se urbanizó sin tener en cuenta los recursos hídricos.
"Se urbanizó casi toda la sabana de Bogotá en contra de la ley (...) y se rompió el peligroso equilibrio que hay en la sabana entre agua disponible y población", aseguró.
Petro concluyó su escrito lanzando fuertes críticas a la derecha pues, según él "la doble moral de la derecha, que desde el 2011 se opuso al proyecto de adaptar Bogotá al cambio climático, tumbó todas las medidas para realizar la adaptación, se transformó en negacionista, y ahora nos culpa del mismo cambio climático".
Mientras tanto, el alcalde Galán aseguró hoy, luego de realizar un sobrevuelo por el sistema de Chingaza, que es evidente que "los embalses están en los niveles más bajos desde que iniciaron su operación en los años 80".
jc (efe, Semana)
El cambio climático amenaza a los grupos indígenas de Colombia
Ante temperaturas récord y glaciares derretidos, el cambio climático amenaza a las comunidades indígenas de la Sierra Nevada, en Santa Marta, Colombia. Ahora se están uniendo para proteger la madre naturaleza.
Imagen: RAUL ARBOLEDA/AFP
Unidos contra el cambio climático
Las comunidades indígenas han vivido en la Sierra Nevada de Santa Marta, en Colombia, por miles de años. Los bosques nublados son sagrados para los arhuaco, kankuamo, kogi y wiwa, grupos distintos pero relacionados. Pero el cambio climático está amenazando su tierra natal.
Imagen: RAUL ARBOLEDA/AFP
Belleza en peligro de extinción
Los picos níveos de Sierra Nevada se elevan hasta 5.775 metros sobre el mar Caribe, lo que los convierte en la cadena montañosa costera más alta del mundo. Pero las olas de calor periódicas están derritiendo los glaciares de la región. Según cifras oficiales, Colombia contaba con 14 glaciares tropicales a principios del siglo XX. Hoy sólo quedan seis.
Imagen: Michael Freeman/Avalon/imago images
Protegiendo un delicado equilibrio
Nabusimake es la capital espiritual del pueblo arhuaco. Para los grupos indígenas que habitan la Sierra Nevada, los humanos y la naturaleza están intrínsecamente conectados. Ven la cordillera como el centro del universo, sus ríos, piedras y plantas parte de un solo cuerpo vivo. Consideran que su trabajo es proteger este equilibrio.
Imagen: RAUL ARBOLEDA/AFP
"Se está calentando lentamente, cada año más"
Mamos, los líderes espirituales arhuacos, se reúnen a la sombra de un árbol sagrado para meditar y discutir su mundo cambiante. Como "consecuencia de las acciones del hombre, el clima se está calentando lentamente, cada año más", dijo uno de los hombres a la agencia de noticias AFP. "Estamos aquí para vivir en paz, en armonía. Creer lo contrario conduce al calentamiento global".
Imagen: RAUL ARBOLEDA/AFP
Conexión profunda con la naturaleza
Los pueblos indígenas de Colombia son vistos como custodios de la naturaleza porque viven en armonía con ella. Viven con ropas y creencias tradicionales, pero usan paneles solares para electrificar sus chozas de barro. "No estamos solos, ni separados de otros seres humanos, ni de los animales, ni de nada que exista en la Tierra", dijo Seydin Aty Rosado, un líder arhuaco.
Imagen: RAUL ARBOLEDA/AFP
El clima extremo afecta a la agricultura
Rosado dijo que ahora es posible cultivar bananas, yuca y café en Nabusimake, como se ve aquí. Antes hacía demasiado frío para eso. Pero la alternancia entre las heladas de la mañana y el calor del mediodía dificulta el cultivo de cereales y hortalizas y arruinó la última cosecha de maíz.
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Temperaturas récord
En enero, se registró una temperatura récord de 40 grados Celsius en la ciudad costera de Santa Marta, al pie de la Sierra Nevada. Los arhuacos esperan que los extremos climáticos disminuyan en marzo para poder sembrar frijoles y maíz.
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"Todos los glaciares están desapareciendo"
Leonor Zalabata es la primera mujer indígena en representar a Colombia en la ONU. "Todos los glaciares que había en Sierra Nevada están desapareciendo", advirtió. En 2022, la Unesco reconoció el conocimiento antiguo de los pueblos indígenas de la región como parte del patrimonio cultural inmaterial del mundo, algo esencial para la protección de "la madre naturaleza, la humanidad y el planeta".
Imagen: RAUL ARBOLEDA/AFP
"El hombre va a acabar con él mismo"
Las estadísticas respaldan las observaciones de Zalabata: según el instituto meteorológico estatal, la superficie de los glaciares de Sierra Nevada se ha reducido de 82 kilómetros cuadrados a mediados del siglo XIX a sólo 5,3 kilómetros cuadrados en 2022. "El hombre va a acabar con él mismo, creyéndose muy inteligente", dijo un líder indígena.