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Poco porvenir para la moción contra Juncker

Christoph Hasselbach (JAG / EL)21 de noviembre de 2014

La moción de censura contra el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, podría fracasar. Pero aun si ese es el caso, la imagen del político luxemburgués terminará opacada.

Imagen: Reuters/Eric Vidal

La Comisión Europea no quiere perder la calma ante la moción de censura en el Parlamento. “La Comisión estará, como siempre, tranquila y preparada”, aclaró el vicepresidente, Frans Timmermans: “Veremos hacia dónde nos lleva el debate”, acotó. Realmente, hay razones para estar tranquilos, puesto que nada indica que haya votos suficientes para hacer dimitir a Juncker.

Quórum difícil

Para interponer la moción no son necesarios muchos requisitos, pero para conseguir que se apruebe la dimisión, el proceso es mucho más complejo. Hasta ahora, las ocho mociones que puso en marcha el Parlamento ante la Comisión fracasaron y sólo una vez se llegó a una dimisión, cuando Jacques Santer tiró la toalla en 1999 tras las acusaciones de corrupción.

Para llegar a la votación de la moción, el reglamento europeo exige las firmas del 10 por ciento de todos los eurodiputados. Es decir, 76 parlamentarios, según el número actual. Los euroescépticos y los populistas de los grupos derechistas Europa de la Libertad y Democracia Directa –bajo el mando del partido independiente del británico Nigel Farage–, cuentan con el apoyo del Frente Nacional francés. Pero según se refleja en la normativa europea, para la dimisión de Juncker sería necesaria una mayoría de dos tercios de los votos emitidos y la mayoría del Parlamento. Como mínimo 376 votos y aún más, dependiendo de la participación. Por parte del banco populista no llegarían ni a los 100 votos.

La izquierda, lejos de la derecha

Las escasas posibilidades de la moción tienen también razones políticas. Precisamente por eso, Juncker no debería estar tan seguro del resultado. Muchos diputados votarán contra la moción por ser una iniciativa de las filas populistas. Nadie quiere apoyar a este grupo y aunque la izquierda también intentó presentar su moción, no llegaron a los votos necesarios: “No apoyaremos esta moción propuesta por nacionalistas como Marine Le Pen y Nigel Farage”, aclaraba Gabi Zimmer, presidenta del grupo de la Izquierda Unitaria Europea.

Sin embargo, esto no cambia la posición de la Izquierda que, al igual que los Verdes, critica a Juncker con una interpretación distinta. Sven Giegold, experto en finanzas de la bancada ecologista, aconseja a Juncker “actuar consecuentemente, no dimitir”, pero tanto la Izquierda como los Verdes exigen una comisión de investigación.

Credibilidad dañada

Como era de esperar, el democristiano Juncker tendrá todo el apoyo del Partido Popular Europeo, el mayor grupo del Parlamento, como aclaraba su presidente Manfred Weber. Además, la dimisión de Juncker sería una vergüenza para los democristianos y llevaría al fracaso a un complejo sistema de acuerdos y concesiones con los socialdemócratas. Precisamente por eso, también estos últimos deberían apoyar Juncker.

Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo, el mayor grupo del Parlamento Europeo.Imagen: picture-alliance/dpa

Aun así, el luxemburgués tendrá que enfrentarse a muchos prejuicios contra él y su gestión como presidente de la Comisión Europea. Juncker desapareció cuando los medios informaron sobre los pactos fiscales de los consorcios internacionales con Luxemburgo, evadiendo cantidades millonarias y enriqueciendo al pequeño país a costa de otros miembros de la UE. Después, Juncker huyó adelante proponiendo regular a nivel europeo el sistema que él mismo construyó como ministro de Finanzas y presidente de Luxemburgo. Pero aun así, no todos lo consideran fiable y la moción de censurá arrojará una incómoda luz sobre su pasado.

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