Seguridad reducida
25 de agosto de 2015 Independientemente de quién se pronuncie sobre el incidente en el Thalys y la seguridad ferroviaria, las reacciones son similares: más controles, como en los aeropuertos, serían imposibles por la cantidad de pasajeros. El ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, dijo que no “podría imaginar poner más agentes de seguridad en cada tren y trenes de cercanía”. Guillaume Pepy, jefe de las redes ferroviarias francesas, SNCF, calificó también de imposible un incremento en la seguridad ferroviaria: en Francia el transporte por trenes es veinte veces más grande que el aéreo.
Schengen bajo presión
El tren de alta velocidad Eurostar, con controles parecidos a los aéreos, que circula entre París o Bruselas y Londres es en Europa una excepción. Los pasajeros tienen que pasar por un control media hora antes de la salida en una zona aparte de la estación. La razón es que Gran Bretaña no pertenece a la zona Schengen.
El primer ministro belga, Charles Michel, está a favor de los controles, como en el Eurostar, en Bélgica, Francia, Holanda y Alemania. La cuestión es si es posible dentro del marco del Acuerdo de Schengen. Un portavoz de la Comisión expresó con reserva que Schengen “no es negociable”. Se podrían introducir controles de seguridad especiales en los trenes, pero sin llegar a ser controles fronterizos. El portavoz no especificó nada al respecto, pero en este caso se trata de evitar una “hiperreacción”.
Más presencia policial en las estaciones
Los ministros del Interior europeos y jefes ferriovarios de Europa no quieren, sin embargo, que se les critique por estar de brazos cruzados. El francés Pepy creó un número de emergencia, 3117, para que los pasajeros puedan alertar sobre personas o actos sospechosos. Pero un número de teléfono no es suficiente. En el caso de Deutsche Bahn (DB), empresa ferrioviaria alemana, la policía germana es la encargada de la seguridad y medidas antiterroristas en los trenes. La DB cuenta con 3.700 agentes de seguridad que acompañan a los controladores de billetes y pueden actuar en caso de algún percance. Pero para ello solo cuentan con porras y sprays de gas pimienta, por lo que no estarían realmente preparados para actuar en un caso, como en el Thalys.
Jörg Radeck, el jefe representante del sindicato de la Policía alemana, GdP, dijo a DW que “no tenemos ni tan siquiera personal para detener a un ladrón”. Además, agregó que no considera necesario que haya presencia policial en cada tren. Pero sí en las estaciones de trenes y, con unos pocos centenares de agentes se podría lograr mucho, “porque con la presencia policial podríamos prevenir”.
Fallos de los servicios secretos
En otros países, como Italia y España, los pasajeros tienen que pasar por algunos controles en los trenes de alta velocidad. Tras los sangrientos atentados terroristas de 2004 en Madrid, también se controlan los equipajes en los trenes de cercanía de la Península Ibérica. En Italia, se introdujeron controles de seguridad en algunas de las grandes estaciones ferroviarias desde mayo de 20015.
Otro tema que afecta a la seguridad es la eficacia de los servicios secretos. Las autoridades españolas ya habían clasificado y comunicado que el supuesto terrorista era un islamista radical; los colegas belgas, sin embargo, lo conocían, pero no lo consideraron tan peligroso, por lo que no estaba bajo vigilancia permanente, admitió Jan Jambon, ministro del Interior belga.