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Potsdam, un nuevo centro de los maestros del impresionismo

4 de septiembre de 2020

El fundador de la compañía informática SAP, el mecenas alemán Hasso Plattner, donó parte de su colección de arte al Museo Barberini, de Potsdam, que ahora se viste de gala con pinturas de los maestros impresionistas.

"Almiares" (1890), de Claude Monet.
"Almiares" (1890), de Claude Monet.Imagen: Sammlung Hasso Plattner/Museum Barberini

La estrella aquí es el arte, según la directora del museo fundado por Hasso Plattner en Potsdam, Ortrud Westheider, al referirse a la colección de pinturas impresionistas donadas por el mecenas. La colección, que tiene un valor de varios millones, comprende obras de maestros como Monet, Renoir y Signac. Cuenta con 34 pinturas de Claude Monet, con lo cual es la mayor exhibición europea, con excepción de París. De ese modo, “Potsdam se convierte en uno de los centros de la pintura impresionista del mundo”, asegura Ortrud Westheider.

El Museo Barberini, que funciona desde hace cuatro años en uno de los palacios barrocos que fueron reconstruidos en la ciudad, gana obras valiosas que seguramente impulsarán el intercambio de exposiciones itinerantes y cooperaciones internacionales. Pero la otra estrella detrás de esta exhibición es, sin duda, el coleccionista: el mecenas del arte y de la ciencia Hasso Plattner.

Museo Barberini: "Las villas en Bordighera" (1884). Colección Hasso Plattner.Imagen: Sammlung Hasso Plattner/Museum Barberini

El arte como valor de inversión

Plattner reunió cerca de 200 pinturas que obtuvo desde que compró su primer cuadro, hace ya casi 50 años. Se trata de una obra del pintor Peter Schnatz, nacido en Mannheim (1940-2004). Al mismo tiempo, a comienzos de los años 70, Plattner, con otros exdirectivos de IBM, fundó la compañía informática SAP, que es hoy una de las empresas alemanas de mayor valor de mercado. Plattner se volvió multimillonario, y gastó una parte de su dinero en piezas artísticas. “Nunca me convertí en coleccionista de arte para ganar dinero”, según dijo recientemente al diario Potsdamer Neueste Nachrichten. Sin embargo, sus pinturas son entretanto una gran inversión, aparte de las acciones de SAP.

Hasso Plattner, fundador de SAP y mecenas del arte y la ciencia.Imagen: picture-alliance/dpa/U. Anspach

Y así cuelgan ahora sobre las paredes del museo obras de Claude Monet, Camille Pissarro, Auguste Renoir y Alfred Sisley: paisajes inundados de luz con los que esos artistas revolucionaron el arte en 1860, liberándose de los temas tradicionales de la época. Se los llamó “impresionistas” porque preferían pintar al aire libre, en la naturaleza, y llevaban sus impresiones y sensaciones directamente al lienzo.

El impresionismo revolucionó el arte

Artistas como Berthe Morisot, Paul Cézanne y Gustave Caillebotte se unieron a esta nueva corriente artística. Más de una década después, artistas como Paul Signac y Henri-Edmond Cross desarrollaron el estilo impresionista hasta crear el puntillismo, basado en puntos de color. Incluso Pablo Picasso se inspiró, durante su primer año en París, en 1901, en el estilo impresionista. 

Museo Barberini: "La nieve en Louveciennes" (1874). Colección Hasso Plattner.Imagen: Sammlung Hasso Plattner/Museum Barberini

La pintura impresionista sigue siendo fascinante porque se concentra en el momento presente. La luz y la atmósfera conforman un juego cambiante, y fue ese juego el que tal vez entusiasmó a Hasso Plattner cuando compró su primer cuadro, ‘Almiares’, de Claude Monet. ¿Qué lo movió a hacerlo? “Primero el tema. Luego el color”, dijo Plattner al Potsdamer Neueste Nachrichten. Según él, Monet es el que captó de forma más potente, casi en un cien por ciento, la atmósfera de un paisaje. “Al observar ‘Barcos en el Sena en Rouen’ se siente el viento sobre la piel y hasta la temperatura del agua. Eso no lo logra ningún otro tipo de arte. Los impresionistas son genios de la comunicación”, subraya Plattner.

Museo Barberini: "El acantilado de Port d´Aval" (1885). Colección privada.Imagen: Private collection

El arte ayuda a vivir

Al adquirir obras de arte, Hasso Plattner, que busca la mayoría de ellas en internet, confía en su “gusto bastante certero”, como él mismo dice. Y también se plantea cada vez la pregunta: “¿Puedes vivir sin esta obra”? ‘Almiares’ de Monet es uno de los cuadros sin los cuales no quisiera vivir. Extrañará muchas de las 100 obras de arte de su colección privada y de la Fundación Hasso Plattner, que ahora forman parte de la colección permanente del Museo Barberini, explica.

Entre las obras más conocidas de la colección está ‘El puente de Argenteuil y el Sena‘ (1885), de Gustave Caillebotte, ‘Almiares‘ (1891), de Claude Monet, ‘Puerto en el atardecer‘ (1892), de Paul Signac, ‘Palazzo Contarini‘ (1908) y ‘Los nenúfares‘ (1914-1917), de Monet. Por suerte tiene copias de las obras que ahora llegan a Potsdam, dice Plattner. Y añade que “tal vez la Fundación Plattner me permita alguna vez tomar prestados algunos de los cuadros”.

(cp/ers)

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