El encuentro de los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea no llevó a ningún acuerdo en materia de refugiados. Alemania pierde cada vez más aliados. Bernd Riegert informa desde Bruselas.
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El próximo jueves y viernes (18 y 19 de febrero) los jefes de Gobierno y de Estado de la Unión Europea emprenderán un nuevo intento por encontrar una solución a la crisis de refugiados. Pese a reiterados llamamientos, hasta ahora, los países miembros del bloque comunitario no han implementado la propuesta de la Comisión Europea de registrar a los refugiados en Grecia y repartirlos en la UE de acuerdo con un sistema de cuotas.
De las cerca de 160.000 personas que actualmente se encuentran en Grecia e Italia y que deberán ser repartidas, apenas 500 han emprendido su viaje. También el plan de la canciller alemana, Angela Merkel, de cerrar la frontera entre Grecia y Turquía a la inmigración ilegal y trasladar a los refugiados en contingentes directamente de Turquía a la UE cuenta cada vez con menos adeptos.
Merkel se queda sola
En la actualidad, incluso Francia, el aliado más estrecho de Alemania, se niega a apoyar la política merkeliana. El primer ministro galo, Manuel Valls, rechaza los contingentes de refugiados. Por su parte, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, fue más diplomático en las consultaciones con sus colegas en Bruselas. Según Ayrault, las relaciones franco-germanas son decisivas y “deben ser fortalecidas para ayudar a desarrollar de forma conjunta una propuesta sobre cómo conservar los intereses nacionales y aumentar nuestras capacidades para enfrentar los retos”.
En la próxima cumbre de la UE, la canciller germana quiere hacer un balance del actual rumbo político. A fin de lograr un acercamiento entre los diferentes grupos, en los próximos días el presidente del Consejo Europeo viajará por el continente para preparar la cumbre. Antes de ésta probablemente también se llevará a cabo una reunión de la “coalición de los dispuestos” con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, para sondear si la frontera de la UE con Turquía puede ser asegurada mejor, si el abastecimiento de los refugiados en Turquía funciona bien y si se ha logrado frenar a los traficantes de personas.
Plan para cerrar ruta balcánica
En Bruselas, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, desechó sobre todo el plan de los países balcánicos y de Austria para cerrar la frontera entre Grecia y Macedonia a los refugiados. “Aquellos que por medio de soluciones aparentemente fáciles tratan de expulsar a países miembros europeos deben tener claro que eso no será posible”, dijo Steinmeier a reporteros. “No podemos trazar nuevas fronteras en la Unión Europea. Grecia es un Estado miembro. Es nuestro deber proteger lo mejor que podamos las fronteras exteriores de Grecia”, agregó.
Este lunes también se reunieron representantes del llamado “grupo Visegrad”, es decir Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Eslovaquia, que rechazan la solución de contingentes de Merkel. Como consecuencia, el ministro de Relaciones Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, amenazó en Bruselas con una discusión sobre las ayudas financieras de la UE a los países del Este de Europa que se nieguen a acoger a refugiados.
El estado de ánimo en la UE es muy tenso. Muchos países opinan que Alemania debería ceder y mostrarse “solidaria” con la mayoría. Y mientras continúa la pelea entre los ministros, cada día arriban unos 2.000 refugiados y migrantes a la UE.
El año de los refugiados
Nunca antes hubo tantos refugiados como en 2015. Muchos han llegado a Alemania. "Es un desafío histórico", señaló la canciller Angela Merkel. Una mirada retrospectiva a un año estremecedor.
Imagen: Reuters/O. Teofilovski
Grecia: una puerta hacia la UE
Estos jóvenes procedentes de Siria superaron una peligrosa etapa de su viaje. Llegaron a Grecia y, por ende, a la Unión Europea. Pero con ello no alcanzaron todavía su meta. Quieren seguir rumbo al norte, hacia otros países de la UE. La mayor parte huyó en 2015 a Alemania y Suecia.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Peligro en el Mediterráneo
El camino que han recorrido encierra peligros mortales. Reiteradamente zozobraron embarcaciones no aptas para la travesía. Estos niños sirios y su padre tuvieron suerte. Fueron rescatados en el Mediterráneo por pescadores griegos de la isla Lesbos.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
La imagen que conmovió al mundo
Aylan Kurdi, de tres años de edad, no sobrevivió. A comienzos de septiembre se ahogó con su hermano y su madre en el Egeo, cuando intentaban llegar a la isla de Kos. La foto de este niño sirio muerto dio la vuelta al mundo, conmoviendo a miles de personas.
