Para remediar la situación presupuestaria no basta con reducir las subvenciones, sino que es preciso también subir los impuestos, dijo Platzeck al término de la reunión de clausura del SPD.

Tanto el SPD como la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel celebraron este domingo reuniones por separado, con vistas al pacto de Gobierno que deberá fijarse la próxima semana y mientras persisten divergencias, especialmente en materia fiscal y laboral.

La brecha sigue siendo grande

Tras semanas de rondas negociadoras, la CDU y su aliada Unión Socialcristiana de Baviera (CDU) deben definir los contenidos de su gran coalición con el SPD, que será sometida los próximos 14 y 15 a la aprobación de ambos socios. Una semana después, el 22, Merkel se someterá a su elección como Canciller por el Parlamento.

En discusión están el aumento del IVA -del actual 16 al 18 o 20 por ciento-. La introducción de un impuesto para ricos a ingresos superiores a los 500.000 euros, para casados, o 250.000, para solteros. Asimismo se discute sobre los recortes en los subsidios a los parados crónicos, la congelación de las jubilaciones hasta 2010, algunas rebajas más a la sanidad pública y también una mayor flexibilización de la ley contra el despido.

7 días para lograr acuerdos

Los principales focos de tensión son en materia fiscal y laboral, pero no son los únicos. También hay disenso en cuanto al adiós a la energía nuclear, acordado en la primera legislatura del canciller Gerhard Schröder, y que ahora Merkel quiere replantear, al menos en la cuestión del periodo de actividad de las plantas hasta su cierre.

Tras las reuniones de clausura por separado este domingo, se entrará el lunes en la recta final y para el sábado debería estar listo un pacto aceptable para todos.