En esta oportunidad, el periódico alemán Die Welt abordó el regreso del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva al terreno político en Brasil en medio del caos que vive el país por la pandemia del coronavirus. El medio se preguntó: ¿Es Lula el salvador del Amazonas, o futuro enemigo de los activistas de Fridays for Future?

"En medio de la semana más mortífera de la pandemia, Lula lanzó fuertes críticas al Gobierno de Bolsonaro: 'Nuestro Gobierno no respeta a nadie y ya nadie respeta a Brasil'. El elevado número de muertos y la propagación incontrolada de mutaciones en Brasil son solo signos visibles de la situación de inestabilidad política.

Lula aún no ha anunciado su candidatura para las elecciones presidenciales de 2022. Pero casi nadie duda aún de que la estrella del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) peleará una batalla ideológica contra Jair Bolsonaro, el populista de derecha en funciones. Esto solo es posible porque el Tribunal Supremo ha anulado dos sentencias dictadas contra da Silva por corrupción. 

Esto abre efectivamente la campaña electoral en Brasil. Pero en cierto modo también en Europa. Lula también podría volver a mejorar las relaciones de Brasil con Alemania. Cuando la deforestación en el Amazonas volvió a aumentar, el movimiento Fridays for Future, en especial, ejerció cierta presión. Como resultado, el Gobierno alemán se distanció de Brasil. 

Sin embargo, si se comparan sus mandatos y los de Bolsonaro (en el cargo desde 2019), se notará una asombrosa diferencia. Durante los dos primeros años de Lula en el cargo (2003 a 2005), se taló más del doble de selva amazónica (56.000 kilómetros cuadrados) que durante el mismo periodo de Bolsonaro (27.000)". 

¿Crisis en la frontera con México? 

Por otro lado, el diario Neue Zürcher Zeitung informó sobre la problemática de los indocumentados en la frontera entre México y Estados Unidos, en la que el llamado del Gobierno de Biden no ha ayudado, pues los migrantes sin papeles siguen entrando al país porque saben que ahora tienen más posibilidades de cruzar la frontera que antes. El medio suizo tituló su análisis: "¿Crisis?¿Qué crisis? La situación en la frontera con México divide a Estados Unidos”:

"El presidente estadounidense, Joe Biden, quería dar una vuelta de honor con su vicepresidenta, Kamala Harris, para celebrar el gran paquete de estímulo por el coronavirus. Pero algunos hechos malograron el momento abruptamente: los asesinatos en Atlanta y Boulder han sacado a relucir el controvertido tema de las leyes sobre armas, que la mayoría de los políticos evitan. Al mismo tiempo, los republicanos se volcaron con gran entusiasmo sobre la situación en la frontera con México, que hasta ahora el Gobierno ha tratado principalmente de ocultar.

El creciente número de familias indocumentadas y de menores que viajan solos hacia Estados Unidos desde México ha convertido involuntariamente a los guardias fronterizos estadounidenses en infractores de la ley. Los niños pueden ser detenidos bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza y de Aduanas durante un máximo de tres días, luego tendrían que ser entregados al ministerio de Salud. Pero esta agencia se ve desbordada por la afluencia en la frontera. El resultado: una vez más, los niños son alojados en refugios masivos que recuerdan fatalmente a un enjaulamiento, provocando comparaciones con la política de tolerancia cero de Donald Trump en 2018, cuando los niños fueron separados de sus padres como medida disuasoria".

Colombia: inmobiliaria con pasado oscuro

El diario alemán Süddeutsche Zeitung publicó un reportaje sobre que el gobierno colombiano intenta deshacerse de las casas que ha incautado a las guerrillas rebeldes o a los paramilitares y cuestiona ¿quién quiere vivir en casas en las que se puede haber torturado o planeado asesinatos?:

"Está, por ejemplo, el apartamento de La Carolina, un barrio del norte de Bogotá. Tiene una sala de estar, cuatro dormitorios, parquet oscuro y una vista desde el duodécimo piso sobre un parque cercano. El alquiler es de algo menos de 7,5 millones de pesos colombianos al mes, equivalente a unos 1.800 euros. Por un lado, no es demasiado para un apartamento con más de 300 metros cuadrados, bañera de hidromasaje, chimenea y ascensor privado. Por otro lado, el alquiler es ocho veces el salario mínimo colombiano, y, además de todo tipo de lujos, el apartamento viene con un pasado potencialmente oscuro.

El apartamento se anuncia en línea en un sitio especial que ofrece propiedades que el Estado colombiano ha incautado en los últimos años a unidades paramilitares de derecha o a grupos guerrilleros de izquierda, o que ha tomado tras su disolución. Allí se pueden encontrar tanto pequeñas granjas como lujosos apartamentos urbanos, que permanecieron vacíos durante mucho tiempo.

Ahora, sin embargo, el gobierno colombiano fundó su propia agencia, Inmobiliaria FRV, en febrero. Se supone que se encargará de alquilar o vender las aproximadamente 1.600 viviendas. En el mejor de los casos, se podrían generar más de 100 millones de euros de esta manera, dinero que debería beneficiar en última instancia a todas las personas que fueron víctimas del conflicto armado.

(ct/ers)