Premier polaca critica veto de presidente a polémica reforma
24 de julio de 2017
Beata Szydlo dijo en un discurso transmitido por la TV pública que la actuación del mandatario “ralentiza los cambios necesarios en el país”.
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La primera ministra de Polonia, Beata Szydlo (en la foto), criticó este lunes (24.07.2017) la decisión del presidente Andrzej Duda de vetar dos de las tres leyes que buscan reformar el sistema judicial y cuya aprobación generó una oleada de protestas en las que incluso participó el exmandatario Lech Walesa. En un discurso transmitido por la televisión pública, Szydlo advirtió que su partido, Ley y Justicia, cumplirá con su programa.
"Todos queremos vivir en una Polonia justa, por eso es que se necesita la reforma de los tribunales, y el veto presidencial ha ralentizado el trabajo sobre esas reformas", dijo Szydlo, quien recordó que "tenemos una mayoría estable, por eso no sucumbiremos a la presión y vamos a realizar nuestro programa". También destacó que su Gobierno no puede "ceder a la presión de la calle y del extranjero", refiriéndose a las protestas contra las reformas y a las críticas de la Unión Europea (UE).
La premier aseguró que los tribunales necesitan una reforma porque no están trabajando bien y los gobiernos que la antecedieron no fueron capaces de abordar adecuadamente el problema. Las declaraciones de la jefa de Gobierno parecen marcar un distanciamiento con Duda, quien asumió la presidencia en 2015 y, como exmiembro de Ley y Justicia, hasta ahora había apoyado las políticas de los conservadores.
Reformar sin dividir
Duda argumentó su decisión de no ratificar el proyecto aprobado por el Parlamento porque no garantiza que las mejoras se apliquen y, además, entrega demasiado poder a los políticos por sobre el poder judicial. Miles de polacos habían criticado la reforma, por restringir la separación de los poderes y limitar la independencia judicial. Incluso la Unión Europea ha amenazado con imponer sanciones a Polonia, por considerar que desde hace meses se encuentra en una deriva antidemocrática.
Recordemos que la ley daba al Gobierno el poder de jubilar a los jueces de la Corte Suprema y reemplazarlos por otros. También ordenaba que se cambiaran los integrantes del Consejo Nacional del Poder Judicial. Los críticos temían que el Gobierno ocupara los cargos con sus partidarios. "Los cambios hay que hacerlos de modo de que no dividan a la sociedad y al Estado”, dijo Duda al momento de informar de su decisión, que sorprendió a oficialistas –que esperaban el respaldo del mandatario– y a opositores.
Walesa, por ejemplo, confesó estar "positivamente sorprendido”.
DZC (EFE, dpa, AP)
Lech Walesa, ícono de "Solidaridad"
Consiguió doblegar al comunimo en Polonia. Hoy puede mirar hacia atrás consciente de que su liderazgo sindical ayudó a cambiar el mundo.
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Rebelde, premio Nobel y expresidente
El antiguo líder del sindicato Solidaridad y posteriormente presidente de Polonia consiguió doblegar al comunismo polaco. Lech Walesa ha recibido incontables reconocimientos por sus logros políticos. El 29 de septiembre (de 2013) cumplió 70 años.
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Instigador
Cuando en el verano de 1980 se disparó el precio de la carne, se desató una oleada de huelgas por toda Polonia. Walesa, que había trabajado como electricista en un astillero de Gdansk desde 1967 y que había pasado un tiempo en la cárcel por su activismo a favor del sindicalismo libre, estaba fichado por las autoridades. Aún así, el 14 de agosto se convirtió en líder del movimiento Solidaridad.
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Solidaridad
Tras ocupar los astilleros de Gdansk, trabajadores de toda Polonia probaron suerte con esta táctica. Walesa era el único que negociaba con el Gobierno en nombre del recientemente fundado sindicato Solidaridad. Esta movimiento de trabajadores, sin parangón hasta entonces, pronto se convirtió en una organización independiente con más de 10 millones de miembros.
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Con la bendición de la Iglesia
Tras décadas de gobierno comunista, la mayoría de los polacos seguía manteniendo su fe en la Iglesia católica, resistiéndose a adoptar el ateísmo promovido por el Estado. La influyente Iglesia polaca apoyó desde el principio las movilizaciones obreras. El obispo Henryk Jankowski se codeaba con Walesa, que había sido educado en la fe católica.
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Una larga lucha
El 31 de agosto de 1980 concluyeron las huelgas masivas con un acuerdo entre el comité sindical y la delegación de Gobierno. Se pactó el derecho legal a la huelga, la fundación de un sindicato independiente, mejoras en el sistema social y la liberación de prisioneros políticos. En noviembre, un tribunal de Varsovia legalizó el movimiento Solidaridad.
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De líder a prisionero
Hasta diciembre de 1981, Walesa dirigió el Comité de Coordinación Nacional de Solidaridad. Cuando, ese mismo mes, el líder del partido comunista y primer ministro Wojciech Jaruzelski decretó la ley marcial, Walesa fue encarcelado durante casi un año en una prisión cercana a la Unión Soviética.
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1983: Premio Nobel de la Paz
En 1982, la revista Time declaró a Walesa como el "hombre del año". Tras esta distinción, llegaron otros reconocimientos. Cuando se anunció a Walesa como destinatario del Nobel de la Paz en 1983, el líder sindicalista pensó que el Gobierno comunista no le dejaría entrar de nuevo en el país si asistía a la ceremonia de entrega. Su esposa y su hijo de 13 años recogieron el Premio en Oslo.
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Dona el dinero del Premio Nobel
Cientos de creyentes fueron testigos de cómo Walesa dedicó el Premio Nobel a la Virgen Negra, en la ciudad de Częstochowa, al sur del país, uno de los lugares más importantes de peregrinación de la Iglesia católica. Walesa donó el dinero del galardón sueco a una fundación de ayuda a los necesitados.
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Pulso al Gobierno
En 1983, Walesa pidió permiso para volver a los astilleros de Gdansk, pero debió permanecer bajo arresto domiciliario hasta 1987. El movimiento Solidaridad continuó convocando huelgas en minas, astilleros y sector transportes entre 1981 y 1988.
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El Papa
Walesa conoció al papa Juan Pablo por primera vez en julio de 1983, durante una visita del prelado a su país. Ocho años después, Walesa besó la mano del pontífice convertido en el primer presidente de la Polonia postcomunista. Lo hizo mientras sostenía en la mano la primera edición de la Constitución polaca, de 200 años de edad.
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Retirarse con dignidad
A finales de 1995, Walesa había perdido el apoyo del pueblo polaco y no fue reelegido presidente. Pero todavía disfrutaba del aprecio del resto del mundo, incluyendo al Dalai Lama, que se arrodilló ante el hombre que logró grandes cambios en Polonia.
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Amistad germano-polaca
En Alemania se considera que Walesa allanó el camino de la reunificación. En el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, Walesa acudió como símbolo de la reconciliación entre Polonia y Alemania.
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Un icono decadente
Hoy día se mira a Lech Walesa con actitud crítica, entre otras razones, por sus declaraciones discriminatorias contra los homosexuales. Una película del famoso director Andrzej Wajda, proyectada este año en el Festival de Venecia, presenta al exlíder no exento de defectos.
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Multitud de reconocimientos
El camino de Lech Walesa desde electricista a premio Nobel y presidente de Polonia ha sido largo. Actualmente cuenta con doctorados honoríficos y distinciones. Puede echar la vista atrás y recordar cuando, hace más de tres décadas, lideró a quienes buscaban un cambio político en Polonia.