Sin el movimiento por los derechos civiles de la antigua Alemania comunista, este país sería otro. Miles de activistas contribuyeron a la caída del Muro de Berlín, hace 30 años. Un país dividido durante décadas logró su reunificación, gracias a que cientos de miles en la antigua RDA salieron a las calles a exigir libertad y respeto por los derechos humanos. Ahora, poco antes de las elecciones regionales en tres estados de la extinta Alemania del Este, los populistas de derecha se han apropiado de las consignas de la época. En Sajonia y Brandeburgo vota el 1° de septiembre, en Turingia el 27 de octubre.

Los populistas de derecha de Alternativa para Alemania (AfD) están haciendo campaña para conquistar los votos de quienes vivieron el derrumbe de la "Dictadura del proletariado” usando consignas como "Conviértase en un activista de los derechos civiles”, "Complete la reunificación” o "El Oriente (de Alemania) se levanta”. Lemas propios de los años posteriores a la reunificación, para algunos caracterizados por la frustración, la decepción y las promesas incumplidas.

Libertad de expresión en Alemania

La AfD compara a la Alemania de hoy con la antigua RDA. "Uno se siente igual que en la RDA", dijo recientemente Björn Höcke, líder de AfD en Turingia, quien viene de Alemania Occidental, nunca estuvo en la RDA y no movió un solo dedo para acabar con esa dictadura. Aún así, cree tener la autoridad para decir "Queridos amigos: Para eso no hicimos la revolución pacífica”.

Recordemos: Alemania es un estado constitucional democrático. Sin embargo, algunos electores creen en quienes se apropian de dichos lemas. Según las encuestas, la AfD podría convertirse en la fuerza más poderosa en las elecciones generales en estos tres estados del este de Alemania. Y eso, a pesar de que no pocos líderes de la AfD alardean con sus ideas fascistas e insultos racistas.

Un 24% de los votantes en la ex RDA votaría por el AfD

Según una encuesta de EMNID, de mediados de agosto, el 24% de los votantes en el Este de Alemania votaría por la ultraderechista AFD, mientras en el oeste del país lo haría el 12 por ciento.

"Muchos habitantes de la antigua RDA están decepcionados, no se sienten comprendidos ni tomados en cuenta por la sociedad mayoritaria en el oeste", dice la socióloga Judith Enders. Esto también tiene que ver con el hecho de que los alemanes orientales constituían solo el 17% de la población total. Enders creció en el este y fundó una iniciativa que quiere cambiar la percepción del término "oriental” en Alemania. Pero no todos en el este se sienten tan convencidos de sí mismos.

Desde la caída del Muro, cientos de miles de alemanes del este, sobre todo los jóvenes, han abandonado su tierra natal. Los que se quedaron, han tenido que lidiar con un alto desempleo. En promedio, el desempleo en el este  de Alemania es del 6.9% en 2019, y del 4.7% en el oeste.

Un "verano de solidaridad” en Alemania

Las consecuencias negativas de la reunificación no solo explican el éxito electoral de la derecha: según un estudio de la Universidad de Leipzig, una de cada dos personas en el este de Alemania tiene prejuicios de los extranjeros y las minorías. En toda Alemania, es una de cada tres personas. En los últimos años, el "este" ha sido más conocido por el movimiento racista de Pegida, por ataques a los migrantes o por los disturbios callejeros de extremistas de derecha en Chemnitz.

Algunos en la antigua RDA se resisten a que el este de la república se perciba como una guarida de ultraderechistas. Las iniciativas "O ahora, o nunca” y "Hacia el Este” luchan contra el racismo. Bajo el lema "Verano de solidaridad”, organizan conciertos, lecturas y mesas redondas. El 24 de agosto, varias asociaciones convocaron a la manifestación #Unteilbar-Demo (Indivisible), por la solidaridad en lugar de la exclusión. Ana-Cara Methmann creció en el norte de Alemania, pero vive desde hace 10 años en Leipzig. Ella es la portavoz de la alianza #Unteilbar que exige "un claro distanciamiento del racismo”.

Leipzig es una ciudad moderna en Sajonia. En las elecciones europeas de mayo pasado, los Verdes obtuvieron allí el 20.2%, convirtiéndose en el partido más fuerte. La AfD obtuvo un 15.5 por ciento, mucho menos que el promedio de ese estado federado.

A menudo, son pequeñas cosas en la vida cotidiana las que causan la ruptura entre el ciudadano y la política: un autobús que solo pasa dos veces al día, o una estación de tren a 20 kilómetros de distancia. Methmann lo sabe. Ella imparte seminarios sobre discriminación en toda Sajonia. "Allí, la política del partido cristianodemócrata (CDU), que ha gobernado durante décadas, ha sentado las bases de la ultraderecha”, afirma Methmann. ¿Por qué? "Invirtió muy poco en la promoción de la juventud y cerró los centros juveniles”, agrega Ana-Cara Methmann, quien propone que la mejor forma de combatir a la ultraderecha es ofreciendo oportunidades para que los ciudadanos participen activamente en la sociedad, además de empoderar a las iniciativas democráticas.

(jov/cp)

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