Un día después del atropello masivo en La Rambla de Barcelona, que dejó 13 muertos y un centenar de heridos hasta ahora, los catalanes salieron a la calle para gritar que no tienen miedo. La turística zona vuelve rápidamente a recuperar su normalidad, lo que para Carlos Igualada, especialista en análisis de terrorismo yihadista de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, es una señal del gran trabajo que se ha realizado frente al terrorismo dentro de España.

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"Con seguridad la Policía española es de las más preparadas para actuar en este tipo de casos, ya que hay varias pruebas que así lo indican, especialmente a partir de la experiencia que se tiene con ETA, que encarnó un terrorismo de carácter nacionalista. Es a partir de la lucha contra esta agrupación y del atentado yihadista en Atocha, el mayor que se registró en Europa, que los cuerpos de seguridad han estado mucho más preparados para enfrentar este tipo de acciones, lo mismo ocurre con la sociedad que hace un esfuerzo por recuperar su normalidad”, señala Igualada.

Después del atentado en Atocha, en Madrid, las fuerzas de seguridad españolas han desarrollado un completo plan de acción frente a la amenaza yihadista. Es así como además de la preparación policial que indica cómo deben actuar los agentes frente a un atentado, se han preocupado de perseguir y detener a los yihadistas radicalizados que se encuentran en España. En la misma línea, el Gobierno ha implementado programas sociales que buscan la integración de quienes pueden empatizar con el yihadismo. Es así como según cifras del Ministerio del Interior, desde el 11 de marzo de 2004, día del ataque en Atocha, se registran 220 operaciones contra el terrorismo yihadista y un total de 723 detenidos relacionados con esta ideología dentro del país.

Coordinación e integración

La coordinación de las distintas fuerzas de seguridad españolas es otro factor clave en la efectiva resolución de ataques terrorista. Al respecto, Alberto Bueno, investigador del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional de la Universidad de Granada, destaca que en este caso, "el trabajo operativo le corresponde por completo a los Mossos d'Esquadra. Lo que no resta importancia a que las policías españolas han adquirido una experiencia y lecciones aprendidas que los han llevado a mejorar procedimientos y sistemas de prevención gracias al fomento de la cooperación entre los distintos cuerpos de seguridad. Toda esta serie de iniciativas que se han puesto en marcha han permitido que la experiencia española sea exitosa, aunque como ya han dicho los especialistas el riesgo cero no existe”.

El otro aspecto que se ha trabajado durante años en España es la integración de los yihadistas y potenciales extremistas. "Desde que estamos en esta oleada de atentados en Europa hay varios países que han tomado medidas a nivel social. El objetivo es lograr integrar a estas poblaciones que se sienten aisladas, con el propósito de darles un vínculo con la nación en la que conviven para que se sientan integrados y eviten caer en ideologías extremistas”, explica Igualada sobre las medidas de prevención adoptadas por España.

Yihadistas de primera generación

Una de las peculiaridades que tiene España respecto a otros países europeos es que en ese país se registra mayor número de yihadistas de primera generación, mientras en Alemania o el Reino Unido ya existe una mayoría yihadistas de segunda o tercera generación, lo que explicaría en cierto grado que España tenga un índice de radicalización bajo comparado con otros países de Europa. Estos llamados "yihadistas de primera generación” habrían logrado integrarse en mayor grado a la sociedad española, algo que muchas veces no ocurre con sus hijos, que sienten una marcada separación de sus raíces.

Barcelona es uno de los llamados puntos calientes del yihadismo en España. "Estamos hablando de que en esta ciudad se encuentra al menos el 50 por ciento del total de radicales que hay en toda España”, detalla Alberto Bueno, miembro del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo. Bueno también añade que "aunque no hay un perfil único de yihadista, parece destacar la juventud en los perfiles de los atacantes radicales, lo que va de la mano con lo que estamos viendo en el continente. Muchas veces entre jóvenes se dan ciertos elementos, como la afinidad ideológica con grupos extremistas como el Estado Islámico, lo que hace que finalmente se enganchen a estos grupos”, concluye.