El periódico económico alemán Handelsblatt resaltó la solitaria posición del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por su visión y actuación medioambiental: "Después de alrededor de dos años y medio en el cargo, Bolsonaro se ha quedado solo, luego de que Donald Trump fuera destituido de su cargo. Es el único jefe de Gobierno que queda al frente de un gran país en el mundo al que realmente no le importa el cambio climático. Pero entretanto, la economía en particular se ve perjudicada por el papel de Brasil como paria ambiental. Bolsonaro, a quien los empresarios eligieron para el cargo como una esperanza liberal, es decepcionante en todos los ámbitos: ya no se escucha nada sobre la reforma del sistema tributario y de la burocracia, ni de la apertura del país o de las privatizaciones.

De hecho, el presidente regatea en el Congreso, como en un bazar, para evitar un juicio político. También al frustrar constantemente las campañas de vacunación y la gestión general de crisis en la pandemia, con sus ataques contra el Poder Judicial, gobernadores y alcaldes, la ansiada recuperación económica se está retrasando cada vez más. Y ahora llega más presión internacional por su desastrosa política medioambiental. Esto lo perciben, sobre todo, los fondos e inversores, que dependen de préstamos extranjeros, y los empresarios con ganas de exportar".

"Para Biden, esto puede ser un problema político peligroso"

El diario Süddeutsche Zeitung informó sobre la situación actual en la frontera entre Estados Unidos y México, y cómo puede influir en ella Joe Biden: "La gente sale tropezando de la oscuridad como fantasmas exhaustos. Primero, un hombre que lleva a una niña de la mano. Luego una familia, una madre y un padre con su hijo discapacitado, que mira en silencio al cielo estrellado. Luego, aparecen cada vez más: diez, cincuenta, cien. Progenitores cargando a sus hijas exhaustas, madres con bebés en brazos, niños pequeños cansados ​​y arrastrando a niños aún más pequeños y cansados detrás de ellos. Es una caravana completa. (...)

Desde hace años, aumenta el número de personas que se dirige desde Guatemala, El Salvador y Honduras hacia el norte. Huyen de la pobreza y la corrupción que está carcomiendo a sus países de origen, la violencia de los carteles de la droga y las bandas que chantajean, violan y asesinan. (...)

Cuando estalló la pandemia de coronavirus, hace un año, Trump prácticamente cerró la frontera con México. Desde entonces, solo aquellos que tienen un pasaporte estadounidense o una cartilla verde pueden cruzarla legalmente. Todo eso ha detenido el flujo de personas desesperadas procedentes del sur, pero no terminó con él porque la desesperación de la gente no ha disminuido. Ahora Trump ya no está, y el nuevo presidente, Joe Biden, ha suavizado algunas de las medidas más duras.

En marzo de este año llegaron a Estados Unidos 172.300 inmigrantes, cinco veces más que en marzo de 2020. Casi todas estas personas son de Centroamérica y México. EE. UU. no ha visto tal afluencia en su frontera sur desde hace dos décadas. Para Biden, eso puede ser un problema político peligroso. El año que viene hay elecciones para el Congreso, y la derecha ya se está frotando las manos: Biden ha abierto la frontera y deja entrar a personas que sufren de hambre, pero también a delincuentes. Muchos de los distritos a lo largo del Río Bravo que habían estado en manos de los demócratas durante años, se inclinaron hacia Trump, a pesar de que allí nueve de cada diez residentes son latinos cuyos antepasados vinieron del sur. Para los demócratas esto supuso una advertencia".

"Programa clientelista y a corto plazo"

El rotativo Frankfurter Allgemeiner Zeitung se refirió al plan medioambiental 'Sembrando vida', que el presidente mexicano, López Obrador, propuso a Joe Biden para Centroamérica: "Andrés Manuel López Obrador cree que tiene una solución sencilla para dos problemas. En la cumbre climática propuso al presidente estadounidense, Joe Biden, reforestar tres millones de hectáreas con árboles en Centroamérica. Eso reduciría la pobreza rural y disuadiría a las personas de emigrar a Estados Unidos. Al mismo tiempo, está ayudando al medio ambiente al expandir el programa 'Sembrando vida', que su gobierno lanzó en 2018.

El componente social del programa 'Sembrando vida' es indiscutible. Los pagos mensuales a los pequeños agricultores han demostrado ser un pilar económico para muchas comunidades en las regiones económicamente atrasadas del sur de México, especialmente durante la pandemia. Los críticos se refieren a 'Sembrando vida' como otro programa clientelista y de corto plazo del Gobierno en busca de popularidad y votos. También hay discusiones sobre la cuestión de si el programa tiene algún efecto positivo en el clima. (...)

López Obrador vendió su programa como una medida de protección climática. México actualmente no tiene mucho más para presentar. El país no está cumpliendo con sus obligaciones del Acuerdo de París; hasta el momento, el Gobierno no ha presentado un plan para lograr los objetivos. Expertos y organizaciones ambientalistas critican recortes en el sector ambiental, en la promoción de proyectos en el sector petrolero estatal, y las barreras a las energías renovables."

(cp)