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Prensa en alemán: Morales provocó condiciones para un golpe

14 de noviembre de 2019

Así ve la prensa germanoparlante la crisis en Bolivia. ¿Fue la dimisión de Evo Morales producto de un golpe de Estado? ¿Qué papel jugó la figura de Luis Fernando Camacho? ¿Cuán legítima es la toma de posesión de Áñez?

Protestas contra un golpe de Estado en Bolivia. (12.11.2019).
Protestas contra un golpe de Estado en Bolivia. (12.11.2019).Imagen: picture-alliance/AA/M. Perez Del Carpio

Bolivia es un país profundamente dividido, sostiene el rotativo Tages-Anzeiger, de Alemania: "Al hablar ahora de un golpe de Estado, Morales no se equivoca. Pero él mismo produjo las condiciones para ese golpe. Es tiempo de confesárselo a sí mismo y de tranquilizar a sus seguidores para facilitar una transición pacífica en Bolivia. Sin embargo, y ese es el problema, la oposición tampoco tiene interés alguno en una situación ordenada. Ya en los días antes de su dimisión, los opositores rechazaron cualquier tipo de oferta de diálogo. Que Morales diera vía libre a nuevas elecciones, el domingo (10.11.2019), no fue suficiente para ellos. El presidente debía irse de inmediato. No pareció importarle a nadie que así se creara un vacío de poder. (…). Luego de más de una década de estabilidad política, Bolivia es ahora un país profundamente dividido.”

Un verdadero golpe se ve de otro modo, opina el matutino suizo Neue Zürcher Zeitung: "¿Fue la dimisión de Evo Morales verdaderamente un golpe? El presidente boliviano renunció el domingo, luego de que el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Williams Kaliman, le sugiriera retirarse del cargo. (…) Morales y sus seguidores, así como la izquierda latinoamericana, reaccionaron rápidamente calificando la dimisión de golpe militar. En vista de la larga serie de golpes de Estado en América Latina, es comprensible que una intromisión de los militares activara inmediatamente las señales de alarma. En ese sentido, habría que observar el caso detenidamente y, de ser necesario, exigir que se tomen medidas en consecuencia. Pero es de resaltar que el argumento del golpe proviene exclusivamente de la izquierda, y que, justamente desde ese lado, apenas se escuchen críticas acerca del fraude electoral cometido por Evo Morales. ¿Es falsa la sospecha de que a la izquierda le preocupa más el restablecimiento del poder de Morales que el retorno a la democracia de Bolivia?”

Evo Morales, arribando a México. (12.11.2019).Imagen: Getty Images/AFP/C. Cruz

Hombres prescindibles, titula el periódico alemán Tageszeitung: "Dos países, dos partidos de izquierda y dos hombres que parecían imprescindibles (...) o creían que lo eran. Aunque ambos, el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el expresidente de Brasil, Lula da Silva, están en situaciones totalmente diferentes. Lula, cuyo solo encarcelamiento hizo posible la victoria electoral del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro, acaba de ser liberado de prisión y es celebrado frenéticamente por sus seguidores. (…) Evo Morales tenía buenas perspectivas de entrar en la historia, no solo como el primer presidente indígena de Bolivia, sino también como el que logró enormes progresos en cuanto a estabilidad económica y proveyó a Bolivia de una buena, progresiva y democrática Constitución. Pero, al aferrarse al poder, demolió todos sus logros.  A Lula, en Brasil, no se le puede reprochar eso. Sin embargo, el problema del PT brasilero es que no hay sucesores políticos. Cuanto más se venere mesiánicamente a Lula, más posibilidades habrá de que llegue un Bolsonaro al poder. Una izquierda que dependa de una sola persona es fatal, y no tiene nada que ver con emancipación política. (…) Claro que existen los golpes de Estado de derecha. Pero la respuesta a ellos solo pueden darla las instituciones democráticas, no la violación de la Constitución ni el fraude electoral.”

Luis Fernando Camacho, Biblia en mano, habla en Santa Cruz, Bolivia. (4.11.2019).Imagen: AFP/D. Walker

Camacho, autoritario y timorato, dice el diario alemán Berliner Zeitung: "Fue una aparición de película. Luis Fernando Camacho, un desconocido para la mayoría de los bolivianos, voló de la lejana Santa Cruz hacia La Paz. En su equipaje, como siempre, la Biblia, un rosario y una carta a Evo Morales. Camacho, de 40 años, fuerte, de camisa arremangada y gorra con visera, quería entregarle al jefe del Gobierno boliviano una declaración de renuncia. 'Quería que Morales firmase la carta y se fuera', dijo.

Si bien Morales nunca recibió esa carta, Camacho logró su objetivo: Morales se ha ido. Y eso se debe, en parte, también a la presión que ejercieron Camacho y otros líderes, desconocidos hasta el momento, del llamado 'Comité cívico'. Camacho, hijo de un empresario, llamó la atención de los bolivianos cuando, en medio de la crisis poselectoral, le puso un ultimátum de 48 horas al presidente de Bolivia para que renunciara. (…) Camacho es algo así como la antítesis de Morales: gritón, muy de derecha, muy católico. Su discurso no es integrador, sino excluyente. (…) Cuando Carlos Mesa todavía pedía nuevas elecciones, Camacho, de sobrenombre "Macho”, ya exigía la renuncia de Morales. (…) La democracia parlamentaria no es el fuerte del líder cruceño. (…) En especial, destaca siempre su fe religiosa diciendo querer llevar 'de vuelta la Biblia al palacio presidencial'. La situación en Bolivia no será fácil.”

Adelanta tres lugares, titula el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung al referirse a Jeanine Áñez: "(...) El Congreso boliviano, con su cámara de diputados y la de senadores, no estaba en condiciones de tomar resolución alguna, y los representantes del Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales, que cuenta con la mayoría en ambas cámaras, no estaban presentes. Sin embargo, Jeanine Áñez se creyó en derecho de asumir la presidencia. (...) Áñez respetó las normas de sucesión democrática, debilitando la acusación de golpe de Estado, que pesa sobre las Fuerzas Armadas desde la dimisión de Morales. (...) Sin embargo, su asunción como presidenta conlleva una imperfección: la Constitución boliviana prescribe que el Congreso debe aprobar o rechazar la renuncia del presidente y del vicepresidente, lo cual no sucedió debido a la falta de quórum. Áñez seguirá viéndose confrontada con ese problema, ya que los diputados y senadores del MAS continuarán alejados de las sesiones parlamentarias."

Jeanine Áñez, presidenta interina de Bolivia, a pesar de no tener quórum.Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita

Golpe en Bolivia, comenta el diario alemán Junge Welt: "También una media revolución provoca una completa contrarrevolución, incluso cuando en Bolivia no puede hablarse de una 'revolución socialista'. A Evo Morales tampoco le sirvió de nada haber renunciado en los últimos meses a una retórica antiimperialista. En enero incluso viajó a Brasil con motivo de la asunción del poder del fascista Jair Bolsonaro, y desistió de hacer críticas a los ataques de Bolsonaro a Cuba y Venezuela. (…) El imperialismo no tiene ningún tipo de agradecimiento para tales concesiones. Aunque Evo Morales estaba en la cúpula del Gobierno económicamente más exitoso de la historia de Bolivia, no entregó los recursos naturales de su país sin miramientos a las grandes multinacionales. El litio es imprescindible para la fabricación de computadoras, teléfonos móviles y automóviles eléctricos, y Bolivia posee los mayores yacimientos del mundo de ese metal.”

(ms)

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