Nunca en la historia del festival de cine de San Sebastián se había llevado el galardón máximo una película alemana. Tras 51 años, ahora ocurrió. La "Concha de Oro" fue otorgada al filme "Schussangst" (Miedo a los disparos), del director Dito Tsintsadze, originario de Georgia y radicado en Alemania. Pero no fue un premio exento de críticas, como lo reflejan los comentarios de la prensa.

"Thriller poético"

La película utiliza una buena dosis de humor negro para narrar la historia de Lukas, un objetor de conciencia que cumple su servicio civil, en lugar del militar, repartiendo comida a ancianos y enfermos, en la ciudad portuaria de Hamburgo. Su vida se sale de su cauce cuando se enamora perdidamente de Isabella, y ella comienza a distanciarse. El joven pacifista termina cometiendo un asesinato, completándose así una dramática transformación.

Tsintsadze califica su filme, basado en una novela de Dirk Kurbjuweit, de "thriller poético". Según dice, "se trata de soledad y amor frustrado, que son los padres de la violencia". En una entrevista de hace un par de meses, explicó que "es una historia fuerte y trágica, que habla de un joven que pierde su identidad. Es una mezcla de amarga tragedia e ironía. Dado que la tragedia es muy efectiva emocionalmente, estoy seguro de que puede transportar muy bien un mensaje humanista".

Abucheos de la crítica

La satisfacción por el premio obtenido se vio empañada por los abucheos de la crítica y la prensa asistente al evento cinematográfico que, como indica el diario español El Mundo, calificó la cinta de "absurda". El mismo periódico le reprocha carecer de "ritmo y gracia", si bien menciona que la reacción negativa obedeció a que se quería ver premiada a la cinta española "Te doy mis ojos", de Icíar Bollaín.

Pero todo eso no parece amilanar al director de la película que el folleto del festival ya describe como un filme "difícil de clasificar, lleno de humor y surrealista dentro de un contexto realista". Tsintsadze, quien en el 2000 ya había llamado la atención con su comedia "Lost Killers" en el festival de Cannes, considera que "crear polémica es bueno". Ante las reacciones adversas, indicó: "Eso es precisamente lo que quería. Lo interesante es que se odie una película".