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041209 UN Klima Kopenhagen 2050

7 de diciembre de 2009

Los científicos están de acuerdo: de no hacer nada en contra del calentamiento global, la catástrofe es segura. ¿Lo logrará la humanidad?

En Zermatt, SuizaImagen: AP

En el año 2050 se coloca la vara para las negociaciones en torno al cambio climático. Hasta entonces las emisiones de efecto invernadero deben haber sido reducidas, mundialmente, en un 80 por ciento en comparación a las de 1990. De otra manera no va a ser posible detener el limitar el calentamiento global a un ascenso de dos grados. ¿Qué opinan los investigadores al respecto? ¿Qué creen los ecologistas?

“El año 2050 me preocupa. Es un año que se ha convertido en una medida de todos los problemas que le dejamos a la siguiente generación. En el 2050 el aire no estará contaminado, no habrá emisiones de efecto invernadero, habrá otra vez peces en el agua… En el fondo de mí, lo sé: esto no sucederá”, dice Charles Hopkins, catedrático de la UNESCO en la York University de Toronto, Canadá, que se encarga de los conceptos de formación para el desarrollo sostenible. No ve el 2050 con demasiado optimismo porque los climatólogos están de acuerdo en que hasta ese año deberíamos haber reducido las emisiones casi a cero para evitar una catástrofe climática en este mismo siglo. Pero los resultados de los científicos y las medidas ofrecidas por los gobiernos distan mucho entre sí.

“En Copenhague hay que lograr acuerdos importantes y de largo alcance”, afirma Dirk Messner, director del Instituto Alemán de Política de Desarrollo y miembro del comité científico del Gobierno alemán. De no lograrlo, en 40 años la humanidad se verá enfrentada a hechos consumados:

Un panorama espeluznante

El resultado sería que se dispare un calentamiento de hasta cuatro grados. Los peligros que esto representa para la seguridad son enormes. En todos los campos: en la agricultura, la alimentación, la migración, en la economía. Tomamos rumbo hacia un mundo bastante inseguro. Todos los expertos en este campo son de la opinión de que los costos de esos problemas serían mucho mayores que los de evitarlos”, dice Messner quien es especialista en el tema. Por eso mismo, le espeluzna imaginar el escenario en caso de que no se logre hacer mucho para evitar el calentamiento global. “Todavía podemos hacer algo, pero no por mucho más”, recalca y vaticina que, de no actuar, los efectos del cambio climático se sentirán por muchos miles de años.

Las cosas están cambiando

Técnicamente es posible desarrollar hasta el año 2050 una economía con emisiones de CO2 tendientes a cero. Al respecto todos están de acuerdo. Por supuesto que, entonces, habría mucho que cambiar. Por otro lado, los cambios ya han empezado, opina Yvo de Boer, director del Secretariado de Naciones Unidas para el Cambio Climático:

“Basta con fijarnos en las nuevas tecnologías. Podemos transportar carga y personas sin o con mínimas emisiones –si estamos dispuestos a pagar por ello. Con tecnología agrícola nueva podemos producir más alimentos. Podemos incrementar la eficiencia energética de nuestras casas. Y debemos preguntarnos también si tenemos que trasladarnos a un edificio de oficinas para trabajar eficientemente ocho horas. Creo que en nuestra sociedad puede y tiene que cambiar mucho”, opina De Boer.

El punto decisivo será si estas tecnologías estarán al alcance de todos –de los países ricos como de los pobres, del sur como del norte. En este punto hay que lograr un acuerdo en Copenhague: el peso de los costos y las nuevas tecnologías tienen que ser repartidos equitativamente. El tiempo apremia.

La lucha empieza hoy

El catedrático de la UNESCO despierta de su pesadilla: “de todo corazón espero equivocarme y que el año 2050 sea un año en que festejemos lo que hemos logrado. Espero que hasta ahí no hayan muerto demasiados pobres de este planeta y que estén viviendo en peores condiciones. Y me planteo qué es lo que puedo aportar al año 2050. Hoy, no mañana”.

Autor: Helle Jeppessen/Mirra Banchón
Editor: José Ospina

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