Premier turco: llamado a abrir fronteras es “hipócrita”
10 de febrero de 2016
El primer ministro, Ahmet Davutoglu, de visita en Holanda, usó ese calificativo para referirse a los llamados de algunos países para que Ankara reciba más refugiados sirios.
Publicidad
Hasta la fecha, más de 2,5 millones de refugiados sirios son atendidos en Turquía. Y esa cifra podría aumentar, luego de que los ataques contra Alepo lanzados por el Ejército de Siria y la aviación de Rusia generara una nueva oleada de personas que huyen de la zona en conflicto. Ante este escenario, algunos países, entre ellos Alemania, han llamado a Ankara a abrir las fronteras para seguir acogiendo a quienes lo necesiten.
De visita en La Haya, Holanda, el primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, se refirió a esas solicitudes, señalando que eran “hipócritas”, pues mientras exigen a Ankara más esfuerzos, son incapaces de pedir a Rusia que cese los ataques contra las ciudades sirias. Davutoglu recordó que las fronteras de su país han estado siempre abiertas para acoger a quienes necesiten seguridad.
“Encuentro hipócrita que algunos círculos estén diciendo que Turquía debe ‘abrir sus fronteras' mientras, al mismo tiempo, son incapaces de decirle a Rusia que ya basta”, dijo la autoridad. “Recibiremos a todos los sirios que quieran venir (a Turquía), pero nuestra prioridad es construir un nuevo campo de refugiados para acomodar a los sirios dentro de las fronteras de su país”.
“Limpieza étnica”
Davutoglu añadió que algunos grupos, incluyendo al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, “no mueven un solo dedo por encontrar una solución a la crisis siria” y los acusó de actuar con doble careta. Diversas agencias de la ONU han insistido en que Turquía debe abrir sus fronteras, aunque por ahora estas se encuentran cerradas para todos, excepto para personas heridas.
El premier turco acusó a Rusia y Siria de estar realizando una “limpieza étnica” en Alepo, donde lo que intentarían es acabar con todas las personas que se oponen al régimen del presidente Bashar al Assad. “Con cada refugiado que nosotros recibirnos, contribuimos a este intento de limpieza étnica”, apuntó Davutoglu. “Si esta es la estrategia que tienen para cambiar la demografía de Siria, todos deberíamos estar atentos”, agregó.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, puso cifras para explicar la situación. Erdogan aseguró que la ONU ha entregado a Turquía 455 millones de dólares para ayudar a los refugiados, comparando esos números con los 10 mil millones que habría invertido Ankara desde 2011 para asistir a quienes huyen de la guerra civil.
DZC (AP, AFP, dpa)
El negocio con los refugiados (29.10.2015)
Miles de refugiados atraviesan Serbia rumbo a los países occidentales de Europa. Para los comerciantes en las proximidades de los campamentos representan un negocio lucrativo. Diego Cupolo reporta desde los Balcanes.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Conductor de autobús o coyote?
En los Balcanes, el negocio del transporte crece vertiginosamente. En la entrada del campamento de refugiados en Presevo (Serbia), el albanés Liridon Bizazli ofrece un servicio de transporte en autobús a Croacia por 35 euros. Como mesero solo gana unos ocho euros al día. Con la venta de boletos de autobús entre 50 a 70 euros.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos se ayudan
Pese a la ganancia que genera su negocio, Bizazli no está orgulloso de él. Asegura que a veces también transporta gratuitamente a familias con niños que no tienen dinero para pagar el pasaje. “Yo también fui un refugiado”, cuenta. “Los viajes en autobús deberían ser gratuitos. Europa da dinero a Serbia para que ayude a los refugiados, pero el Gobierno no hace nada.”
Imagen: DW/D. Cupolo
Demanda y oferta
Cada día, entre 8.000 a 10.000 refugiados arriban a Presevo. Debido a la creciente demanda, los negocios en la región han extendido sus horarios de apertura. A las tiendas de alimentos y cocinas rápidas no les faltan clientes. Los precios se han duplicado, en algunos casos hasta triplicado. “En ningún otro lugar en Serbia he visto una hamburguesa tan cara como aquí”, dice Bizazli.
Imagen: DW/D. Cupolo
Desde tarjetas SIM hasta carretillas
Aparte de comida, lo primero que los refugiados buscan en un nuevo país son tarjetas SIM para poder comunicarse con sus familias y amigos. Por ello, cerca de los campamentos de refugiados, muchos habitantes venden tarjetas telefónicas prepagadas. Pero también ofrecen otros objetos útiles, como esta carretilla para transportar a las personas débiles, como esta mujer kurda de Siria.
Imagen: DW/D. Cupolo
Vendedor de zapatos
Pese a la inminente llegada del invierno y el aumento de las lluvias, muchos refugiados continúan su camino descalzos. Stefan Cordez, coordinador para el sur de Serbia de Médicos Sin Fronteras, explica que por ello muchos sufren infecciones de la piel y se lastiman los pies. Bajo estas condiciones, la venta de calzado y calcetines es un negocio lucrativo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Documentos de segunda mano
Los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes deben registrar a todas las personas nuevas que arriban. Frente a algunos campamentos de refugiados las filas son kilométricas. La voluntaria Daniela Gabriel, de Presevo, cuenta que algunos conductores de autobuses recogen los documentos de las personas que han transportado a Croacia para vendérselos a las personas que no quieren hacer fila.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falsas informaciones
En tanto, algunos taxistas y choferes de autobuses llevan a los refugiados que han pagado pasaje hasta Croacia a ciudades serbias, donde sus documentos son tramitados en oficinas de registro inexistentes, prosigue Gabriela. A fin de evitar que los refugiados sean víctimas de falsas indicaciones, reparte información al respecto en el campamento.
Imagen: DW/D. Cupolo
Robo en las autopistas
Otros ayudantes, que prefieren permanecer en el anonimato, cuentan que han sido amenazados de muerte por advertir a los refugiados de taxistas peligrosos. Alexander Travelle, voluntario de Presevo, relata que una familia fue asaltada con arma de fuego, después de haber pagado 80 euros por persona para ser transportada a Croacia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos reciben su pedazo del pastel
Bizazli admite que paga cien euros de "mordida" o coima a la semana a la Policía local para poder vender sus boletos de autobús enfrente del campamento de refugiados en Presevo. “Simplemente les das lo que piden y te dejan en paz”, dice. También otros ayudantes saben de taxistas que sobornan a los agentes policiales.
Imagen: DW/D. Cupolo
Precios exagerados
Con la caída de las temperaturas, cada vez más hoteles ofrecen hospedaje a los refugiados. Sin embargo, aquellos que no pueden pagar los precios exagerados de las habitaciones son rechazados.