Político ultraderechista alemán se convierte al islam
31 de enero de 2018
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El político de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) Arthur Wagner, quien ha cambiado su nombre por Ahmad, explicó este miércoles (31.01.2018) su conversión al islam y afirmó que, pese a esa decisión, seguirá siendo miembro del partido, considerado islamófobo.
En una rueda de prensa, Wagner -también con nacionalidad rusa, que creció en la extinta Unión Soviética y habla un alemán con muchos errores- dijo que siempre ha ido en busca de la verdad y ello le llevó a convertirse al islam. La conversión estuvo precedida de un distanciamiento de la Iglesia protestante por la tendencia liberal de la misma y, sobre todo, por la presencia de pastores en el desfile del orgullo gay.
Luego, el contacto con musulmanes lo llevó a buscar la religiosidad en el islam, hasta que optó por dar el paso. Wagner se ha retirado de la dirección regional de AfD en Brandeburgo, estado federado del este de Alemania circundante a Berlín, pero quiere seguir siendo miembro de la formación política. "Hay un alma alemana, hay una alemanidad y, si no la cuidamos Alemania desaparecerá", manifestó.
En su comparecencia ante la prensa después de que varios medios se hicieran eco de su caso, fue preguntado acerca de la frase "El islam pertenece a Alemania", pronunciada hace años por el entonces presidente alemán, Christian Wulff, y más recientemente por la canciller, Angela Merkel, para garantizar la apuesta por la integración de los cerca de diez millones que viven en el país.
AfD rechaza esa premisa y Wagner sostuvo que la afirmación no tiene sentido. "El islam no pertenece a ningún país, el islam es un regalo maravilloso que Alá nos ha dado", resaltó. "Tal vez podemos decir que Turquía pertenece al islam. Actualmente Alemania no pertenece al islam, pero eso no tiene que seguir siendo así siempre", agregó. Wagner consideró que es urgente impulsar un diálogo entre los conservadores germanos y el "islam alemán".
En declaraciones al diario Tagesspiegel, el líder de AfD en Brandeburgo, Andreas Kalbitz, opinó que la decisión de Wagner es una cuestión privada e insistió en que" el islam no pertenece a AfD". (EFE)
¿Por qué toda Alemania habla tanto de AfD? (15.03.2016)
El partido de extrema derecha apeló a un discurso antiinmigración y obtuvo excelentes resultados en las últimas elecciones regionales alemanas.
Imagen: Getty Images/A. Hassenstein
Al comienzo era el euro
En abril de 2013 se realizó en Berlín el primer congreso del partido Alternativa para Alemania (AfD), que acababa de ser fundado en febrero. Bajo el liderazgo del profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo Bernd Lucke, el partido surgió como una variante un poco a la derecha de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y tuvo como principal tema la crítica a la política de rescate del euro.
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Los "euroescépticos"
El objetivo de AfD era convertirse en una alternativa real a los partidos de centro. Numerosos militantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), del partido liberal FDP e incluso de La Izquierda se plegaron a la propuesta, que buscaba el fin de los millonarios rescates financieros, el retorno de las monedas nacionales y la disolución de la eurozona. La prensa empezó a llamarlos "euroescépticos".
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Los tres presidentes
Lucke compartió la presidencia del partido con la empresaria Frauke Petry y Konrad Adam, un reconocido periodista que había trabajado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Con las bases listas para competir, se presentaron en las elecciones federales de 2013 con Lucke como principal rostro. Obtuvieron el 4,7 por ciento, muy poco por debajo del 5 por ciento necesario para ingresar al Bundestag.
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Los primeros éxitos electorales
Tras un fracaso en las elecciones regionales de Hesse, AfD comenzó a dar sus primeros golpes electorales en 2014, cuando obtuvo el 7 por ciento en las elecciones al Parlamento Europeo, lo que permitió que Lucke y otros seis militantes se convirtieran en eurodiputados. Luego obtuvo asientos en los parlamentos de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, donde alcanzó un 12,2 por ciento de la votación.
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Las dos almas se separan
Pese a nuevos éxitos en Bremen y Hamburgo, las dos almas del partido poco a poco empezaban a chocar. Por un lado, los liberales económicos capitaneados por Lucke, y, por el otro, los ultraconservadores tutelados por Frauke Petry. En el congreso de julio de 2015, Petry fue elegida presidenta y se produjo un cisma. Cinco de los siete europarlamentarios dejaron el partido, entre ellos Lucke.
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Giro a la derecha
Lucke se llevó consigo a unos dos mil militantes de AfD, algo así como el 10 por ciento del total. Con muchos de ellos fundó ALFA, Alianza para el Progreso y el Resurgir. Petry organizó el giro hacia la derecha de Alternativa para Alemania. Hubo reuniones con los islamófobos de Pegida e incluso Petry dijo que la policía debería usar armas de fuego, como último recurso, para proteger las fronteras.
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Discurso antiinmigración rinde frutos
El discurso contra la política de refugiados propugnada por la canciller Angela Merkel, así como la radicalización en distintas áreas, las soflamas nacionalistas y la cercanía con la ultraderecha rindió sus frutos. En las elecciones regionales de Baden-Wurttemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt (13.03.2016), la AfD obtuvo sus mejores resultados históricos.
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El tiempo hablará
Nadie quiere negociar con ellos. Pero la AfD se ha convertido en un actor de la política alemana, sin que le afectaran las críticas por la cercanía con Pegida o las apariciones de miembros del partido en manifestaciones junto a neonazis.