Un hombre fue detenido tras ser descubierto portando una berlina que contenía porciones de metanfetaminas en su interior en vez de la clásica mermelada, según informó el domingo (30.10.2022) la policía fronteriza de Baviera.

El arresto de este individuo ocurrió cerca de la ciudad fronteriza de Schirnding, luego de haber sido controlado a bordo de un tren que venía desde la República Checa.

Hasta ahora, la policía no ha revelado los detalles que le llevaron a considerar sospechoso este tradicional dulce de la repostería alemana, conocido en la región como Krapfen. Pero luego de inspeccionar y cortarlo, lograron darse cuenta de que había metanfetamina en su interior.

Un método de ocultación de droga desconocido

Los oficiales informaron que el método de ocultación, con pequeños sobres de la droga escondidos en el lugar donde normalmente se debería inyectar la mermelada, se trata de una novedad para ellos: "Esto fue una primicia para nuestra zona; Nunca habíamos tenido berlinas como escondite de contrabando", dijo un portavoz de la policía.

Tras incautar la droga, la policía presentó una denuncia contra el hombre de 33 años y originario de Nuremberg, al que se le permitió continuar su viaje.

Chequia, la capital europea de la metanfetamina

La metanfetamina, popular droga para fiestas que se presenta en forma de trozos de cristal transparente o de rocas brillantes de color blanco azulado, tiene un largo historial en la República Checa, país conocido por ser la capital europea de la metanfetamina.

Un estudio en 80 ciudades de 25 países europeos sobre la concentración de esta droga en las aguas residuales determinó que cinco ciudades que encabezan este ránking son checas.

Preocupación en Alemania, Bélgica y Países Bajos

El uso de esta droga altamente adictiva también es elevado en Alemania. Chemnitz, Dresde y Erfurt, todas ciudades de la antigua Alemania del Este, encabezan la lista de lugares en los que más se consume.

La producción en Europa ha tenido lugar históricamente en pequeños laboratorios "de cocina" en la República Checa y países vecinos. Sin embargo, ahora también se produce en laboratorios a escala industrial en los Países Bajos y Bélgica.

Editado por José Ignacio Urrejola