¿Por qué los bielorrusos llevan a sus hijos a protestar?
Tatyana Nevedomskaya
24 de septiembre de 2020
Las autoridades de Bielorrusia amenazan con quitarle la tutela a las familias que lleven a sus hijos a manifestaciones. Los padres le cuentan sus historias a DW.
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Las autoridades de Bielorrusia quieren controlar a las familias que llevan a sus hijos a las manifestaciones.
"La participación de los niños en las protestas estará sujeta a una evaluación jurídica", anunció recientemente el viceprimer ministro de Bielorrusia, Igor Petrischenko, que también es responsable de velar por el respeto de los derechos de los niños. Mientras tanto, las autoridades bielorrusas amenazan a los manifestantes no solo con multas, sino también con quitarles la custodia de sus hijos. De hecho, la fiscalía de Minsk ya ha enviado 140 advertencias. Varias familias le han contado a DW sobre su participación en las manifestaciones de protesta con sus hijos.
Veronika, periodista
"Aunque no hayas hecho nada malo, puedes recibir una visita de las autoridades en vista de la total arbitrariedad”, subraya la madre de tres hijos. Quiere que sus hijos vivan en un país libre: "Si no logramos la democracia, la igualdad y el Estado de derecho ahora, ellos tendrán que hacerlo”, dice la periodista.
Veronika y su marido han llevado varias veces a sus hijos a manifestaciones. No tuvo reparos: "Con o sin niños, por razones de seguridad debes ir en un grupo grande. Cuando hay miles de personas detrás y delante de ti, la Policía no puede atacar a esta masa de gente".
Alexei, empleado de finanzas
"Si se privara a los manifestantes de la custodia de sus hijos, esto solo aumentaría la insatisfacción", dice Alexei, padre de una hija de cuatro años. "Nos mudamos de Brest a Minsk, donde no tenemos parientes. No queremos que nuestra hija sea supervisada por extraños, así que la llevamos a las manifestaciones varias veces", informa.
Alexei piensa que los manifestantes son cautelosos: "A las protestas asisten sobre todo personas educadas e inteligentes. Además, los mítines tienen lugar en calles anchas. Siempre puedes hacerte a un lado". Pero Alexei advierte que es cada vez es más peligroso protestar. Los manifestantes son arrestados en masa. Por eso irá ahora solo a las manifestaciones. Alexei está convencido, sin embargo, de que los niños deben saber qué posición tienen sus padres como ciudadanos: "Si no conseguimos cambiar las cosas ahora, quizás lo consigan ellos más tarde", subraya.
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Elena, médica
"Participamos en todas las grandes concentraciones", dice Elena, que tiene dos hijos, de 14 y 16 años, y añade: "Antes de las elecciones fuimos con nuestros hijos porque no creímos que la situación se agravara tanto”. Pero en la noche de las elecciones del 9 de agosto, Elena vio a la Policía atacando brutalmente a los manifestantes. "Los días siguientes, dejé a los niños en casa", recuerda. La mujer teme sobre todo que sus hijos adolescentes puedan ser víctimas de la violencia policial. "Ya no parecen niños. Nunca sabes qué esperar de las fuerzas policiales", explica.
Según ella, muchos escolares han sustituido la bandera verdiroja de Bielorrusia que aparece en las portadas de sus cuadernos por la histórica bandera blanca-roja-blanca, que se ha convertido en un símbolo de protesta. Hasta ahora, no ha habido quejas de los maestros.
Natalia, contadora
Sin embargo, "en una escuela de Minsk se distribuyeron banderas rojiverdes a los niños, tuvieron que marchar con ellas y fueron filmados. No sé cómo habría reaccionado", dice Natalia, que es madre de dos hijos. Ella llevó a sus hijos de 8 y 15 años a un mitin solo una vez: "El hijo mayor ya es muy alto y fácil de confundir con un adulto. Por eso temo por él", dice la contadora.
Ella misma participó en las protestas todos los días durante la primera semana después de las elecciones. Ahora solo lo hace los domingos: "Veo a muchos padres con niños, incluso muy pequeños, en cochecitos. No me atrevería. Es más seguro ir a la manifestación solo. En lo que respecta a la retirada de la custodia, creo que eso es solo intimidación. Legalmente hablando, este es un procedimiento muy difícil", dijo Natalia.
Oleg, educador
Oleg (nombre cambiado) es el padre de un niño de ocho años y una niña, que no vive con él. "Después de la votación, fuimos al local electoral para ver los resultados, pero estos no se colgaron a la vista del público. Los miembros de la comisión huyeron por el sótano", recuerda.
Después, él y su familia observaron atentamente lo que pasó en Minsk: "Fue un espectáculo aterrador el que vimos cuando volvimos a casa del trabajo la noche del 11 de agosto: ni coches, ni transporte público, solo policías y vehículos antimotines. No sabíamos cómo responder a las preguntas de nuestro hijo".
Oleg dice que su hijo había estado en varias manifestaciones. Pero ahora que los manifestantes tendrían que temer por la custodia de sus hijos, no lo llevará. No obstante, advierte: "Esto no significa que nuestro ánimo de protesta se derrumbe. Seguiremos educando a nuestros hijos para que sean buenos ciudadanos que tengan derecho a sus propias ideas y a la libertad de expresión".
(jov/er)
Alexei Navalny, el rostro de la oposición rusa
Alexei Navalny estuvo hospitalizado con síntomas de envenenamiento y es una de las principales figuras de la oposición rusa. Ha encabezado masivas protestas contra el gobierno de Putin y ha sido detenido varias veces.
