Policía griega retoma desalojo del campamento de Idomeni
25 de mayo de 2016
En la primera jornada, más de dos mil personas fueron reubicadas en campamentos oficiales ubicados en distintos lugares de Grecia.
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Sin incidentes transcurre la segunda jornada de desalojo de los solicitantes de asilo que se encuentran en el campamento improvisado de Idomeni, en la frontera de Grecia con Macedonia. Este miércoles (25.05.2016) la Policía retomó a primera hora el operativo, luego de que en la jornada de este martes se lograra reubicar a 2.031 refugiados, que salieron de Idomeni en 42 autobuses con dirección al norte del país.
Las autoridades decidieron impedir el acceso de la prensa al lugar, a excepción de la televisión estatal griega. Sin embargo, grupos de ayuda internacionales pudieron monitorear que el proceso se realizara conforme a derecho. Y, de hecho, aseguraron que en ningún momento la Policía forzó a los refugiados para sacarlos del campo. El Gobierno espera que el proceso completo tome al menos 10 días, considerando que en el lugar hay casi 9.000 personas.
Los refugiados están siendo llevados a cinco centros situados en las inmediaciones de Salónica, la segunda ciudad más grande de Grecia, y a otros dos localizados también en el norte del país. En sus momentos más críticos, Idomeni, convertido en símbolo del fracaso de la política migratoria europea, llegó a albergar a 12.000 personas, pero en las últimas semanas unas 2.500 personas habían aceptado ser trasladadas a otros centros.
Trenes bloqueados
Una excavadora removió las tiendas de campaña y toneladas de basura desde el campo improvisado, en una operación donde participan cientos de efectivos de las fuerzas de seguridad. La mayoría de las personas que permanecían en el lugar eran refugiados sirios, afganos e iraquíes, que no perdían la esperanza de que la frontera se reabriera y así poder continuar su viaje hacia el norte de Europa.
La Policía anunció que al menos mil personas siguen bloqueando la línea ferroviaria que une a Grecia con Macedonia, cerrada desde hace semanas. Esto ha obligado a los trenes de carga a desviarse hacia Bulgaria, aunque varios vagones cargados con mercadería y otros productos siguen en las líneas, esperando la reapertura de la vía. El desalojo “debió ocurrir hace mucho tiempo”, dijo a Reuters Anastasios Sachpelidis, representante de la asociación local de transportistas.
DZC (EFE, dpa, Reuters)
Inusual campo de refugiados en Grecia
En la península griega del Peloponeso existe un inusual albergue para refugiados. Myrto Papadopoulos fue hasta allí para conocerlo de primera mano.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Conexión con el exterior
Un adolescente navega al atardecer por Internet. Los celulares inteligentes suponen en la mayoría de los casos la única conexión de los refugiados con el mundo exterior.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Equipamiento básico
Estos bungalows alojan a ocho personas en dos dormitorios. En cada casa hay un cuarto de aseo y una cocina pequeña equipada con una cocinilla de camping y un fregadero, pero no hay agua caliente ni frigorífico.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Descansando
Ranee Mousa, de 27 años, posa con su bebé de 8 meses, nacido en Siria poco antes de que Renee y su esposo huyeran hacia Grecia.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Momento de paz y tranquilidad
Mujeres del campo llevan de paseo a un grupo de niños por las afueras del pueblo de refugiados. Antes de que comience la temporada turística en junio, los alrededores de Myrsini son relativamente tranquilos y poco frecuentados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Reflexionar sobre el futuro
Un grupo de hombres charla durante la puesta de sol en la playa a las afueras del campo de refugiados. En el campo viven menos de 60 hombres acompañados por sus mujeres e hijos.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un hogar lejos de casa
Mujeres y niños sentados bajo la luz del atardecer frente a los bungalows turísticos. En total, hay 340 habitantes en el pueblo, 209 de ellos tienen menos de 18 años y 69 son mujeres.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Vida de familia
Una mujer siria posa frente a su alojamiento con su bebé de 6 meses en brazos. Algunas mujeres del campo que ya tienen niños pequeños están de nuevo embarazadas.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Una bendición para la economía local
Tarek Alfelou acude junto a sus hijos Wedad, de 11 años, y Ziad, de 7, al pequeño supermercado de Myrsini, situado a una media hora a pie del campo. La ciudad ha experimentado un pequeño auge económico gracias a las compras de los refugiados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un rostro conocido
El alcalde de la ciudad de Andravida, Nabil-losif Morant, procede de Siria. Asegura no ser el único alcalde de origen no griego en Grecia y que la idea del campo fue suya. El consejo municipal la aprobó de forma prácticamente unánime.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Cultivo de fresa
Un trabajador de Bangladés en su granja de fresas, situada cerca del campo de refugiados. Muchos trabajadores de las granjas de la región son migrantes del sur de Asia sin papeles válidos. Durante la temporada de recogida de la fresa, reciben entre 22 y 25 euros por ocho horas de trabajo.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Ayuda local
Giorgos Aggelopoulos es un habitante de Myrsini que colabora como voluntario en el campo de refugiados y ha trabado amistad con algunas de las familias. Asegura que la oposición de la gente contra el pueblo de refugiados ha amainado considerablemente después de que los habitantes vieron que se trataba, sobre todo, de familias con niños.