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¿Por qué el rechazo frontal en Alemania al toque de queda?

16 de abril de 2021

A otros países les resulta más fácil restringir la salida de la población de sus casas. En Alemania, la cuestión es controvertida y tropieza con fuertes reticencias. Acá explicamos por qué.

Imagen: Jonas Güttler/dpa/picture alliance

En marzo de 2020, durante el primer confinamiento en Italia por la pandemia de coronavirus, la Policía vigilaba las calles con drones. También otros países, como España y Bélgica, apostaron por la alta tecnología. Nadie podía salir sin permiso de su vivienda,un escenario que en Alemania es apenas inimaginable. Aquí solo por no poder viajar a otros países en tiempo de pandemia, muchas personas se sienten despojadas de su libertad. Y los negacionistas no dudan en gritar a los cuatro vientos que estamos en una dictadura, a pesar de que rigen restricciones más suaves que en otros países. No se tienen reparos en trazar paralelismos con la época nazi. Algunas personas, incluso portan la misma estrella amarilla con la que los nazis identificaron de forma visible a los judíos antes de deportarlos a los campos de exterminio.

¿Qué tiene que ver eso con la política alemana debida a la pandemia? En primer lugar, se trata de una comparación carente de gusto que olvida el pasado y pone a la altura de la democracia la peor de las dictaduras. Por otro lado, ese tipo de desvaríos dejan entrever que hay personas en Alemania que no han superado el profundo trauma de la falta de libertad. Pero, ante la  palabra "toque de queda", no solo los negacionistas reaccionan con virulencia. La sociedad se opone a esta medida porque la Ley de Protección contra Infecciones será reformada de tal manera que el Gobierno federal podrá imponer toques de queda en todo el país, incluso contra la voluntad de los estados federados.

Oposición contra la canciller en sus propias filas

Políticos de toda Alemania protestan con vehemencia contra este plan, incluso miembros de la CDU, el partido de Merkel. Temen que se les despoje silenciosamente de sus competencias, como efectivamente sucederá, ya que los 16 estados federados que conforman Alemania son (todavía) responsables de la aplicación práctica de medidas de protección contra el coronavirus.

Para algunos, los toques de queda van demasiado lejos porque son controvertidos entre los propios científicos. Los investigadores de aerosoles creen que no tienen lógica, porque el mayor peligro de contagio se produce en interiores. Pero la polémica va más allá de la eficacia de medida. La cuestión representa simbólicamente el equilibrio de poder en Alemania. Para entenderlo mejor, merece la pena echar un vistazo a la historia. Una lección fundamental de la catástrofe del nacionalsocialismo fue el refuerzo de la descentralización. Por eso se decidió una estructura federal, en la que el Gobierno central es responsable sobre todo de la política exterior y seguridad. En temas como educación y salud, los estados federados toman sus propias decisiones.

Lecciones de la era nazi

La descentralización del poder fue la respuesta ante el fracaso de la primera democracia alemana, la llamada República de Weimar. Cuando esta se tambaleaba por la Gran Depresión que azotaba el mundo a fines de la década de 1920, Adolf Hitler ascendió al poder de manera legal. Con la ayuda del artículo 48 de la Constitución, el presidente Paul von Hindenburg pudo establecer los llamados gabinetes presidenciales sin participación parlamentaria. El país se regía entonces con ordenanzas de emergencia que, en definitiva, fueron la herramienta decisiva con la que Hitler asestó el golpe mortal a la democracia.

Propaganda nazi de 1933.Imagen: picture alliance/dpa/arkivi

Ataques terroristas, desastres naturales y coronavirus

Esta experiencia enseñó a los alemanes, sobre todo, una cosa: que nunca más debería perturbarse el equilibrio de poder en el corazón de Europa, como sucedió en 1933. Se resolvió que no habrá más un poder centralizado que pueda dominar el país. El Gobierno federal solo puede adoptar medidas en todo el país en caso de emergencia absoluta, como en ataques terroristas o desastres naturales. Solo en esas situaciones puede actuar incluso el Ejército alemán dentro del país, lo que de otro modo estaría prohibido.

(ms/ers)