Imagen: Reuters/Stringer
Contrastes a la vista
Kos, a menos de cinco kilómetros de Turquía, es la meta de muchos refugiados. Llegan a las playas donde solo solía haber turistas. Este grupo de refugiados paquistaníes logró arribar con un bote inflable.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Caos total
Muchos refugiados quedan varados en Kos, porque solo pueden continuar viaje a tierra continental tras haberse registrado. En el verano, la tensión escaló cuando las autoridades hicieron esperar a los refugiados en un estadio para hacer ese trámite, a pleno sol y sin agua.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Un transbordador para refugiados
Debido a la insostenible situación imperante en la isla se produjeron disturbios. Para reducir la tensión, las autoridades griegas arrendaron un barco en el que se habilitaron posibilidades de alojamiento para 2.500 refugiados y una oficina de registro.
Imagen: Reuters/A. Konstantinidis
El dilema de Europa
Por la misma época, más al norte, en la frontera greco-macedonia, policías fronterizos impiden el paso a la gente. En el tumulto hay niños que lloran, separados de sus padres. "Pura desesperación" se llama la foto tomada por Georgi Licovski. La Unicef la distinguió como la foto del año, ya que plasma "el dilema de Europa y su responsabilidad".
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Un símbolo negativo
A fines del verano, Budapest se convirtió en un símbolo del fracaso de las autoridades y de la xenofobia. Miles de refugiados acampaban en los alrededores de una estación ferroviaria de capital húngara. El gobierno les prohibió continuar su viaje. En consecuencia, muchos siguieron su camino a pie, rumbo a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Se abre el paso
El 5 de septiembre se despejó el camino para los refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, tomó con su par austríaco, Werner Feymann, la decisión de permitir a la gente continuar el viaje. Varios trenes especiales y buses se dirigieron por esos días a Viena y Múnich.
Imagen: picture alliance/landov/A. Zavallis
Bienvenidos, refugiados
El primer fin de semana llegaron a Múnich cerca de 20.000 refugiados. En la estación central de la ciudad se reunieron innumerables voluntarios para atender a los refugiados y proporcionarles alimentos y vestimenta.
Imagen: Getty Images/AFP/P. Stollarz
"Lo lograremos"
Mientras Merkel era aclamada por los refugiados y los partidarios de darles asilo, en otros sectores de Alemania surgía el descontento. En una conferencia de prensa, Merkel respondió a las críticas con estas palabras: "Si tenemos que disculparnos por mostrar un rostro gentil en una situación de emergencia, este no es mi país". Otra frase se convirtió en su mantra: "Lo lograremos".
Imagen: Reuters/F. Bensch
Historias en el equipaje
A fines de septiembre, la policía publicó una imagen conmovedora. Una niña refugiada hizo este dibujo y se lo regaló a un policía de Passau. Muestra el horror que vivieron muchos refugiados y su gran alegría de estar por fin a salvo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bundespolizei
El drama continúa
A fines de octubre habían llegado a Alemania más de 750.000 refugiados. Pero el flujo no cesaba. Los países de la denominada "ruta de los Balcanes" se veían superados y cerraron sus fronteras. Solo se siguió permitiendo el paso a sirios, afganos e iraquíes. Como una forma de protesta, algunos refugiados de otros países se cosieron los labios.
Imagen: picture-alliance/dpa/G. Licovski
Sin final a la vista
"¡Ayúdanos, Alemania!", dicen los carteles de los manifestantes en la frontera con Macedonia. En Europa se acerca el invierno y miles de personas, incluyendo niños, se encuentran atrapadas en tierra de nadie. Entretanto, incluso Suecia, considerado un país abierto a los refugiados, estableció transitoriamente controles fronterizos. La UE cuenta para 2016 con otros tres millones de refugiados.