La comunidad internacional pidió en París un acuerdo político entre las autoridades iraquíes y las facciones locales para vencer al Estado Islámico (EI), al que buscan expulsar de Mosul, la segunda mayor ciudad de Irak.
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"Para ganar a largo plazo al EI, instamos a que se alcance un acuerdo político detallado entre las autoridades nacionales iraquíes y los actores locales, para que haya un sólido Gobierno en Mosul (...) en el que se respete la diversidad de la población y se garantice una coexistencia pacífica", subrayan las conclusiones divulgadas hoy tras el encuentro celebrado en París.
La comunidad internacional mostró así su preocupación sobre el futuro de Mosul, sobre todo por las tensiones que puedan aflorar entre las facciones de kurdos, chiítas y suníes una vez expulsados los yihadistas del EI de la ciudad.
La reunión de París acogió a representantes diplomáticos de 20 países y organizaciones internacionales como la ONU, la UE y la Liga de Estados Árabes y estuvo copresidida por el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, y su homólogo iraquí, Ibrahim al Yafari.
Recuperación de Mosul es "base para preparar el Irak del futuro"
"Este encuentro resalta la gran necesidad de hacer todo lo posible para asegurar, respetando los derechos humanos de acuerdo con las leyes humanitarias internacionales, la protección de las poblaciones civiles que ya son víctimas de los actos salvajes del EI", resumieron.
La apertura de la conferencia la realizó el presidente francés, François Hollande, cuyo país participa en la coalición que combate al EI en Irak y Siria después de ser azotado por oleadas de atentados yihadistas.
En su alocución, Hollande pidió ir más allá de Mosul: "Tenemos que ser ejemplares en la persecución de los terroristas que ya han comenzado a abandonar Mosul hacia Al Raqa (en Siria). El éxito de esta misión no puede ser solo lograr que los terroristas de Mosul se trasladen a otros lugares donde puedan seguir actuando", aseguró.
Una vez constatado que el EI pierde terreno tanto en Irak como en Siria, el presidente francés juzgó que la toma de Mosul "no debe ser solo un objetivo militar" sino la base para preparar "el Irak del futuro".
JOV (efe, rfi)
La cruenta batalla de Alepo
La ciudad, antaño eje comercial sirio, se ha convertido en un descampado donde aún habitan miles de personas sometidas a los avatares de una guerra sanguinaria.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Ourfalian
Al comienzo fueron protestas pacíficas
Como en muchas otras ciudades de Siria, en Alepo el malestar ciudadano por la conducción del país estalló a comienzos de 2011. Numerosas protestas contra el régimen de Bashar al Assad y las violaciones a los derechos humanos, además del desgaste de un liderazgo cuestionado, propiciaron el escenario perfecto para un alzamiento popular.
Imagen: dapd
Primeros ataques armados
Esta imagen de la localidad de Homs muestra los efectos de los primeros ataques contra las fuerzas del Gobierno en el país. En Alepo, a comienzos de febrero de 2012, 28 personas perdieron la vida en escaramuzas con artillería entre fuerzas rebeldes, aún mal organizadas, y las tropas del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
La metamorfosis
En esta imagen, civiles y uniformados protestan contra Al Assad. Los uniformados son miembros del Ejército Libre de Siria, agrupación rebelde conformada por soldados desertores del Ejército sirio. Las banderas que flamean no son las del país, sino las de la oposición. Lentamente se monta el escenario para la dura guerra civil que marcará al país por los próximos años.
Imagen: Reuters
Surgen las armas
Soldados del Ejército Libre de Siria patrullan en el barrio de Salahadin, uno de los primeros de Alepo en caer en manos de las fuerzas rebeldes. La imagen es de agosto de 2012. Lentamente el Gobierno de Al Assad comenzaba a perder el control sobre el territorio de la mayor ciudad de Siria. Al mismo tiempo, los insurgentes lanzaban ofensivas contra Damasco.
Imagen: Reuters
Ayuda internacional
Apremiado por la situación interna, el presidente Bashar al Assad comenzó a buscar ayuda en el exterior. Los primeros en acudir a su lado fueron los iraníes. En la imagen, el entonces ministro de Exteriores persa, Ali Akbar Salehi, saluda al mandatario sirio en Damasco. Irán ha aportado tropas y asesores militares, vitales para la recuperación del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
Momento de tranquilidad
Desde el comienzo oficial de la llamada "Batalla de Alepo", el 19 de julio de 2012 tras una ofensiva rebelde, ha habido sucesivos remansos de paz. Como éste, declarado por un día de celebración musulmán a fines de octubre de 2012, aprovechado por la gente para comprar comida en el norte de la ciudad.
Imagen: AFP/Getty Images
Cascos blancos recuerdan a sus colegas
Ante la falta de organizaciones "oficiales", Alepo ha debido reconstruir sus instituciones. Una de las más conocidas es la de los "cascos blancos", voluntarios que rescatan a las víctimas de los bombardeos y cuyo nombre llegó a sonar como candidato al Premio Nobel de la Paz. En la imagen, recuerdan a sus miembros caídos en cumplimiento del deber.
Imagen: Reuters
Caos, terreno fértil
El caos en el que se ha visto sumido el país, especialmente Alepo, ha sido caldo de cultivo para que tomen fuerza distintos grupos armados. El más conocido es Estado Islámico, que lucha contra el Ejército de Siria y contra los rebeldes. Otros grupos son el Ejército Libre de Siria, el Frente al Nusra y las fuerzas kurdas.
Imagen: picture alliance/ZUMA Press/M. Dairieh
Víctimas inocentes
Como siempre en la guerra, los niños son los más afectados. Los bombardeos incesantes, primero de la aviación siria y luego de la rusa, han reducido la ciudad a escombros, muchas veces con sus habitantes dentro. Esta imagen, icónica por lo cruda, es la del niño Omran Daqneesh, de cinco años, herido tras un ataque ruso.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Rslan
Con una ayuda de mis amigos
Rusia apoya desde septiembre de 2015 a las tropas de Al Assad, marcando un giro en la guerra. Desde entonces, el Ejército avanza sobre las zonas rebeldes. Esos triunfos han sido a costa de la ciudad y sus vecinos, que ahora viven en un cementerio de edificios. Pero, pese a la adversidad, siempre habrá un minuto de inocencia, para tomarse un respiro y jugar. Aunque sea en medio de la destrucción.