Imagen: Imago Images/Itar-Tass/S. Fadeichev
La voz que denuncia
El abogado Alexei Navalny se cuenta entre las principales figuras de la oposición al presidente ruso, Vladimir Putin. Navalny adquirió relevancia pública en 2008, al denunciar en su blog malas prácticas en la esfera política rusa y en algunas de las principales empresas estatales. Sus revelaciones condujeron incluso a renuncias de funcionarios, algo inusual en Rusia.
Imagen: picture-alliance/dpa/TASS/V. Sharifulin
Controvertidas elecciones parlamentarias
En 2011, Navalny fue detenido por primera vez. Pasó 15 días en prisión, por haber liderado una manifestación frente a la Duma en Moscú, en protesta contra las irregularidades denunciadas en los comicios parlamentarios del 4 de diciembre. A su salida de la cárcel, se mostró decidido a continuar con las protestas.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Stenin
Segunda detención
En 2012, Putin ordenó una investigación policial sobre el pasado de Navalny. Al año siguiente, fue juzgado por malversación de fondos en la ciudad de Kirov y condenado a cinco años de cárcel. Sin embargo, fue liberado al día siguiente, a la espera del resultado de una apelación a un tribunal superior. Posteriormente la sentencia fue suspendida.
Imagen: Reuters
Crece la plataforma de oposición
Pese a verse envuelto en problemas judiciales, Navalny pudo presentar su candidatura a la alcaldía de Moscú en 2013. Obtuvo el segundo lugar en las elecciones, tras Serguei Sobianin, un aliado de Putin. El resultado fue interpretado como un gran éxito por la oposición, que se sintió fortalecida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Navalny se abre paso en las redes sociales
Su retórica contraria al Kremlin le cerró el acceso a la televisión estatal rusa. Eso llevó a Navalny a difundir su mensaje político a través de las redes sociales y de su blog. Con su talento oratorio, su lenguaje agudo y su humor irónico, logró movilizar a una legión de seguidores jóvenes.
Imagen: Alexei Navalny/Youtube
Ambiciones presidenciales
En diciembre de 2016, el líder opositor anunció el inicio formal de su campaña para postularse como candidato a la presidencia rusa en las elecciones de 2018. Sin embargo, repetidas acusaciones de corrupción que sus opositores atribuyen a motivaciones políticas, bloquearon su carrera electoral.
Imagen: Getty Images/AFP/K. Kudryavtsev
Sentencia por corrupción
En 2016, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que Rusia había violado el derecho de Navalny a un juicio imparcial en el caso Kirov. Si bien la Corte Suprema Rusa suspendió la sentencia de cinco años de cárcel, el caso retornó a la corte de Kirov. En 2017, esta volvió a condenarlo a cinco años de prisión en suspenso.
Imagen: picture-alliance/Sputnik/A. Kudenko
Multitudinaria protesta en Moscú
En febrero de 2017 se llevaron a cabo manifestaciones contra la corrupción en decenas de ciudades rusas. Más de 1.000 manifestantes fueron detenidos, entre ello, Navalny. En Moscú, se estima que tuvo lugar la mayor protesta registrada desde 2012. Navalny fue liberado 15 días después.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Evgeny Feldman for Alexey Navalny's campaign
Agresión física
Navalny fue objeto de una agresión con una sustancia química y tuvo que ser hospitalizado en abril de 2017. Su córnea derecha sufrió un daño permanente. Navalny acusó a las autoridades rusas de impedirle buscar tratamiento médico en el exterior, debido a la sentencia en suspenso en su contra. Luego se le permitió viajar a España para someterse a una cirugía.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/E. Feldman
Reiterados arrestos
En 2018, Navalny fue arrestado por 30 días. Tras haber sido puesto en libertad en septiembre, fue detenido nuevamente por 20 días. En abril de 2019, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinó que Rusia había violado los derechos de Navalny al mantenerlo bajo arresto domiciliario en 2014, durante el proceso por malversación de fondos en Kirov.
Imagen: Reuters/M. Shemetov
Denuncia de envenenamiento
En julio de 2019, pocas semanas después de haber sido liberado de una cárcel donde pasó diez días, Navalny fue encarcelado nuevamente por 30 días, por violar las estrictas leyes rusas relativas a las manifestaciones. El líder opositor acusó a las autoridades de haberle suministrado mientras estaba en prisión una sustancia tóxica. Sus síntomas recibieron el diagnóstico oficial de "alergia".
Imagen: picture-alliance/AP Photo/navalny.com
Allanamiento y cuentas congeladas
A través de YouTube y otras redes sociales, Navalny había conseguido millones de seguidores a fines de 2019. La policía allanó la central de su Fundación contra la Corrupción (foto) y lo detuvo. Su equipo señaló que los uniformados querían confiscar sus equipos técnicos. Pocos meses después, en marzo, Navalny reportó que sus cuentas bancarias y las de miembros de su familia habían sido congeladas.
Imagen: Reuters/FBK Handout
En estado de coma
El 20 de agosto de 2020, el portavoz de Navalny informó que, tras haber tomado un té en el aeropuerto, el líder opositor se sintió abruptamente mal durante el vuelo. Su estado se deterioró tanto que el avión tuvo que aterrizar de emergencia. Navalny fue llevado a un hospital (foto), donde fue internado en estado de coma, y conectado a un respirador. Sus cercanos sospechan que fue envenenado.