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Por qué China reprime a activistas de #MeToo

Yuchen Li desde Taipéi
17 de junio de 2024

Un tribunal chino condenó a dos activistas de #MeToo a prisión. DW analiza las causas de la represión y la lucha de los activistas de derechos humanos para que los responsables rindan cuentas.

La activista de #MeToo y periodista independiente Huang xueqin y el activista de derechos laborales Wang Jianbing
La activista de #MeToo y periodista independiente Huang Xueqin y el activista de derechos laborales Wang Jianbing, condenados por el gobierno chino a cinco y tres años y seis meses de prisión.Imagen: FreeXueBing/Wang Jianbing/AP

La destacada defensora china de los derechos de las mujeres Huang Xueqin fue condenada el viernes (14.06.2024) a cinco años de prisión por "incitar a la subversión del poder estatal", según un grupo que hace campaña por su liberación, y una copia del veredicto emitido por un tribunal de Guangdong, China.

La activista de #MeToo fue sentenciada junto con el defensor de los derechos laborales Wang Jianbing, quien recibió una condena de tres años y seis meses de prisión por el mismo cargo. Wang se ha pronunciado en apoyo de las mujeres que denuncian acoso sexual. Ambos llevan ya más de 1.000 días detenidos, tras ser arrestados en septiembre de 2021. Se han declarado inocentes durante todo el tiempo que duran su detención y juicio.

"Tolerancia cero al pensamiento independiente"

Huang y Wang organizaban a menudo reuniones para jóvenes durante las que discutían temas sociales. Se cree que las autoridades chinas vieron esas reuniones como una amenaza a la seguridad nacional. "Eso refleja que el Gobierno chino tiene tolerancia cero hacia la gente que muestra algún tipo de pensamiento independiente", dijo Wang Yaqiu, directora de investigación para China de Freedom House, una organización de derechos humanos con sede en Estados Unidos, en entrevista con DW.

Hace tiempo que el declive de los derechos civiles en China es una amenaza para los activistas. En 2015, más de 300 abogados y defensores de los derechos humanos fueron arrestados en una operación a nivel nacional llamada "Represión 709". El nombre se deriva de la fecha en que comenzó: el 9 de julio. El objetivo era detener a profesionales de la ley y a activistas defensores de los derechos humanos y del Estado de derecho. Durante la última década, Pekín también ha restringido la actividad de oenegés extranjeras en el país y ha reprimido los movimientos feministas y LGBTQ+, arrestando a sus principales defensores.

En 2022, la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios de Comunicación honró a Huang Xueqin con el Premio Wallis Annenberg de Justicia para Mujeres Periodistas.Imagen: Thomas Yau/newscom/picture alliance

Campañas de #MeToo en China

Huang Xueqin surgió como una voz clave de los derechos de las mujeres en China durante el movimiento #MeToo de 2018, que se originó en Estados Unidos. Pero, a diferencia de su contraparte occidental, la campaña china fue introducida y promocionada inicialmente por estudiantes universitarias que acusaron a profesores de abuso sexual y acoso.

Huang ayudó a revelar el primer caso de #MeToo en China ese año, al hacer públicas las acusaciones de acoso sexual hechas por una estudiante de posgrado contra su supervisor de tesis de doctorado en una de las universidades más prestigiosas de China. Posteriormente, Huang colaboró con Wang Jianbing organizando reuniones para activistas en su apartamento, en la ciudad de Guanzhong, en el sureste de China.

El objetivo de dichos encuentros era reconstruir el trabajo conjunto de la sociedad civil y brindar apoyo a jóvenes trabajadores de oenegés, ante los obstáculos que enfrentaban al desempeñarse en un entorno marcado por la censura. Los activistas nunca pensaron que esos encuentros informales podrían ser un problema para el Gobierno chino, hasta que la Policía hizo una redada.

¿Por qué Pekín toma "medidas preventivas"?

No era la primera vez que las autoridades chinas ponían la mira en personas que formaban parte de encuentros sociales. En 2019, decenas de abogados y activistas que participaban de una reunión privada en Xiamen, una ciudad portuaria de la costa sureste de China, también fueron interrogados por la Policía. Algunos fueron arrestados, y permanecen en prisión desde entonces.

Esa fue una "medida preventiva" contra disidentes o activistas que se conectan entre sí, lo cual podría ser la base de la resistencia social en el futuro, explica a DW Lü Pin, una feminista china que vive en Estados Unidos. Esa represión preventiva, enfatiza, no tiene base legal, ya que las acciones contra las que se dirige todavía no han ocurrido. Pero, desafortunadamente, "ese tipo de acciones ilegales continúan sucediendo", advierte.

Wang Yaqiu, de Freedom House, también dijo a DW que las autoridades chinas piensan que esas conexiones son "muy amenazantes", ya que usualmente conducen a la solidaridad y al empoderamiento. El caso de Huang Xueqin y Wang Jianbing es otro ejemplo "que habla de lo inseguros que se sienten Xi Jinping y el Partido Comunista China", sostuvo la experta.

Un gran revés para la sociedad civil china

Rio (nombre ficticio), un amigo de los dos activistas, es uno de los miembros principales del grupo de apoyo en internet Free Huang Xueqin and Wang Jianbing, que se formó tras el arresto de ambos para informar sobre el caso. Hasta ahora, las autoridades chinas sólo han hecho públicos algunos detalles.

La mayoría de los miembros del grupo asistían frecuentemente a las reuniones, y, de acuerdo con Rio, más de 70 de ellos han sido interrogados por la Policía. Al menos 10 personas han sido forzadas a mudarse a otras ciudades, y algunas, según informes, fueron obligadas a firmar declaraciones falsas durante sus interrogatorios. Esos documentos pueden haber sido utilizados como evidencia para acusar a Huang y Wang, dijeron algunos miembros del grupo a Rio.

"Este es un grave ataque para muchos activistas jóvenes en Guangzhou", sostuvo Rio. "Hemos cultivado el trabajo en la comunidad durante muchos años, pero el Gobierno tomó medidas represivas contra todo eso con mucha facilidad".

Lü indicó a DW que el caso tuvo "un gran impacto" también en las agrupaciones feministas. Sienten "una abrumadora sensación de ira... y miedo" cada vez que piensan en ello, describió, porque las autoridades demuestran que "sus acciones arbitrarias esencialmente no tienen límites".

"Nunca se sabe cuándo llegará la próxima ola" de #MeToo

Tras la sentencia del viernes, el portavoz del Ministerio de Exteriores de Pekín, Lin Jian, afirmó que China "garantiza los derechos legítimos de cada ciudadano de conformidad con la ley". Y añadió: "Al mismo tiempo, cualquiera que infrinja la ley será penalizado".

Pero el impulso del activismo en algunas áreas, como el llamamiento a defender los derechos de las mujeres y la lucha contra el acoso sexual, no será fácil de frenar.

"Nunca se sabe cuándo llegará la próxima ola", dijo Lü, refiriéndose al movimiento #MeToo, "porque este sistema produce continuamente víctimas, y las víctimas se resistirán e incitarán a quienes las rodean a hablar", advirtió: "Esto no se detendrá".

(cp/rml)

En la boca del dragón - ¿Cómo replantear la relación con China?

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