"Los cambios a la Constitución tienen que ser más profundos y más intensos de lo que pensaba hace algunos años atrás", indicó el mandatario chileno.
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El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reconoció que ha habido casos de abusos y excesos policiales durante las protestas en Chile. A su vez, y se mostró favorable a realizar cambios en la actual Constitución.
"Ha habido excesos, abusos, incumplimiento de los protocolos, incumplimiento de las reglas del uso de la fuerza, mal criterio o delitos. Pero eso tiene que ser investigado por la fiscalía y juzgado por los tribunales de justicia", advirtió en entrevista con el diario El Mercurio publicada este sábado (09.11.2019).
Las protestas, que cumplen este sábado 22 días, han dejado 20 fallecidos, seis de ellos extranjeros y 5 presuntamente a manos de agentes del Estado.
Sin embargo, al ser preguntado si se han registrado violaciones a los derechos humanos, Piñera prefirió apuntar a la "prudencia" y no emitir ninguna opinión al respecto.
Chile: la semana en que se desató la furia (octubre de 2019)
Las protestas por el alza del pasaje del Metro se convirtió rápidamente en una expresión de descontento popular que no ha logrado ser controlada, ni siquiera por intermedio de la presencia de militares.
Imagen: picture-alliance/AP Images/E. Felix
Todo partió con la evasión
Las manifestaciones contra el alza en el precio del boleto del Metro comenzaron el 14 de octubre y fueron convocadas por secundarios, que se coordinaron a través de las redes sociales. Cuando los entrevistaban, decían hacerlo por sus padres, que ya gastan mucho dinero en transporte. El llamado era a evadir el pago saltando las barreras en las estaciones del ferrocarril urbano de Santiago.
Imagen: Reuters/C. Vera
Vandalismo y enfrentamientos
La manifestación, originalmente pacífica, fue reprimida por la policía militarizada chilena, lo que generó malestar entre los jóvenes. La consigna "basta de abusos", sin embargo, comenzó a permear otras capas sociales en un país donde la desigualdad no ha podido ser eficientemente combatida en los últimos años. Comenzaron, así, los primeros enfrentamientos con la policía.
Imagen: Reuters/I. Alvarado
El caos se extiende
Las protestas se extendieron rápidamente por todo Santiago, y al comienzo tímidamente en otras regiones del país. También empezaron los saqueos a supermercados y la destrucción de bienes públicos y privados. Al mismo tiempo, la ciudadanía siguió expresando su malestar por el alto costo de la vida, bajos salarios, pensiones miserables y otros problemas a través de ensordecedores cacerolazos.
Imagen: Getty Images/AFP/C. Reyes
La destrucción del Metro
Quizás las escenas más desoladoras para los santiaguinos, siempre orgullosos de su Metro, fueron las que mostraban la destrucción de casi un centenar de estaciones del tren urbano, las que fueron incendiadas y vandalizadas por hordas. Algunos ataques parecieron coordinados. A estas alturas, las fuerzas de seguridad se vieron superadas por la acción de inadaptados.
Imagen: AFP/J. Torrest
Militares a la calle
El viernes 18 de octubre, el presidente Sebastián Piñera decretó el estado de excepción y ordenó que las Fuerzas Armadas salieran a las calles para ayudar a restaurar el orden. Pronto los militares, ya a cargo de la seguridad, decretaron toque de queda en la capital y otras ciudades, pues las protestas, pero también los saqueos, se habían extendido a todo el país.
Imagen: picture-alliance/AP Images/AP Photo/E. Felix
Toque de queda y problemas
El toque de queda, una medida constitucional que no se utilizaba desde la dictadura de Augusto Pinochet, generó una serie de dificultades. El aeropuerto de Santiago se vio totalmente colapsado debido a que se suspendieron vuelos porque las tripulaciones no pudieron llegar a trabajar y muchos turistas quedaron varados en el terminal aéreo, sin recibir información ni tener acceso a alimentación.
Imagen: Imago-Images/Aton Chile/D. Yankovic
Medida ineficaz
A pesar del toque de queda y de la cada vez más dura represión, las protestas siguieron su curso, incluso una vez que imperaba la prohibición de salir de los hogares. Las fuerzas de seguridad seguían viendo con impotencia los saqueos, incendios de centros comerciales y siendo muchas veces desbordados por las masivas manifestaciones pacíficas, en las que -de todas formas- actuaban con dureza.
