Uno de los nueve policías federales mexicanos que declararon ante legisladores por el caso Nochixtlán reconoció que iba armado y que hizo uso de su arma durante el enfrentamiento con maestros disidentes.
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La comisión legislativa que de seguimiento a los hechos del pasado 19 de junio en Nochixtlán se reunió este jueves (18.08.2016) con nueve integrantes de la Policía Federal que resultaron lesionados en esa comunidad del sureño estado de Oaxaca, donde ocho personas murieron en el marco de las protestas de los maestros contra la reforma educativa.
En el encuentro se presentaron tres testimonios de elementos de las fuerzas de seguridad que, por medio de los seudónimos José, Juan y Luisa, narraron su experiencia durante el operativo. La senadora Mariana Gómez del Campo Gurza, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), explicó que se determinó utilizar seudónimos para resguardar la identidad de los policías.
El senador Fidel Demédicis, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), preguntó a los policías lesionados las instrucciones concretas que tenían y si portaban armas en el operativo.
“Tuve que accionar el arma”
Al respecto, "José" replicó que las órdenes que habían recibido eran de acudir en auxilio de los agentes estatales de Oaxaca y de la División de Gendarmería, ya que "la población los había superado en número y requerían la presencia de mayores elementos".
A continuación, Demédicis le preguntó al policía si él llevaba armas, a lo que este respondió que "después de que se empezaron a recibir y a haber heridos por armas de fuego, sí hubo una instrucción de que una pequeña parte del personal que acudiría llevara su equipo táctico".
"Insisto, ¿usted llevaba arma?", presionó el senador, y el agente contestó: "¿Yo llevaba arma? Sí". Cuando el legislador le preguntó si había usado su arma, "José" respondió en sentido afirmativo. "¿La accioné? Sí, la tuve que accionar", dijo.
Una reunión “concertada”
Legisladores del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y directivos de la Policía Federal impidieron que los demás policías presentes respondieran a la misma pregunta. Gómez del Campo pidió a Demédicis que tratara con respeto y prudencia a los agentes, a lo que éste respondió que "el pueblo tiene derecho a saber" lo que ocurrió.
El senador perredista calificó el encuentro de reunión “concertada” con el fin de hacer prevalecer la versión oficial de que los maestros disidentes habían atacado a los cuerpos de seguridad.
La comisión legislativa visitará la comunidad de Nochixtlán para escuchar las versiones de la población y presentar su informe el 31 de agosto.
VT (efe, la jornada)
Alcaldes en México: de cara al peligro (08.2016)
Alcaldes y funcionarios municipales en México viven en peligro, algunos por combatir el crimen, otros, por participar.
Imagen: Getty Images/Spencer Platt
Decenas de muertes
Organizaciones como la Asociación de Autoridades Locales de México y la Asociación Nacional de Alcaldes calculan entre 79 y 84 funcionarios municipales o locales muertos de manera violenta entre 2006 y agosto de 2016. La lista incluye alcaldes en funciones, exalcandes, regidores y síndicos.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/P. Spencer
Casos diversos
El caso más reciente al 3 de agosto de 2016 es el de José Santamaría Zavala, alcalde de Huehuetlán El Grande, en el estado de Puebla. Santamaría ya había sufrido un atentado en 2015 y logró sobrevivir. Pero ahora fue emboscado y acribillado. Una de las líneas de investigación apunta al robo de la nómina del municipio como motivo del asesinato.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Cortés
El violento Guerrero
Días antes, el 22 de julio de 2016, un comando armado dio muerte al alcalde de Pungarabato, Guerrero, Ambrosio Soto Duarte. “Mataron a mi primo, estoy amenazado por la delincuencia organizada”, había escrito Soto en su cuenta de Twitter. Tras el crimen, 63 alcaldes de Guerrero solicitaron urgentemente reforzar la seguridad en el turbulento estado mexicano.
Imagen: picture alliance/ZUMA Press/D. T. Adame
La respuesta de la sociedad
Crímenes contra alcaldes han desatado protestas ciudadanas en México. En muchos municipios, corrupción y delincuencia organizada mantienen a la ciudadanía como víctima entre las pugnas de distintos grupos de interés. La sociedad pide mayor seguridad para sí y para los funcionarios honestos.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Fregoso
Lucha que cuesta la vida
Uno de ellos era al alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo. Ella había prometido luchar contra la criminalidad organizada que campea en ese municipio del estado de Morelos. Pero solo se mantuvo unas horas en el cargo. Un comando ingresó en su casa y asesinó a la funcionaria de 33 años.
Imagen: Reuters/Stringer
Familias y muerte
Aidé Nava (a la izquierda en la foto), en cambio, ni siquiera pudo llegar a la alcaldía de Ahuacuotzingo, también en el estado de Guerrero. Siendo candidata a ocupar ese puesto, fue brutalmente asesinada como advertencia del crimen organizado a "los políticos que no se quieran alinear". El esposo de Nava, exalcalde de Ahuacuotzingo (der.), también fue asesinado en 2014.
Imagen: picture-alliance/epa/Luis de la Cruz
Alcaldes victimarios
No todos los alcaldes mexicanos son ejemplo de honradez al grado de arriesgar la vida. El caso de José Luis Abarca, exalcalde de Iguala, Guerrero, le dio la vuelta al mundo junto con la noticia de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa.
Junto con su esposa, María de los Ángeles Pineda (der.), Abarca fue vinculado a grupos delincuenciales como Los Rojos. Después de darse a la fuga, la pareja fue detenida en la ciudad de México y actualmente se encuentra en prisión. Algunas versiones indicaban que Abarca y Pineda dieron órdenes de detener y quizá ajusticiar a los estudiantes de Ayotzinapa, en connivencia con Los Rojos.
Imagen: picture-alliance/dpa
¿Licencia para ajusticiar?
Más reciente es el caso del alcalde del municipio de Álvaro Obregón, Michoacán, Juan Carlos Arreygue. Es señalado por familiares de víctimas como quien ordenó al subdirector de la Policía Municipal y a tres agentes la detención de diez hombres que luego aparecieron calcinados en una zona agrícola.
Imagen: picture-alliance/ZUMA Press/u78
Sin distingo de partido
Casos como el de Abarca-Pineda y Arreygue parecen ser aún la excepción, en un país con más de 2.400 municipios. Los alcaldes que han sido asesinados por oponerse al crimen organizado o por otra circunstancia son de todos los partidos políticos.