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Polonia: refugiados de Ucrania en la encrucijada

Grzegorz Szymanowski
3 de marzo de 2022

Miles de personas que huyeron de la guerra en Ucrania pasan por centros de acogida en Polonia. Además de ucranianos, también hay personas de otros países, y todos tratan de organizarse y seguir viaje en medio del caos.

Personas que huyeron de la guerra en Ucrania llegan a Korczowa, Polonia.
Personas que huyeron de la guerra en Ucrania llegan a Korczowa, Polonia.Imagen: Grzegorz Szymanowski/DW

"Mira mamá, ahí hay algo que vuela”, dijo Sofía, de seis años, cuando vio por primera vez un misil. Era el primer día de la guerra en Ucrania y ella ya estaba huyendo con su hermana y su madre, Julia Rezhova, del pueblo de Gorlovka, al norte de Kiev. Querían alejarse de los soldados rusos, que invadían Ucrania y venían desde el norte en dirección a la capital ucraniana.

"No me hubiera ido si no fuera por mis hijas”, dice Rezhova, de 30 años. Le hubiera gustado quedarse, como se quedaron su hermana y su hermano, y tratar de organizarse y apoyar a los demás. Pero ahora está en Polonia.

Es una de las más de 670.000 personas que huyeron de Ucrania desde el inicio de la guerra, el 24 de febrero de 2022. Cuanto más tiempo dura la guerra, mayor es la cantidad de refugiados. La Unión Europea estima que hasta cuatro millones de personas intentarían abandonar Ucrania debido al ataque ruso.

Julia Rezhova, de las cercanías de Kiev, huyó a Polonia con sus dos hijas.Imagen: Grzegorz Szymanowski/DW

La mayoría de los refugiados van hacia Polonia

Más de la mitad de los refugiados de Ucrania, unas 380.000 personas, se dirigieron hasta ahora, como Julia Rezhova, a Polonia. Allí, Rezhova espera con sus dos hijas en un estacionamiento al aire libre del centro de acogida de la ciudad de Korczowa, a solo pocos kilómetros de la frontera polaco-ucraniana, en el sureste del país.

Entretanto, el Gobierno polaco ya abrió 27 de esos centros. Korczowa es un punto de conexión para aquellos que llegan en autobús cruzando el paso de frontera cercano. Allí son recibidos por voluntarios con comida y se les entrega productos de higiene. Desde allí tratan de seguir viaje. En el centro de acogida, que fuera un gran depósito, ahora hay cerca de 2.000 camas plegables preparadas. Según informó a DW un policía, allí duermen unas 700 personas, pero nadie conoce la cifra con exactitud. Los que huyen de Ucrania van y vienen.

Julia Rezhova acaba de llegar a Polonia, pero no quiere quedarse allí. Espera que pronto lleguen sus amigos para recogerlas a ella y a sus hijas y llevarlas a la República Checa, donde trabaja actualmente su marido.

Lugares para dormir en el centro de acogida para refugiados de Ucrania en Korczowa.Imagen: Grzegorz Szymanowski/DW

Refugiados extranjeros, en una difícil situación

Muchos de los que se quedan en el centro de acogida no saben exactamente cómo seguir. Es el caso de Raju Bhandari, de 29 años, un nepalés que hace solo dos meses estudiaba Ingeniería en Kiev cuando estalló la guerra. Se tuvo que quedar dos días en la frontera, cuenta a DW en voz baja y con una tímida sonrisa. Guardias de frontera ucranianos lo retuvieron. "Siempre tuve mucho respeto por los extranjeros. ¿Por qué no me respetaron ellos a mí?”, cuestiona. Del lado polaco de la frontera no tuvo ningún problema, dice.

En la sala del centro de acogida también hay muchas personas de países como India, Angola y Uzbekistán. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que en Ucrania vivían últimamente alrededor de 470.000 extranjeros. De ellos, unos 75.000 eran estudiantes. También esas personas huyen del país a causa de la guerra. El periódico polaco Dziennik Gazeta Prawna informa, citando informaciones de la Guardia de Frontera de Polonia, que cerca de un 10 por ciento de los refugiados provienen de terceros países, es decir, que no tienen un pasaporte de un país de la Unión Europea.

Raju Bhandari está esperando una transferencia de dinero de su familia, que está en Nepal.Imagen: Grzegorz Szymanowski/DW

Algunos siguen viaje en automóvil

A la entrada del centro esperan los que, en general, ya planean llegar a un destino, pero todavía no saben cómo. Allí, los refugiados de la guerra en Ucrania buscan conductores voluntarios de automóviles o de autobuses que puedan trasladarlos a diferentes ciudades polacas. Tanto voluntarios como soldados y bomberos tratan de colaborar. "Pernoctación en Cracovia, dos lugares”, o "Autobús a Breslavia”, son algunos de los anuncios que se escuchan por los altavoces.

El ucraniano Andryi Chornoguz, de 17 años, tiene incluso dos destinos de viaje posibles. En realidad, quiere llegar a Italia, donde viven y trabajan sus padres. Pero es menor de edad, y además no tiene pasaporte, es decir, que no podrá volar para verlos. "Mis padres me dijeron que viajara a Polonia, y de aquí veremos hacia dónde iré”, explica a DW.

Andryi tuvo que viajar durante cinco días desde Kiev con un conocido de la familia. "Difícil, muy difícil”, dice con voz triste. Y aguarda a la próxima posibilidad que lo lleve a Varsovia, donde vive su tío.

Andriy Chornoguz está esperando poder viajar a Varsovia.Imagen: Grzegorz Szymanowski/DW

Muchos regresan a su país de origen

En el fondo de la sala del centro de acogida hay camas ocupadas por trabajadores de Asia Central. Llegaron a Ucrania para ganarse la vida, como Murat, de Kirguistán, que trabajaba en Odessa pintando carrocerías de automóviles. "Los pasajes en avión para mí, mi esposa y mis dos hijas cuestan unos 1.800 euros. ¿De dónde voy a sacar ese dinero?”, lamenta. En los últimos días ni siquiera recibió paga por su trabajo. "La embajada me dijo que tenía que arreglármelas solo con los vuelos”.

Trabajadores del consulado uzbeko asesoran a ciudadanos de su país.Imagen: Grzegorz Szymanowski/DW

Pero para otros de pronto se enciende una chispa de esperanza. Los empleados del consulado de Uzbekistán organizaron un lugar de trabajo móvil y reservan pasajes a ese país para sus ciudadanos. Un grupo de uzbekos conversa en un rincón sobre que preferirían quedarse en Polonia si los dejan trabajar legalmente.

La Unión Europea quiere ofrecer a los ucranianos hasta tres años de protección y un permiso de trabajo. Cuando los trabajadores uzbekos se enteran de que esa alternativa no rige para personas de terceros países, deciden regresar a Uzbekistán. La Guardia de Frontera polaca anunció que está colaborando con las embajadas de otros países para organizar vuelos de retorno para ciudadanos de terceros países.

También la ucraniana Julia Rezhova, que quiere llegar a la República Checa con sus dos hijas, ya piensa en regresar a Ucrania. Aunque no sabe si podrá hacerlo, ni cuándo, parece muy decidida porque dice: "Tengo muchas ganas de volver, sin duda. Porque es nuestro país”.

(cp/ers)

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