Imagen: imago images/Aton Chile/J. Torres
Numerosas denuncias de abusos
Los desmanes y la represión han dejando una veintena de muertos, casi 200 heridos a bala, más de 5.000 detenidos y daños, solo en el Metro, que superan los 300 millones de dólares. El Instituto de Derechos Humanos denunció que al menos cinco de las muertes fueron obra de la acción desmedida de las fuerzas de seguridad, y en un caso un militar fue detenido por haber disparado contra un ciudadano.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Bernetti
Un paquete de medidas
El martes 22 de octubre en la noche, el presidente Piñera presentó un paquete de medidas con las que pretende calmar la furia ciudadana. Entre ellas está un aumento de la pensión básica y del salario mínimo, la reducción del sueldo de los parlamentarios y la creación de un seguro de salud para enfermedades catastróficas. El paquete surgió tras una reunión con partidos de gobierno y oposición.
Imagen: AFP/HO
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"Cambios a la Constitución tienen que ser más profundos y más intensos"
Sobre la posibilidad de modificar la Constitución, originada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y modificada varias veces a lo largo de la vuelta de la democracia, Piñera se mostró favorable a los cambios.
"Los cambios a la Constitución tienen que ser más profundos y más intensos de lo que pensaba hace algunos años atrás. No quiero comprometerme con plazos, pero tengo claro que hay un sentido de urgencia. Esto es para ahora", indicó el presidente.
Una idea que, sin embargo, queda a medio camino de la demanda social que se exige en las calles: una nueva Carta Magna y no una actualización de la existente.
Entre los puntos de reforma que señaló Piñera destacan "definir mejor los derechos de las personas", puntualizar más claramente las obligaciones del Estado con respecto a la población porque y "crear mejores mecanismos de participación para que la gente pueda hacer oír su voz con claridad".
rrr (efe/el mercurio)
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Los chilenos de la RDA
Cerca de 2.000 chilenos solicitaron asilo a la República Democrática Alemana (RDA), debido al Golpe de Estado de 1973.
Imagen: Felix Filbir
Un refugio
Hoy es una postal clásica de Berlín, pero hace 30 años el icónico bulevard Unter den Linden era la calle principal de la capital de la RDA. Esta parte de Alemania fue el hogar para cerca de 2.000 chilenos que solicitaron asilo y que venían escapando de la dictadura militar de su país.
Imagen: Felix Filbir
Buena acogida
La periodista Oriana Zorrilla llegó en 1975 a la RDA. Dice que guarda, en general, buenos recuerdos de su estadía. En la foto, acompañada de su pequeña hija en el municipio de Grünheide, durante su estancia en el régimen socialista.
Imagen: Oriana Zorrilla
Salían y llegaban
La RDA mandó a construir el muro debido al masivo éxodo de personas hacia Berlín Occidental. Mientras unos escapaban, otros llegaban a vivir al régimen socialista, especialmente ciudadanos extranjeros, que escapaban de dictaduras, como el caso de los chilenos.
Imagen: Natalia Messer
El mejor piso
Los chilenos exiliados recibieron al principio entre 2.500 hasta 5.000 marcos. Los pisos o viviendas, muy demandados en el régimen, también fueron entregados sin costo a las familias chilenas, lo que generó mucha rivalidad con los habitantes alemanes.
Imagen: Felix Filbir
Proletarización
La fase de "proletarización" obligó a gran parte de los chilenos a trabajar en fábricas y en oficios que no necesariamente conocían. Oriana Zorilla trabajó en una fábrica de cervezas, donde aprovechó para estudiar alemán.
Imagen: Oriana Zorrilla
No hay verdad absoluta
“Lo que un chileno dice sobre cómo fue la RDA no tiene que ser la verdad, porque había realidades diferentes. Aquellos que estaban en las cúpulas políticas recibían muchos beneficios, pero otros, que no formaban parte de esa elite, tenían más dificultades, por lo menos durante una época”, dice el periodista Jost Maurin.
Imagen: Felix Filbir
Políticos e intelectuales
La mayoría de los chilenos exiliados en la RDA provenía del mundo intelectual. Eran considerados por el régimen socialista como gente letrada. Destacaron actores, dramaturgos y escritores como Juan Forsch, Roberto Ampuero y Carlos Cerda.
Imagen: Felix Filbir
Un grupo de interés
Los chilenos de la RDA han sido un grupo de interés para estudiosos de diferentes áreas. Se trata de una comunidad relativamente grande para su época. “Antes ya había algunos refugiados, como los griegos de los años 50, pero el número era menor, en comparación con estos exiliados”, dice a DW el historiador alemán Sebastian Koch.
Imagen: Natalia Messer
Se fueron
A comienzos de 1980, gran parte de los chilenos refugiados dejó la RDA para volver a la madre patria. Con la vuelta a la democracia en Chile el número aumentó. Hacia diciembre de 1989 solo se registraron 334 chilenos viviendo en el régimen socialista.