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Honduras mit Zelaya

22 de septiembre de 2009

¿Representa el regreso de Zelaya el comienzo de una solución al conflicto en Honduras? ¿Por dónde pasa el camino hacia el restablecimiento de la democracia? Deutsche Welle conversó al respecto con Günther Maihold.

Supporters of Honduras' ousted President Manuel Zelaya, not seen, gather outside the Brazilian embassy in Tegucigalpa, Monday, Sept 21, 2009. Zelaya took refuge inside the Brazilian embassy Monday and said he returned to Honduras to reclaim his presidency, defying threats of arrest and summoning supporters. (AP Photo/Esteban Felix)
Partidarios del depuesto presidente Manuel Zelaya ante la Embajada de Brasil en TegucigalpaImagen: AP

Deutsche Welle: Usted observa y sigue desde hace tiempo la situación en Honduras, ¿qué opinión le merece la manera en que ha vuelto el presidente Manuel Zelaya a Tegucigalpa?

Günther Maihold: Es una obra con seguridad de húsar, en la cual Zelaya se ha sabido mover en torno a los diversos puntos de seguridad que el Gobierno de facto del presidente Micheletti dispuso. Con ello ha logrado un éxito en la opinión pública. Políticamente, por el contrario, puede complicar mucho la situación, pues ahora tenemos una constelación en la que los partidos de conflicto pueden enfrentarse y conllevar a conflictos serios en la sociedad civil de Honduras o entre el Ejército y la población civil.

¿Qué papel ha desempeñado el presidente venezolano, Hugo Chávez, en esta prueba de fuerza entre Zelaya, democráticamente elegido, y el presidente de facto Roberto Micheletti?

Chávez se expresó con claridad declarando la destitución de Micheletti como su meta política. En esa medida su función está clara. Además intenta confrontar todos los intereses de todas las partes del conflicto, sean estos los de Estados Unidos, sean los de los países vecinos o los de su propia agrupación, la de los países de Alba. Esto lleva a que encontrar la solución se haga cada vez más difícil. En esta situación sólo cabe esperar que las fuerzas más moderadas mantengan el control en Honduras.

La población está polarizada y la información de los medios manipulada, dicen observadores. En esta situación, ¿el camino hacia la solución pasa imprescindiblemente por una vuelta de Zelaya como lo exige también la comunidad internacional?

Con ello no solucionaremos el problema. Es evidente que la elite hondureña no aceptará un regreso de Zelaya. Con ello se ha creado una confrontación que sólo puede ser solucionada con una convocatoria a elecciones. En esa medida, la comunidad internacional tiene que estar dispuesta a dar el siguiente paso y legitimar las elecciones de noviembre a través de observadores internacionales, lo que permitiría el regreso de Honduras al poder democrático.

Manuel Zelaya en Embajada de Brasil. Septiembre 22 de 2009Imagen: AP

Una mirada histórica: después de decenios de dictaduras en la región, ¿que Zelaya recobrase su sillón presidencial representaría una victoria de la democracia, de los principios democráticos?

Eso depende si se tiene a Manuel Zelaya como la encarnación de los principios democráticos o si se piensa que restituyendo el régimen de Zelaya se suficiente en aras de la democracia. El punto es que la democracia tiene siempre una dimensión histórica, y hemos podido detectar que en el régimen de Zelaya hubo irregularidades que no se corresponden necesariamente con los principios democráticos. En esa medida, el daño que se le ha hecho a la democracia de Honduras puede ser subsanado sólo con elecciones nuevas.

Y ése es el campo en donde puede actuar la comunidad internacional…

Sí. Para ello tiene dar un decisivo paso hacia delante y no elaborar más lo sucedido. Eso se dificulta aún más con el regreso de Zelaya y sólo podría llevar a mayores derramamientos de sangre.

Autor: Mirra Banchón
Editor: José Ospina

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